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Personales Repaso anual

Un Repaso (incompleto) a las INTERPRETACIONES del 2013.

En mi anterior crónica hablaba en conjunto, de los montajes que en general mas me han gustado y los que me gustaron menos, pero hay interpretaciones que merecen ser mencionadas de manera individual y que quiero destacar en otros 13 puntos «Incompletos» para el 2013:

1.- María Pastor en «El Fantástico Francis Hardy, Curandero» o «Duet For One». Ella es de esas actrices que arrasan con tu alma. Una GRANDE de la escena escondida en la Guindalera.

2.- La sobrenatural Inma Cuevas (¡ella si que es omnipresente!) que tanto en «Cerda», en «La Nieta del Dictador», como en «MBIG», da auténticos recitales de interpretación.
3.- Pablo Derqui único y poderoso motivo por el cual destacar esta versión de «Roberto Zucco» que nos llegó a finales de verano.
4.- Carmen Barrantes un absoluto cartoon viviente que nos hizo disfrutar y valorar su trabajo tanto en «Cabaré de Caricia y Puntapié» como en «Lo Que Sé Del Amor». Sin olvidarme, por supuestísimo, de Jorge Usón también con «Cabaré de Caricia y Puntapié» y «Feelgood».
5.- Todoterrenos que aún están por descubrir al gran público como Pablo Cabrera, «Mejor Dirección Novel», «El Secreto de las Mujeres», «¿A Quien te Llevarías a una Isla Desierta?», «La Hermosa Fea»… o Carles Cuevas con «Que Nadie Se Mueva» o «El Secreto de las Mujeres».
6.- La gente de «La Función por Hacer» sin excepción Cristóbal Suárez, Miriam Montilla, Israel Elejalde, Teresa Hurtado de Ory, Manuela Paso y Raúl Prieto. No puedo decir mas que este equipo logra hacer con su trabajo, que una sala de teatro vibre como un único ser vivo.
7.- El gran Antonio Velasco que consiguió robar a En Un Entreacto una carta de amor con «Secundario» o divertirnos con el infantil «Quijote, La Leyenda Secreta».

8.- La increíble The Zombie Company, los cojas por donde los cojas, dentro y fuera de su universo. Carmen Mayordomo en «Intimidad», «Ayer» o «Elepé»Iván Ugalde en «Elepé» o «Ayer» o el gran Fran Arráez en «Elepé», sin olvidarme de Juan Caballero en «Silenciados», «¿A Quién Te Llevarías a una Isla Desierta?» o «Tres Segundos» junto a Mentxu Romero. ¡Qué mano, querido Carlos Be!. A ver si en este 2014 por fin entro en una de esas Peceras

9.- O el estupendo David Tortosa en «Cuando Fuimos Dos» junto a Felipe Andrés que además nos volvió a regalar una trabajadísima interpretación en el «El Fantástico Francis Hardy, Curandero».

10.- Las dolorosas y escalofriantes interpretaciones de Luna Paredes y Alberto Gómez en «Fuente Ovejuna – Ensayo Desde La Violencia» no pueden olvidarse en este repaso, al igual que esa doble Fernanda Orazi de «La Realidad».
11.- Por supuesto no me pienso dejar sin mencionar a ni uno solo de los miembros de «El Rey Tuerto», Xesc Cabot, Miki Esparbé, Alain Hernández, Ruth Llopis y Betsy Túrnez . Porque lo que ellos logran a través de una comedia tan ácida y divertida, lo consiguen contados profesionales.
12.- O las grandes Pepe Ocio, Rocio Calvo, Daniel Pérez Prada, Rocio Muñoz-Cobo o Maribel Luis de MBIG logran que la magia del teatro cale dentro del espectador a escasos centímetros de distancia.

13.- Álvaro Morte, Sara Gómez y Esteban Jiménez nos hacen volar con «Tres Sombreros de Copa» y junto a la gente del anterior punto, han hecho de este final de año, algo apoteósico.

Por supuesto que ha habido otros puntos destacables en este año, como la proliferación de autores contemporáneos en nuestra cartelera, gente como Paco Bezerra, José Padilla, Juan Carlos Rubio, Fernando J. López, Denise Despeyroux o Carlos Be, por mencionar solo unos pocos, que afortunadamente están siendo reconocidos y viendo en escena sus textos…¡Una suerte para todos nosotros!
O la apertura de nuevos espacios teatrales como por ejemplo Nave73, Sala TU, El Escondite, El Burdel a Escena, El Sol de York, La Pensión de las Pulgas que enriquecen la variedad cultural de la ciudad, tan cruelmente apaleada por ciertos poderes que provocaron el cierre de salas como el Teatro Arlequín, El Teatro Arenal o Garaje Lumiere

En difinitiva, el 2013 se marcha dejando un sabor agridulce, con regusto revolucionario, pero sobretodo con la sensación de haber hecho muy buen trabajo; confiemos que se consolide en el 2014 a pesar de tener el listón tan alto y de las zancadillas que algunos quieran poner por el camino.

Sinceramente, deberíamos sentirnos afortunados de poder presenciar y disfrutar tan buenos trabajos como los que ha habido este año, los mencionados aquí y muchos otros que han quedado fuera… Recordad que esto solo es un repaso «incompleto», y muy personal, de lo que ha dado de si este 2013 para En Un Entreacto.

¡Gracias por tan buenos momentos! ¡Nos vemos al año que viene!

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Personales Repaso anual

Un Repaso (incompleto) a los MONTAJES del 2013.

Se acaba el 2013 y lo termino con un deseo:
Me encantaría pedir unas gotitas de omnipresencia (y un bolsillo mas saneado) para poder ver todo el teatro que me interesa. Lo digo porque en este 2013 he tenido la fortuna de presenciar montajes absolutamente brillantes, que como amante del Teatro me han aportado infinidad de cosas, pero a la vez me he perdido otros, por diferentes motivos, que han deslumbrado especialmente y que han hecho que me tire de los pelos por no haber llegado a verlos…
Pero bueno, como de lo que se trata es de hablar de lo que sí he podido ver, aquí va mi repaso «incompleto» a este 2013.
Mi lista particular de los 13 mas incompletamente destacables:
1.- El regreso de «La Función Por Hacer», ocupa el primer lugar sin lugar a dudas. Uno de esos Kamikaze por mantenerlo como parte de su repertorio!

placeres que todo teatrero que se precie debería vivir sí o sí. ¡Gracias a Kamikaze Producciones por mantenerla en repertorio!

2.- La (breve) llegada a Madrid de «El Rey Tuerto», ¡cuánta falta hace teatro hecho de esta manera! ¡Bravo por la gente de La Sala Mirador por programar cosas con tanto acierto!
3.- Disfrutes tan delicados y deliciosos como «La Lengua Madre». (No busquéis la crónica porque muy a pesar mío, nunca llegué a escribirla. Otro motivo por el que deseo unas gotitas de ubicuidad para ver teatro y escribir sobre él, mientras también dedico tiempo a mi trabajo alimenticio al otro lado del espejo)
4.- Explosiones como «El Intérprete» que dejan a uno con el alma electrizada y completamente colgado de un colosal Asier Etxeandía.
5.- Puñetazos en el estómago como esa «Intimidad» de Iván Ruiz Flores, dolor sordo que habita en la cartelera madrileña.
6.- Cualquiera de los montajes que habitan y han habitado La Casa de la Portera, lugar al que no he ido todo lo que quisiera, cosa de la que me arrepiento enormemente, pero que en cada visita me ha dejado un sabor teatral sabrosísimo. (Cerda, Elepé, Secundario, Sagrado Corazón 45…) O esa hermana recién nacida que es La Pensión de las Pulgas, tan hermosamente bien parida y que además ha llegado, no con un un pan bajo el brazo, si no con un diamante de kilates infinitos como es MBIG.

7.- Ver que hay compañías y/o productoras humildes que siguen creyendo en sus proyectos con ganas y empuje, a pesar de los pesares, véase los casos de Diágoras Producciones o CriaCuervos.

8.- El 2013 también ha generado casualidades teatrales, como la de poder ver dos versiones de «Fuente Ovejuna» que dejan sin aliento. La de Alma Viva Teatro por su crudeza y la de La Joven Compañía por su valiente osadía.
9.- Montajes tan necesarios como «Silenciados» o «Cuando Fuimos Dos». y otros que llegaron tan cerca del corazón como «La Realidad» o «En Construcción».

10.- Montajes impactantes tanto en su contenido como en su estética, que se enganchan a la memoria como la «Antígona» de Rubén Ochandiano

11.- Comedias tan exquisitas y con un espíritu teatral tan grande que deberían ser ejemplo de cómo hacer este oficio, como la superlativa «Tres Sombreros de Copa» de 300 Pistolas o ese fantástico «Cabaré de Caricia y Puntapié» con unos insuperables Jorge Usón y Carmen Barrantes.
12.- Pequeñas joyas escondidas en el hall del Teatro Lara; sé que no he visto las grandes estrellas de la temporada, pero «Planeta Gómez Kaminsky» fue todo un disfrute. (A ver si a partir de Enero consigo ver esos otros tesoros que aguardan en este pluriempleado hall)

13.- Viajar a los barrios de la periferia y encontrar una sala como Kubik Fabrik en Usera, son placeres añadidos para los teatreros. Ahí hemos podido descubrir montajes como «La Nieta del Dictador» o «Penal de Ocaña» de Nao D’Amores.

También ha habido sus puntos oscuros dentro del 2013:

1.- Ese montaje de «Yerma» de Miguel Narros, donde la sobreactuación mató al sentimiento.

2.- Montajes pretendidamente críticos como «Capitalismo. Hazles Reir», con uno de los repartos mas espectaculares de la temporada y que, sin embargo, resultó ser un montaje absolutamente fallido. Creo que es la propuesta mas caótica, errante y aburrida de la temporada.

3.- Insultos al teatro musical como «Perdona Bonita, Pero Lucas Me Quería A Mi».

4.- Producciones grandilocuentes como «¡Ay, Carmela! El Musical» que apostaron por un reparto de gran calidad, dentro de un montaje desaprovechado, hueco y tramposo.

5.- Propuestas de espectáculos unipersonales estancados en un humor que huele a rancio como «Mejor Viuda Que Mal Casada».

6.- «Roberto Zucco», una de las obras mas esperadas y que mas insatisfacción dejó en mi como espectador, salvando al maravilloso Pablo Derqui del que me declaro admirador totalmente entregado. Una función de la que salí triste porque podría haberme llegado a conquistar, pero que se quedó en un fuego artificial fallido.

Por suerte el balance del año, como veis en los puntos de una y otra lista, ha sido mucho mas positivo que negativo, aunque si que ha habido algún que otro montaje mas que ha dejado mucho que desear, no tenéis mas que mirar entre mis crónicas, pero que no quisiera incluir en esta misma lista y hacer  sangre de manera injusta. Los que si están es porque consiguieron hacer que saliera enfadado tras la función.

Pues esto es lo que ha dado de si el teatro visto por En Un Entreacto en este 2013. Un repaso incompleto en el que no están todos los que vi, ni todos los que me hubiera gustado ver…
Solo deseo que el 2014 sea tan suculento como ha sido este año, y disfrutar de muchos mas momentos perdido en patios de butacas.
¡Viva el Teatro!

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Antonio Velasco Fran Calvo La Casa de la Portera Mon Hermosa Personales Secundario Teatro Teatro de Poniente

Secundario

Título:

Secundario

Autor:
Mon Hermosa

Lugar:
La Casa de la Portera

Elenco:
Antonio Velasco

Producción:
Teatro de Poniente

Director:
Fran Calvo

Después de ver «Secundario» y ponerme a escribir sobre la función, no sé si hacer una crónica o escribir una declaración de amor a Ginés, el protagonista de esta pieza maravillosa que interpreta Antonio Velasco.
Salí tan encandilado por todo lo que cuenta, pero sobretodo por como lo cuenta, que ahora mismo lo que me invade son las ganas de hacer el atillo y largarme con él y revivir aquella raza maravillosa de actores que fueron los Cómicos de la Legua.
Venga, por qué quedarme con las ganas, ¿no?

Querido Ginés, 
Tú seguramente no me conoces, pero soy José, y el pasado domingo me tocó en suerte el papel de «Espectador Nº 4» en La Casa de la Portera, digo este número porque cuando recogí la entrada para verte antes de mi había otras tres personas, así que me tocó en suerte ese papel. La verdad es que en esta ocasión el papel me ha venido estupendamente bien, no he tenido que fingir ni forzar, simplemente me he dejado llevar y, bueno, ahí está el resultado. 
Confieso que hay otras veces que me dan ganas de salir corriendo y renunciar al papel de espectador, pero esta vez… la verdad es que me hubiera gustado alargarlo mas, pero los papeles tienen su duración y punto, ¿no?
Supongo que a mi me pasa como te suele pasar a ti, que a veces pasamos desapercibidos ante el deslumbramiento que provocan los protagonistas, pero te juro que estaba ahí, haciendo el papel designado e intentando hacerlo de la mejor de las maneras. Lo que sí te puedo asegurar es que el final, antes de mi mutis, lo hice perfecto; aplaudí con todo el sentimiento, desde dentro, como si se me abriera el pecho… No sé si llegaste a notarlo, pero yo me marché muy satisfecho.
¿Sabes? No me quejo de mi suerte, de que me haya tocado el «Espectador Nº4» porque de esa manera he podido disfrutar mas de lo que nos contabas. Incluso en algún momento me dejé llevar y se me olvidó que aquello era una función y la emoción se me salía por los ojos, pero bueno, de esa manera también se puede disfrutar, ¿no?
Ginés, estar ahí sentado, atento a todo lo que nos contabas provocó dentro de mi una avalancha de sentimietos y recuerdos, me hizo reafirmar que el alma de cómico no se apaga por mucho que se le eche tierra por encima. 
Me acordé de la primera vez que me decidí a dejarlo todo por «artistear»… Te vas a reir, pero la primera vez fue cuando le dije a mi madre que me marchaba de casa con cuatro o cinco años; el circo había llegado a mi ciudad, y decidí que ahí estaba mi lugar y le dije que me marchaba con ¡el circo de Ángel Cristo!. Supongo que nadie se lo va a creer, pero ese recuerdo permanece muy nítido en mi cabeza. Recuerdo que lo tenía todo pensado, tan solo tenía que recoger cuatro cosas en casa de mis padres y acercarme a la carpa, enrolarme con ellos, y comenzar a recorrer otras ciudades. Yo quería salir ahí, delante de todos y hacer mi número ¿Qué número? Pues no lo sé, pero alguno me darían y yo estaría encantado… Y, ya ves, lo que son las cosas, ahora mi número es el 4, el de Espectador Nº4. Un buen número que me ha traído hasta aquí para que me recordaras ese momento tan bonito y que ha marcado el resto de mi vida. Y es que desde entonces no he dejado de sentir dentro de mi ese «bulle bulle» de tirarme a la carretera y vivir como un Cómico de la Legua, no quiero el papel de galán, con ser un Secundario es mas que suficiente, además que no encorseta ni limita tanto, y lo llevaría con todo el orgullo, como lo haces tú. Un sueño que aún de adulto acaricio como algo maravilloso de vivir y que escuchándote a ti me ha hecho comprobar que no soy el único «tarado» que piensa estas cosas… Qué maravillosa locura, ¿verdad?
Confieso que me emocionó mucho escucharte hablar de ti, de tu familia de artistas, de los momentos vividos. 
Me asombré de la cultura tan grande que hay dentro de un alma teatrera, esos conocimientos adquiridos a base de vida… y si no es así… ¡pues uno se la inventa! que el espectador está ahí y se lo cree porque para él no existen los textos escritos, existen las palabras dichas por el actor y ¿quién puede decirnos que lo que dices no es así?

Te juro que salí de la función pensando en ese niño decidido a hacer el atillo, porque salí con el mismo sentimiento de hace treinteypico años, el de tirarme a la carretera para vivir de lo que el corazón pide, con todo lo que eso conlleva.

Qué belleza saber cómo es el sentir de un secundario, pero dicho de la manera que tú lo cuentas, con esa sencillez, esa felicidad mezclada en los sinsabores, o esos momentos agridulces llenos de una sonrisa de comprensión… esa forma de vivirlo. 
Aprovechar la intensidad que otorga el anonimato de la escena, poder convertirte en una esponja humana y gozar de tu momento de foco, o aprender a ganártelo y pelearlo, y después seguir gozando del trabajo de los compañeros. Memorizar personajes, crearlos a tu manera, pulirlos a tu antojo y sacarlos cuando a uno le viene en gana.
Pero sobretodo vivir la vida con las ganas y el sentimiento tan bello con el que tú vives la tuya. Un ejemplo de que no hay papeles pequeños si no actores que no saben aprovecharlos.

A mi también me gustaría que, cuando me toque bajar el telón de mi función, allá donde caigan mis cenizas, salga una flor hermosa y fuerte de raices porque así lo siento desde mi alma de cómico, puesto en el otro lado del espejo, pero cómico al fin y al cabo.

En fin, Ginés, que no quiero molestarte mas. A ver si algún día nos tomamos un café juntos y seguimos la charla, mas de tú a tú, dejando a un lado los papeles que nos ha tocado. Pero de momento debes seguir adelante con tu función, que yo me he saltado el libreto y me he venido arriba. Tan solo decirte que he sentido la belleza de tu trabajo y ha calado por aquí dentro, muy hondo, y pensaba que quizá quisieras saber de ello.

Un fuerte abrazo,

Jose.
Bueno, cuando uno necesita hacer algo, debe hacerlo… Os pido disculpas si esto no es lo que esperabais, pero es la libertad que me otorga el blog y me he aprovechado de ello.
Tan solo felicitar la labor de Antonio Velasco por generar tal cúmulo de sentimientos, a Fran Calvo por dirigir con tanta sensibilidad y cariño este texto de Mon Hermosa que es una absoluta delicia y espero que, aunque la temporada finalice ya mismo en La Casa de la Portera, a Ginés aún le queden funciones que seguir representando en nombre de José Sacristan y sus indisposiciones.
¡Qué bonito trabajo y que sentimientos tan hermosos despierta!
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FuenteOvejuna – Ensayo Desde la Violencia

Llego a las 18,30h a las puertas de Nave 73, una jovencísima sala que ha abierto sus puertas a penas hace unos meses. Miro su fachada y siento un escalofrío, primero por la curiosidad de saber qué me voy a encontrar tras sus puertas y porque no puedo evitar encontrar ciertas similitudes y recordar que el día anterior, a poca distancia de donde me encuentro, echó el telón definitivamente Garaje Lumiere, sala que ha hecho tanto por las compañías que intentan conseguir su hueco dentro del panorama teatral… 

Es una pena que conocer esta nueva sala no suponga la suma de una mas a las que ya pueblan la ciudad, y dar cobijo a esas propuestas que nos miran ansiosas por ser descubiertas… El sentimiento que me provoca es el de la necesidad de alimentarnos de estos sinsabores, reponernos, sacar pecho y golpear con las armas que tenemos, la creatividad y las ganas incansables de emprender nuevos caminos. Y si nos cierran puertas, abrir otras por las que seguir dejando entrar todo el Arte que palpita en Madrid. Y me siento bien porque este espíritu combativo me viene al pelo para descubrir la versión de «Fuente Ovejuna» que nos trae la Compañía Alma Viva Teatro, con César Barló al frente.
Traspaso las puertas de Nave 73 y, no sin cierta timidez, me adentro en la sala. Me siento casi como el que profana un lugar sagrado. Oigo al equipo trabajar, actores calentando la voz, alguien barriendo las tarimas. Por el pasillo de acceso se respira ese aroma tan peculiar y que tantos recuerdos me trae; mezcla de madera, polvo y pintura, que en absoluto es un olor desagradable, y es que a mi a lo que me huele es a escenario.
No puedo evitarlo, algo me bulle por dentro cuando penetro en una sala que se prepara para recibir a los espectadores; es una visión completamente diferente a la que uno está acostumbrado como público. Aún hay materiales tirados por el suelo, las gradas llenas de las pertenencias del equipo, focos por dirigir, gente yendo y viniendo concentrados en rematar todo para que esté listo antes de la apertura de puertas. 
Todo eso me hace sentir que estoy donde realmente quiero, en el epicentro de algo largamente deseado. Me hace sentir que ese es mi habitat real, donde yo me quedaría a vivir, donde se ve la trampa y el cartón, donde los personajes se quedan y aparecen los actores, las personas que pueblan esas salas mientras nosotros estamos comprando las entradas. Ese lugar donde uno puede quejarse, transmitir, contar, agitar conciencias, crear revoluciones, fabricar sueños… Porque ahí es donde se respira las verdaderas emociones que después mueven la «maquina de hacer teatro».
Sé que muchos pensaran que me estoy pasando tres pueblos, pero también sé que no soy el único que lo siente así, y si no, esperad que comience la función porque esos a los que miráis, piensan igual. ¡Qué le voy a hacer si tiendo a la dramatización! Entendedme, tengo el alma teatrera.
Uno de estos habitantes es, como decía mas arriba, César Barló, director de la compañia AlmaViva Teatro. Ya nos conocíamos de antes, de cuando hicieron ese maravilloso montaje del «Don Juan Tenorio» en el Campo de la Cebada. Y al igual que aquella vez, me permite traspasar la barrera y conocer de primera mano como se ha gestado el proyecto.
Me recibe en medio de toda esta marabunta de trabajo por rematar para darme la oportunidad de poder husmear como ultiman los retoques antes de su primera representación de «FuenteOvejuna – Ensayo Desde la Violencia» dentro del I Festival de Teatro Clásico que organizan el equipo de Nave 73. Aunque no es su primera representación como tal, porque vienen de reavivar corralas en Aranjuez, donde han tenido una fantástica acogida que les ha reportado una gran vivencia a nivel personal y profesional.

César me comenta que su primera idea era realizar una nueva visión sobre «La Celestina», pero en ese momento el espacio que le había inspirado no estaba disponible para el montaje, además de haber mas versiones rodando por los teatros, con lo que la idea quedó aparcada (Espero que no definitivamente porque lo que me contó sobre ese proyecto prometía mucho). Y como las cosas no suceden nunca porque sí, Daniel Ruiz le presentó la oportunidad de llevar a cabo en Aranjuez, una función recuperando el espacio de una auténtica corrala. A César aquel espacio le inspiró el deseo de querer crear una nueva versión de «FuenteOvejuna», y ya sabemos que un montaje al uso no es precisamente lo que identifica a AlmaViva, así que junto a Antonio Sansano se pusieron manos a la obra y decidieron mezclar el espacio original y el espíritu de comunidad de las corralas, con un texto adaptado al Siglo XXI; un texto en el que se ha contado con Lope de Vega como un miembro mas de la compañía, un miembro que ha aportado su obra como columna vertebral de la acción, al que se le han ido anexando otros textos mas actuales que lo han ido alimentando y lo han modificado hasta llegar a este «Ensayo Desde La Violencia», término el de «ensayo» aplicado en todos sus significados.

El montaje cuenta con cinco actores, Juan Carlos Arráez, Alberto Gómez, Iria Márquez, Luna Paredes y Sergio Torres, que encaran los personajes principales de la función, trabajando desde lo mas básico del ser humano, su respiración y su movimiento. Dejando de lado las poses y los amaneramientos para lograr un mayor acercamiento a la esencia de lo que el texto de Lope nos intenta transmitir.
Un trabajo extenuante, que transmite la agonía del que se siente al límite del desfallecimiento para, desde ahí, mostrar la lucha frente a la opresión de los personajes de Lope, que tantos puntos en común tienen con la situación que estamos viviendo actualmente.

Tener la ocasión de estar presente, hablar con ellos, conocer lo que supone para ellos este viaje, adentrarme un rato en su espacio e incluso ver cómo realizan el calentamiento previo a la función, es un regalo añadido. Ver como realizan un calentamiento que ya posee el espíritu de lo que minutos mas tarde podré presenciar. Donde los actores van entrando en sintonía con sus personajes, primero en grupo y poco a poco de manera mas individual, es casi como mirar el cuerpo desnudo de lo que en un momento vestirán en escena…
Es en ese momento cuando se recogen los bártulos, se colocan las gradas, se echa el último vistazo a que todo esté en su sitio y la energía de la sala se transforma. Es ahí cuando siento que es momento de recuperar mi posición como espectador, abandonar el lugar y guardar cola para ocupar mi asiento.

Lo que vi en la función fue un montaje descarnado, que al comienzo me tuvo un tanto desconcertado al intentar asimilar tanta información recibida desde todos los puntos de la escena. Donde unos actores se calzan, literalmente, unos personajes que intentan zarandearnos, abofetearnos la cara para hacernos reaccionar ante las situaciones que nos incomodan y nos revuelven las tripas.
El movimiento es la pieza clave dentro de este montaje que, mezclado con el verso, con los textos añadidos y las músicas, hacen que algo palpite con mas fuerza dentro de nosotros. Dando una dimensión renovada y absolutamente contemporánea a la idea que propone Lope de Vega en su enorme texto.

Hay tantas imágenes llenas de significado, tantos momentos desgarradoramente bellos, tanta provocación que no se si fue el sentimiento de rebelión, el asco ante lo visto o la tristeza de presenciar lo que parece inevitable, que salí sobrecogido ante la crudeza de la propuesta.
La entrega de los actores es brutal. En muchos momentos había en ellos mas de animal que de ser humano, supongo que el esfuerzo físico al que se someten provocaba esas reacciones tan primarias que, teniéndoles a un palmo escaso de distancia, asustaban por impredecibles.
Un texto orgánico, muy bien enlazado en sus rupturas, con unos silencios necesarios, tensos. Unas miradas directas a los ojos del espectador, llenas de reproche, de súplica agónica, hacen de esta propuesta algo necesario de ser visto y sentido.

Casi me atrevería a decir que quisiera verla seis veces; una general para empaparme de lo que el conjunto provoca y una por cada uno de los actores, para dedicarles toda mi atención. Los cinco llenan de riqueza y significado hasta el último de sus segundos en escena.
Sergio Torres,  Iria Márquez, Juan Carlos Arráez, nos ofrecen unas interpretaciones tan comprometidas y cálidas que son un gusto de contemplar, es fascinante ver como los personajes cobrar vida en sus cuerpos, como son esas reacciones tan verdaderas, salidas desde lo mas hondo de sus tripas; pero lo que hacen tanto Luna Paredes como Alberto Gómez es cosa de otro mundo. La crueldad desmedida de ese animal enjaulado que es el comendador y la impotencia ante la violencia mostrada, hacen que algo se te quiebre por dentro al verlos.
Ver un trabajo así hace que uno quiera estar atento con los cinco sentidos ante sus futuros trabajos porque estoy seguro de que nos harán vivir grandes momentos.
Una compañía sin complejos, con ganas de contar las cosas a su manera, de aportar nuevas alternativas y de ofrecernos los textos del Siglo de Oro bien cerca de donde estemos y en los lugares mas insospechados. Estad atentos, que merece la pena.

Es un absoluto placer haber podido vivir esta experiencia con ellos, con César y con Elena, con Sergio, Iria, Juan Carlos, Luna, Alberto… ¡Mil gracias, es un placer sentir el cuidado y la generosidad con la que me habéis recibido!

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El 2012 de En Un Entreacto

Mira que es complicado echar la vista atrás y elegir cuales han sido los momentos por los que recordar este 2012…
Me refiero a los momentos felices, porque el gobierno ya se ha encargado de que todos lo recordemos como el año en el que le dio la patada en en el culo a la cultura… pero bueno, de lo que se trata es de ponerle buen rollo al balance. Y digo que es difícil porque sé el cariño y las ganas con las que todos han intentado levantar el telón este año.
Así que, ¿porqué hacer una lista? Mejor repasamos los montajes que mas me han marcado positivamente hablando.
En este año hemos tenido el privilegio de poder vivir montajes que pasarán a ser recordados como legendarios, como «La Vida es Sueño» de Helena Pimenta con Blanca Portillo, «Agosto» de Gerardo Vera con Amparo Baró o «Follies» de Mario Gas con ese reparto irrepetible.
El año en el que por fin pude ver en teatro, ¡y de qué manera, señores! a Concha Velasco en «Yo lo que quiero es bailar» o a Verónica Forqué en «Shirley Valentine», dejándome unos recuerdos personales que jamás olvidaré. ¡Gracias!
Este también ha sido el año en el que disfruté de maravillas que fueron todo un descubrimiento como ese «Iván-Off» en La Casa de la Portera, que me atrevería a decir que es el mejor de los montajes del 2012 y podría enmarcar dentro de los montajes legendarios porque su eco resonará por siempre en la mente de los amantes del TEATRO, así, dicho en mayúsculas.
En el 2012 descubrí El Corral de Comedias de Alcalá de Henares, una caja de bombones hecha teatro, ahí vi otros dos montajes que me han dejado cicatrices de placer en mi alma teatrera «La Barraca del Zurdo» de Lavi e Bel y «Los Ojos» de Pablo Messiez. Dos obras que solo de recordarlas a uno se le humedecen los ojos y se le ponen los pelos de punta.
También he ido dejándome seducir por otras salas o festivales donde he podido descubrir otras propuestas y montajes, que aunque se programen en salas pequeñas, no tienen porque ponerse en un recuento diferente.
Ahí me he encontrado con piezas muy hermosas como «En el Cielo de mi boca» con Daniel Teba y escrita por José Padilla (Al que le debemos en parte la adaptación de ese maravilloso «Enrique VIII» de Fundación Siglo de Oro que también merece sitio de honor), «Primer Acto» de Juan Pablo Di Pace, un montaje tan personal y humilde que comenzó en un café teatro y ahora brilla en la Gran Vía madrileña. «Cuando Fuimos Dos» de Fernado J. López con Doriam Sojo y Felipe Andrés, que nos hablaba directamente a la cara y «normalizaba» algo que ya tenía que haberse normalizado hace mucho tiempo. La sorpresa de «Cuatro Estaciones y un Día» de Miguel Ángel Cárcano
La maravillosa Teresa Rivera y su «La Sole» que tanto dijo a En Un Entreacto. El terrorificamente divertido e inclasificable «Turno de Noche» de Paco Celdrán con Germán Torres y dirigido por J.L.Sixto y Sara Pérez. El tierno y divertido montaje de «Elling» de Andrés Lima con los deliciosos Carmelo Gómez y Javier Gutiérrez. O la incomprendida «Cuarteto» de Diágoras Producciones de la que estoy seguro sabremos mas en este 2013. En verano llegó a la capital el Festival Fringe donde Carlos Be nos golpeó con su incisiva «Muere Numancia, Muere». Y mas recientemente me regalé los sentidos con los «Cuentos Surrealistas para Mujeres Reales» de Antonio Zancada que tanto me gustó y me cautivó; al igual que ese texto tan interesante de descubrir de Antonio de Cos que es «Dos en la Ciudad».

Hay uno de ellos que aún no he mencionado y que lo hago con especial cariño que es «¿A Quién te Llevarías a una Isla Desierta?» de Jota Linares, quizá haya montajes con mas calidad o mejor libreto o interpretaciones mas impactantes, no digo que no, pero todo este equipo encabezado por los actores David Tortosa, Pablo Cabrera, Juan Caballero, Maggie Civantos y María Hervás, le han dado a este 2012 unos momentos inolvidables y a En Un Entreacto le han regalado un cariño y una visión del amor hacia la profesión que les hacen ser los «Niños de mis ojos» 


Antes he mencionado a «Enrique VIII» y «La Vida es Sueño», que para mi han sido los estandartes de lo que he visto de teatro clásico de este año, pero no puedo dejar de mencionar un dulce que degusté con tanto gusto, como fue «La Hostería de la Posta» ese Goldoni dirigido por José Gómez, maravillosa sorpresa. O el grandísimo y desinteresado montaje de «Don Juan Tenorio en La Cebada» dirigido por Cesar Barló del que espero su siguiente edición, sea donde sea. También gracias a un montaje clásico que me encantó descubrí el oculto «Festival de la Antigua Mina», ese montaje del que hablo es «La Hermosa Fea» de Lope de Vega de Diágoras Producciones, divertida propuesta que me reconcilió con el teatro clásico después de las decepciones del 2011.

En el apartado del teatro musical he tenido mis mas y mis menos, decepciones muy grandes, pero también placeres inmensos entre los que se encuentra esa «La Barraca del Zurdo» o la superlativa «Follies» que ya he mencionado. Y es que empezar el año riendo a carcajadas con «Concierto de una Orquesta de Verano» o poder viajar hasta Gran Canaria en Enero solo por darme el gusto de disfrutar de «Sonrisas y Lágrimas» es algo que no se hace muy a menudo. También ha habido divertimentos de calidad como «El Crimen de Lord Arthur Savile» de Egos Teatre, el reencuentro con «Tick, Tick… Boom!», recitales de lujo como «The Belle of Broadway» de Susan Egan
acabar por acceder a pasar un buen rato con «Más de 100 Mentiras», o colarme el agujero y salir encantado con «The Hole» o con gamberradas sanguinolentas como «Evil Dead – El Musical». Sin olvidarme la escapada que me di a Buenos Aires, donde pude darme el lujo de ver a Norma Aleandro en «Master Class», que viene en Octubre a España… cita imprescindible donde las haya. Y disfrutar de un montaje que no se yo si alguna vez veremos por estas tierras, pero que sería una pena que no sucediera, «Casi Normales», la versión en castellano de «Next To Normal».
No puedo finiquitar este recuento sin mencionar la divertidísima «El Manual de la Buena Esposa» o la irregular «¿Quién Teme a Virginia Woolf?», junto con  la valiente y controvertida «Babel» o la maravillosamente tierna «De Ratones y Hombres» de Miguel del Arco con unas interpretaciones soberbias tanto de Roberto Álamo como de Fernando Cayo.
Y el final de año ha sido de los que pocas veces se repiten, asistiendo a una lección de interpretación como  el de esa espléndida Vicky Peña en «El Diccionario».
También debo agradecer esos ratitos de conversaciones que me han regalado algunos profesionales del teatro como Pablo Muñoz-Chápuli, Juan Pablo Di Pace, Mercè Grané, César Barló y Elena López, Teresa Rivera, Daniel Acebes, Jota Linares y Pablo Cabrera, Olga Antúnez o David Ordinas o la entrevista que me hicieron a mi desde el programa de radio «El Secreter» que tanta ilusión me hizo. 

Han sido grandes momentos que quedan en el recuerdo y que he querido plasmar aquí, en «En Un Entreacto», para que se vea que el 2012, a pesar de la falta de ayudas por parte de los que gobiernan, ha sido un año lleno de creatividad, de grandes montajes y de, sobretodo, mucha ilusión y amor por el Teatro. Solo espero que en el año que entra, sigamos pudiendo disfrutar tanto y de tantas opciones, y que todos los que amamos la farándula nos volquemos en conseguir que siga yendo hacia adelante y con la cabeza bien alta.
¡Nos vemos en los TEATROS!
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Blanca Portillo Calderón de la Barca CNTC David Lorente Joaquín Notario Juan Mayorga La Vida es Sueño Marta Poveda Personales Pimenta Segismundo Teatro Teatro Pavón

La Vida es Sueño

Titulo:
La vida es sueño

Lugar:
Teatro Pavón

Autor:
Calderón de la Barca

Elenco:
Marta Poveda (Rosaura)
David Lorente (Clarín)
Blanca Portillo (Segismundo)
Fernando Sansegundo (Clotaldo)
Rafa Castejón (Astolfo)
Pepa Pedroche (Estrella)
Joaquín Notario (Basilio)
Pedro Almagro, Ángel Castilla, Óscar Zafra, 
Alberto Gómez, Anabel Maurin, Mónica Buiza, 
Damián Donado, Luis Romero
(Criados/Damas/Caballeros/Pueblo/Soldados)

Músicos:
Daniel Garay/Mauricio Loseto (Percusión)
Juan C. de Mulder/Manuel Minguillón (Guitarra Barroca)
Anna Margules/Daniel Bernaza (Flauta Pico)
Calia Álvarez/Ana Álvarez (Viola de gamba)

Coreografía:                             Iluminación:                          Vestuario:
Nuria Castejón                        Juan Gómez Cornejo          Alejandro Andújar/Carmen Mancebo

Escenografía:                                                                         Versión:
Alejandro Andújar/Esmeralda Díaz                                     Juan Mayorga

Dirección:
Helena Pimenta

Hoy vuelvo a escribiros con una de esas historias que me da por contaros de vez en cuando y que me dejan algo desnudo frente a los que paseáis por aquí. Y es que ir a ver «La Vida es Sueño» en el Teatro Pavón ata muchos hilos de mi pasado y quizá haga que finalice uno de esos ciclos vitales que todos tenemos perdidos por ahí…
Hace años, cuando aún era estudiante, me llevaron a ver a una sala de teatro que ya no se usa como tal, un montaje de «La Vida es Sueño» ¡Mi primer clásico! La verdad que no recuerdo si me enteré de todo o solo me quedé con la esencia de lo que me contaban (Supongo que esto segundo) El caso es que salí marcado. 
Tanto me gustó que aún hoy revivo en mi mente imágenes de ese montaje. Tanto me caló que pasados muchos años, cuando me dio por estudiar interpretación y me apunté a esa intentona de crear la Escuela de Teatro Clásico Ciudad de Getafe por parte de Zampanó Teatro, me pareció ver fantasmas… Las caras de aquel Segismundo y aquella Rosaura que flotaban en mi mente desde hacía años, ¡eran las caras de los que que iban a ser mis profesores! y es que, cosas del destino, Pepe Malla y Amaya Curieses fueron los actores que me abrieron aquellas puertas al mundo de los clásicos como espectador y los que me las iban a abrir como actor. 
Pasé tres maravillosos años de mi vida aprendiendo con ellos, alimentándome de sus enseñanzas, de su amor por los clásicos… y precisamente ese amor es el que hizo que se embarcaran en la loca aventura de comprar un teatro, restaurarlo y convertirlo en uno de los epicentros del teatro clásico en la capital. A estas alturas ya adivinaréis a qué teatro me estoy refiriendo… ¡El Teatro Pavón! A cuyas tablas me subí antes que cualquiera de las figuras que hoy lo pueblan, ya que en la fiesta de presentación; cuando aún no tenía butacas, ni estaba elegido el color de las paredes, y donde aún flotaba el polvo de los escombros y el abandono de años de olvido; mis compañeros y yo fuimos convocados para abrírselo de nuevo al mundo… ¡Qué nudo de emoción se me viene a la garganta de recordarlo!
Allí dejé a mis profesores, haciéndose una nueva vida mientras yo me fui a recorrer la mía. Aunque al poco tiempo, mi teléfono sonó, eran de nuevo ellos para ofrecerme entrar a formar parte de la primera plantilla de trabajadores cuando el Teatro Pavón abriera sus puertas para el gran público. ¡No pude resistirme! No tenía trabajo por aquel entonces y que me dejaran andorrear a mis anchas por las tripas del viejo-nuevo Pavón cobrando un sueldo, aunque fuera como acomodador, y pudiendo ver el teatro que me diera la gana, era lo mas maravilloso que me podía suceder en ese momento. Así que mi vida quedó cosida a los telones de este teatro y a las personas que lo poblaron durante todo aquella etapa… Gracias a vivir este momento, pude ver teatro desde todos los ángulos posibles, participando en el rito que significa trabajar y vivir la tensión de la representación diaria.
Pasado un tiempo la aventura se torció y la salida a un posible naufragio vino de la mano de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, aunque eso significó que yo fuera a la calle… y ahí terminó para mi esa etapa en la que viví el teatro entre cajas y que tantas experiencias me regaló (algún día las contaré con mas detalle, que dan para mucho). 
Sinceramente, mi sueño siempre fue llegar a trabajar en el Pavón, pero encima del escenario, iluminado por aquellos focos, pero no pudo ser y la ilusión se rompió un poquito dentro de mi, así que puse el tiempo por medio y nunca mas volví a pisar ni a pasar frente al Pavón. Estar cerca me hacía doler el alma…
Hasta ahora. El momento en el que vi una especie de señal para reconciliarme con todo aquello y poder recordar con el cariño que se merece esas etapas mágicas que uno se encuentra a lo largo y ancho de su existencia. Era este, el ver «La Vida es Sueño» en el Pavón y cerrar ese círculo que estaba incompleto y poder sacar de dentro toda esta historia para contárosla con el mayor de los cariños y los ojos húmedos. Y es que me gusta pensar que nada ocurre porque sí…
Perdonad si no estáis encontrando la crónica que esperabais, pero tenía que hacerlo así para que percibierais la magia que viví la noche del Jueves pasado al encontrarme a las puertas del Pavón y enfrentarme a «La Vida es Sueño».
Iba sabiendo que todo en esta noche iba a ser pura magia y emoción. Ver una función que (casi) todo el mundo ha aplaudido, que ha vendido todas las localidades hasta el punto de encontrarte con gente a las puertas del teatro con carteles de «Busco entrada», con una Blanca Portillo consolidándose, no ya como actriz consumada, si no como leyenda y con esa historia personal que acarreaba yo a mis espaldas… era seguro que no me iba a ir indiferente a casa.
Estoy acostumbrado a ver montajes de teatro clásico hechos desde el minimalismo que conlleva no ser un teatro para «el gran público», pero ayer me encontré con un montaje descomunal. Sin un solo cambio de escenografía aparente, visitamos todos los escenarios que Calderón de la Barca nos dibuja en su historia. Qué gusto ver como con una iluminación tan exquisita y cuidada y esa escenografía de la que hablo, uno puede ser guiado con tanto gusto y sutileza allá donde el autor y la directora (Helena Pimenta) nos quieran transportar. Como muy bien dijo mi amigo Alfonso, era como ver pinturas en movimiento, y es el que el escenario se convierte en un lienzo donde nos van dibujando cuadro tras cuadro una historia que, aunque de todos es conocida, nos sorprende y nos sobrecoge.
Algo que me gustó, y que se que a otras personas no les convence, es que un clásico es una obra de teatro libre de ser montada como el director crea conveniente… Vamos, como cualquier otra obra que se precie, sea en verso o en prosa. 
Las cosas no tienen que hacerse siempre de la misma manera, tienen que evolucionar, crecer, retorcerse y estirarse para descubrir matices nuevos dentro de lo representado una y mil veces. El texto hay que experimentarlo, desgarrarlo y jugarlo como si fuera nuevo, para encontrar algo escondido que el espectador no haya visto antes y vuelva a deslumbrar como la primera vez. Y yo creo que la versión de Juan Mayorga y la visión aportada por Helena Pimenta hacen honor a esto. No vi ningún tipo de miedo ni de pudor y eso creo que es lo que ha hecho de este montaje todo un acontecimiento.
Sin dejar de lado el hecho de ver de nuevo a una Blanca Portillo inmensa. Juro que en ningún momento me planteé que a quien estaba viendo era a una mujer «haciendo de» hombre; yo lo que vi fue a una actriz interpretando magistralmente un personaje universal; sí, un hombre, pero es que lo que yo veía en escena era un hombre. Creo que consigue desprenderse de toda su femineidad para abrirse al espíritu de un sobrecogedor Segismundo que la posee casi de una manera que da miedo.
Por supuesto no es la única que me hizo gozar de esta función. Ahí está Marta Poveda con una Rosaura llena de valentía y de rabia, que es el contrapunto perfecto para dar la réplica a la Portillo, y para brillar por si misma en escena, creo que fue el descubrimiento de la noche. Una actriz que dibuja tanto matiz en escena. desde las tripas, que es difícil dejar de (ad)mirarla.

David Lorente hace un precioso Clarín, con un mutis enternecedor, aunque quizá la apuesta de la directora hace que pierda algo de la ternura y la tristeza del momento… pero bueno, es una propuesta estética que funciona.

Un auténtico lujo escuchar y ver a Joaquín Notario y su Basilio, una lección de lo que es saber moverse en escena y decir un texto con tanto gusto y tanto cuidado, y además que suene como un trueno por el Pavón.
Cosa que a alguno  de sus compañeros se le hacía difícil, y es que está bien chillar en el momento apropiado, pero cuidando de que los versos no se pierdan ahogados dentro de ese grito. Quizá algunos personajes están, en momentos, excesivamente desquiciados.
Otros aspectos que aplaudo de este montaje son su música y las canciones en directo. Parece que Pimenta en sus últimos montajes está intentando introducir este detalle y que yo agradezco enormemente.
También las coreografías, tanto los movimientos en escena, que están cuidados al máximo, como las luchas. Todo funciona con una sincronía perfecta y escrupulósamente limpia. Es un auténtico placer ver algo tan cuidado y detallado, tan fácil de ver para los ojos del espectador y tan valorable en su complejidad.
Es un montaje tan bello, que recomiendo veáis sin dudarlo ni un momento.
Creo que este era ese momento propiciamente mágico que necesitaba para cerrar un círculo tan especial. Aunque ellos no lo supieran y, quizá nunca lleguen a saberlo, doy las gracias a esta compañía por hacer esta versión de «La Vida es Sueño» tan bonita y que pueda guardar con mucho gusto dentro de mi imaginario como el punto y seguido de mi amor por los clásicos y todos sus habitantes. Gracias.
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Festival Mérida Miguel del Arco musicales Personales Portillo Shreck Teatro

Pero… ¿Qué está pasando?

La crisis… Pff, con esas dos palabras parece que la cosa está resuelta. Cuando no sabemos porqué la tendencia de todo es a la baja, la respuesta es la misma… La crisis… Y sí, será eso, no digo que no, pero no puede ser que todo lo dejemos ahí. No es posible que con decir esas dos palabras demos carpetazo a todo lo que nos rodea ¡porque es entonces cuando vienen los buitres y nos comen!

Desde hace varios meses, no hay día que no lea o vea noticias diciendo que algún ayuntamiento ha dejado sin pagar a alguna compañía (Ejemplar es la actitud de Miguel del Arco con esta situación o la denuncia de Blanca Portillo con la gestión del Festival de Mérida del 2011), que compañías de larga trayectoria deban abandonar porque son insolventes, que alguna productora haya dejado sin pagar a todos los trabajadores de alguna obra en cartel (Como es el caso reciente de Theatre Properties y los trabajadores de «Shreck, El Musical» por citar uno…) o que alguna sala esté en la cuerda floja porque le han retirado las ayudas (Como puede ser el caso de Ángel Gutiérrez y el Teatro de Cámara Chejov)…

¿Qué está pasando? ¿No hay alguien que sepa como canalizar todo esto y encontrarle una solución? Al menos sabemos que son los mismos trabajadores los que, aún a riesgo de una caza de brujas en la profesión, se están liando la manta a la cabeza y están revelándose, negándose a actuar si no cobran parte por adelantado, denunciando los «abusos» de los carroñeros que quieren sacar adelante proyectos que ya nacen muertos economicamente hablando o apelando a la solidaridad del espectador… Aunque me temo que no es suficiente, ya que el plantel político se ha dedicado a mirar hacia otro lado, limpiándose el hombro en el que los «titiriteros» intentan apoyarse para no perecer ahogados en la miseria.

Pero lo que me ha llamado mucho la atención y me ha entristecido hasta el punto de querer escribir y sacar mi rabia, es ver como han aprovechado para desprestigiar a todos los trabajadores que se dedican al mundo de la farándula; haciendo ver al resto de la población que son una panda de vagos que solo quieren vivir de fiesta, trabajar un par de horas que dura la función y aprovecharse de las ayudas del estado… ¡Qué pena!

Es cierto que viendo la televisión todo el mundo tiene la misma imagen; la de aquellos que viven de promoción, que viven rodeados de glamour y que ruedan una película al año y con eso ya tienen para poder alcanzar lo que la mayoría de nosotros no llegaremos ni a oler (Afotunados, ¡claro que sí!), pero esos son solo unos pocos… La realidad es bien distinta porque ¿Qué sucede con aquellos que se pasan la vida yendo de un lado a otro negociando un par de bolos mal pagados? ¿Con aquellos que tienen compañías que se chupan mil horas en la carretera?  ¿Los que llegan para montar el escenario en cualquier pueblo, ensayan rapidamente y de mala manera, con condiciones totalmente diferentes a las negociadas? ¿Los que hacen la función ilusionados de haber puesto todo su esfuerzo, tras buscar huecos casi incompatibles con sus «verdaderos» trabajos? ¿Los que viven del pequeño tanto por ciento que se llevan de lo recaudado en la taquilla? ¿Los que después de la función tienen que desmontar a toda prisa y lanzarse de nuevo a la carretera porque no hay dinero para pagar la noche en el pueblo donde actuaron? De esos nadie se acuerda, y esos son precisamente los que sufren los abusos de los que hablo. Los «curritos» de este mundillo. Los que tienen que mirar a la cara a los de los ayuntamientos mientras les dicen que no van a poder cobrar hasta pasado un tiempo… si es que cobran, porque tal y como está la cosa, la administración no puede permitirse ciertos «lujos»… Uff, ¡qué jodido es que te digan que el pan para ti y tu familia para ellos es un lujo! ¿no? Pues eso sucede y mas veces de las que nos imaginamos. Ahora alguno me dirá «Pues que se busquen un trabajo como todos los demás» ¿Por qué? ¿Acaso lo suyo no es trabajo? Es un trabajo como el de cualquiera de nosotros, solo que ellos han decidido que su trabajo y su esfuerzo vaya enfocado a algo que realmente quieren, pero eso no hace menos valorable su esfuerzo… Incluso puedo caer en la demagogia mas pura y decir que ellos han sido mas valientes que el resto, ya que los demás nos hemos «conformado» con lo que nos ha venido cayendo y, sin embargo, ellos han apostado por convertir su sueño en una realidad…

Pero no es eso lo que pretendo, lo que quiero expresar con este artículo es decir que TODOS estamos en el mismo saco y debemos unirnos contra el sistema que nos está asfixiando. Seamos administrativos, camareros, actores, abogados, fontaneros o técnicos de sonido, ¡es lo mismo! No debemos acabar viendo lo que ellos preteden que veamos, que consigan hacernos sentir desunidos, individuales, que nos enfrentemos unos a otros mientras nos muestran que nuestra miseria siempre es peor que la de el que está a nuestro lado y que debemos cargar contra él…

Debemos denunciar todas las injusticias, hacerlas visibles, que no queden impunes por miedo y que sigan permaneciendo en la sombra. Seguro que no somos los únicos que sufrimos esa situación, muchos viven en ese mismo estado de miedo y debemos implicarnos para hacerles ver que estamos unidos y que no pensamos comulgar con lo que nos impongan. Sean del color político del que sean, es lo mismo.

Es triste ver como hemos acabado por caer en el absurdo de creer que lo que se ve en la foto es lo cierto, lo que prevalece; cuando todos sabemos que son mas las sombras que los brillos.. Hagamos un esfuerzo y dejemos que las ilusiones solo sean las que se producen en el escenario cuando veamos esas maravillosas obras de teatro que tanto esfuerzo tienen detrás, pero que después, bajándose de las tablas, la vida sea la real, por la que todos luchamos con un mismo fin, trabajar para vivir. Así de simple.

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Y así pasó 2011…

“En Un Entreacto” no puede resistir la tentación de, llegado el final del 2011, girar la cabeza y mirar hacia atrás. Contemplar la larga trayectoria de espectáculos vistos y disfrutados; así que voy a dejarme caer en el tópico y hacer un resumen de todo lo que nos ha traído este año a nuestros ojos de espectador.

Enero fue un mes de lo mas variado, empecé el año viendo a la maravillosa Natalia Millán en “Cinco Horas con Mario” que me fascinó; me reí con “Rumores” y disfruté, a pesar de lo accidentado de la función, de  “Mas Allá del Arco Iris”… También es cierto que salí odiando un poco mas a ese público mal educado, ruidoso y molesto que piensa solo en si mismo y  que cada vez se prodiga mas en las salas…
En Febrero dijimos adiós a la maravillosa Florinda Chico y me cautivó Natalie Portman con la enfermiza “Cisne Negro”.
En Marzo el glamour dejó de brillar un poquito mas cuando la Taylor se apagó. Supe que algunos “locos” preparaban un homenaje a Sondheim y “En Un Entreacto” se asomó por Facebook (aprovecho para dejaros el enlace y si aún no os habéis hecho fans, podéis remediarlo en este mismo momento jeje) En Un Entreacto en Facebook

En Abril se nos fue la grandeza de María Isbert… Tuve mi primera aparición en la cada vez mas y mas interesante revista “El Nuevo Diluvio Magazine”, oportunidad maravillosa que me brindó Carlos Rivera (¡Gracias!). Fue también el mes de los recitales: Primero saboreé el exquisito “Broadway Baby”; homenaje a Sondheim visto en la Sala Galileo Galilei, y días después asistí al estreno absoluto del fenómeno de la temporada, “Poker de Voces”, al cual no pude resistirme y pasadas unas semanas repetí. En cine cometí el error de pagar por ver esa horrorosa versión de Caperucita Roja “acrepusculada” y descubrí esa joya que es “Héroes” de Pau Freixas(Imprescindible, sin lugar a dudas)

En Mayo cumplimos un añito como blog y decidí celebrarlo a lo grande y con novedades. El mayor regalo que podía tener se cumplió, Gerónimo Rauch apadrinó el blog y accedió a ser entrevistado por “En Un Entreacto”, ¡todo un lujo y un honor! Además disfruté de “Pegados”antes de que se marcharan de Madrid… Confieso que sus canciones ¡me tienen enganchado!
Junio fue el mes en el que asistí por primera vez a una zarzuela, “La del Manojo de Rosas”, y aún no tengo muy clara mi opinión sobre este género… “El Rey León” iba tomando forma y anunciaban que se iba a estrenar “Hair” en Madrid, pero lo mejor que tuvo este mes fue poder asistir a “RENT en Concierto” en el Teatro Coliseum. Momento mágico donde los haya. Y es que Madrid pide a gritos que este musical vuelva a pasearse por la Gran Vía.
En Julio quien se prestó a ser entrevistado por “En Un Entreacto” fue, el casi omnipresente, Víctor Conde. Una interesantísima charla que nos descubrió la visión de un director al que hay que seguir muy de cerca. Carlos Rivera me volvió a invitar a su revista, donde hablé de nuestra Gran Vía y de cómo, poco a poco, se va pareciendo mas a sus hermanas mayores. Telakatola nos sorprendió muy gratamente con el montaje de “Tick Tick… Boom!” en el vestíbulo del Lara y asistí a las muestras de fin de curso que nos regalaron Metrópolis C.E. y Topanga Taller Teatral.
Agosto fue un mes tranquilo. Únicamente ví la muy complicada “La Caída de los Dioses” de Tomaz Pandur y seguí atentamente, a través del blog creado para la ocasión, el valiente periplo americano de Alex O’Dogherty llevando un espectáculo por salas pequeñas de los E.E.U.U.
En Septiembre hice un paréntesis. “En Un Entreacto” también necesitaba unas merecidas vacaciones, eso sí, sin faltar a nuestra cita con Almodovar y “La Piel que Habito”, una cinta que levantó mucha polémica y que a mi personalmente me dejó hipnotizado e incluso puedo decir que algo noqueado.

En Octubre, ya incorporado a la temporada teatral; tuve la ocasión de poder ver el estreno de un nuevo montaje de “Pedro y El Capitán” dirigido por J.L. Sixto con Javi Posadas y Daniel Busquier. “Shreck, El Musical”, al que puedo calificar como mi decepción de la temporada  y el muy esperado, por mi parte, estreno de “Hair”.
En Noviembre por fin pude ir a ver “Crimen Perfecto” que me sorprendió muy gratamente, un trabajo meticuloso de mi admirado Víctor Conde. El regreso a los escenarios de una gran amiga en “Como si jamás hubiese dicho Adiós” y el que pienso es el MEJOR montaje, con diferencia, de este año: “Juicio a una Zorra” con una Carmen Machi insuperable.
Y ahora, en Diciembre, he podido asistir a dos espectáculos que esperaba con muchas ganas y con desigual resultado, “Macbeth” de Ur Teatro, que me dejó ciertamente frío, y “Purgatorio”con Carmen Elías y Viggo Mortensen, del que no esperaba mucho después de tanta mala crítica y del que ,sin embargo, saqué muchas cosas positivas. y finalmente despidiendo el año con carcajadas viendo «Concierto de una Orquesta de Verano» (Chicos, os debo una crónica)…
Un año plagado de muchas y variadas propuestas, pero que se despide con un sabor bastante agrio dentro de la profesión; con todos esos recortes, impagos y desplantes que están ocurriendo y que están saliendo, por fin, a la luz. Algo que pone en peligro la estabilidad de muchas compañías, de muchos profesionales y de nuestra vida como espectadores amantes del teatro.

Desde “En Un Entreacto” lanzo un deseo, quizá algo ingenuo, para que estos problemas se vayan solucionando con la honestidad de los organismos que están poniéndolo tan complicado, ¡que se impliquen mas intentando inculcar el respeto por el arte! Señores, ¿qué mundo nos espera si pisoteamos la cultura de esta manera? (En breve me lanzaré a escribir un artículo mas extenso sobre este tema, creo que lo merece)
Crucemos los dedos para que, al menos, se inicie un periodo de entendimiento y se pueda remontar el vuelo…
No es fácil, pero todo comienzo nace de una buena intención…
Desde «En Un Entreacto» os deseo un año lleno de felicidad a todos los niveles y os doy las gracias por pasearos por aquí tanto como lo hacéis. Es muy bueno saber que estáis ahí y me da fuerzas para seguir un año mas, intentando mejorar y seguir «teatreando» con vosotros.
¡FELIZ 2012!
¡¡¡Nos vemos en los teatros!!!
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O´Dogherty Personales Teatro

Casi Un Payaso

Sé que este mes de Agosto estoy un poco perezoso y a penas si he publicado nada, pero entre el calor, los pocos espectáculos que estoy viendo en estos días y que el trabajo me está dejando las neuronas muy mal paradas… la inspiración parece que se ha marchado de vacaciones…

Pero bueno… Os voy a pasar el enlace de un blog que me tiene maravillado, lo ha creado el actor Alex O’Dogherty, que se ha marchado a hacer su propia gira por las Américas.

Se llama Casi un payaso . (Si pincháis en el nombre, accederéis al blog)

Se ha sacado de encima la popularidad que ha ido adquiriendo en nuestro país y se ha marchado como un cómico anónimo mas a recorrerse los locales de Stand up comedy de los EEUU, así, sin mas… Nada mediático, se ha marchado a vivir la experiencia de regresar a las raices, al enfrentamiento con un público que nada sabe de ti, ese público que está sentando, espectante; esperando a ver qué es lo que le ofrece en 5 minutos ese nuevo actor que se ha subido ahí… Bueno, pues todo esto nos lo narra Alex a modo de reflexiones simples, llenas de humanidad y de sencillez. Ilustrándolo con vídeos, para que nos sintamos parte de su experiencia…

Pensándolo, creo que es algo que muchos, por no decir todos, deberían hacer. Bajar de ese falso pedestal en el que algunos se acomodan y probar a acercarse al público, dejar que se les juzguen desde la desnudez del actor y ver qué pasa, con sus noches gloriosas y las que no lo son tanto, pero desprovisto de ese escudo que da la popularidad, frente a un público que nada sabe de ti… Creo que es un ejercicio mas que interesante y muy valiente por parte de quien se atreve a encararlo.

Por eso os dejo el enlace de ese blog, para que lo leáis y lo disfrutéis tanto como lo estoy haciendo yo. Merece la pena ver que algunos actores asumen riesgos, quieren aprender y se lanzan a la piscina con lo que es su profesión, su pasión… su vida. De esta manera, después apreciaremos mas su trabajo porque sobremos el esfuerzo real que le ha supuesto.

¡Desde aquí mi admiración y mi aplauso para Alex O’Dogherty!

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DE MORMONES, TONY’S Y GRAN VIA

Hoy ha salido publicado el nuevo número de la revista «El Nuevo Diluvio Magazine» en el que he tenido el gusto de poder colaborar. 
Os dejo el enlace para que podáis leer todos los contenidos y entrevistas que Carlos Rivera ha realizado para celebrar el tercer aniversario de su revista. No tienen desperdicio. Solo tenéis que pinchar en el nombre de la revista que tenéis mas abajo.
¡Gracias Carlos por hacerme un hueco dentro del Diluvio! El Nuevo Diluvio Magazine II
Con permiso de Carlos, aquí tenéis el artículo con el que he colaborado en este fantástico número:
                                                  DE MORMONES, TONY’S Y GRAN VIA
 
Este Junio pasado se celebró la entrega de los premios Tony 2011 y la obra vencedora fue “The Book of Mormon”, el nuevo musical “rebelde” que se pasea con gran éxito de crítica y público por Broadway… y vosotros lo mismo pensáis “¿Y?”, pues que esto me ha dado que pensar que de vez en cuando a Broadway y a todos nosotros nos gusta que nos den un poco de caña… Me explico, cada cierto tiempo sale a la luz un musical que por temática, lenguaje, montaje o la razón que sea, es todo un escándalo o hace que la gente se revuelva en las butacas de los teatros…
A  mi personalmente me encanta, como le dije en un intercambio “twittero” a Julio Bravo; que de vez en cuando salga un musical que actúe como dedo que se le mete en el ojo a Broadway y que le incomode un poco… ¿o no le incomoda tanto como aparenta? ¡Si finalmente lo premia con un aluvión de Tony’s! Y es que Broadway es así, es teatro. Pone pose de dama escandalizada, hace que mira para otro lado, pero a lo tonto se deja querer por el chico malote del momento…
Es algo cíclico, después de una temporada de musicales que van y vienen, surge uno que se levanta sobre los demás y los empuja haciéndose notar, como es el caso del que os hablo “The Book of Mormon”, musical creado por Trey Parker y Matt Stone, que ya venían haciendo de las suyas con “South Park”, con lo que no podía ser de otra manera… 
Creo que esa oleada de rebeldía e irreverencia también se está instalando entre nosotros y nos ha afectado. Eso sí, a ser posible provocándonos una sonrisa. ¿Será por los tiempos que nos está tocando vivir? Todo afecta… 
¿Qué por qué digo esto? Pues porque no hay mas que ver nuestra cartelera desde hace unos meses. Y es que Broadway, como gran Diva que es, crea tendencia y tiene una amiga que se llama Gran Vía, ¡a la que le encanta estar a la última!, y si Broadway se piensa rebelde por tener un espectáculo sin pelos en la lengua, va La Gran Vía, como buena madrileña (que ya se sabe que es “mas chula que un ocho”),y si ve que a Broadway le ha dado por los mormones, va ella y se viste con todos los pelos que a la otra le sobran, poniendo en cartel “Avenue Q; enseñándonos a reírnos de nosotros mismos pensando en lo “mierda” que es ser uno mismo, que seamos un poco racistas o que nos encante el porno en internet, e incluso reírnos de las desgracias ajenas y descubrir que aún así no tenemos porqué tener mal fondo… pero como digo, la Gran Vía es muy chula y muy fresca, así que una noche le dio por salir de copas y ligar con un catalán, con tan mala (buenísima) fortuna que se quedaron “Pegados” ¡por dos veces en un mismo año!, para regocijo de todos los que nos metimos en la sala de espera a ver cómo resolvía la situación…
¿Qué? Ah! ¿Que ninguna de las dos ha estado realmente en la misma Gran Vía? Bueno, tampoco seamos tan tiquismiquis, la “Gran Vía” es mas nuestro estilo de vivir los musicales que la propia avenida. De todos modos para eso se ha hecho el concierto de “Rent” en el Teatro Coliseum, principio o final de la Avenida, y demostrar a todos que da igual cómo seamos o dejemos de ser, que lo que hay que hacer es medir el tiempo en amor y pensar en VIVIR porque ¡No hay mas que hoy! Y por si todo esto fuera poco, y como remate en estos tiempos de indignación, llegará Septiembre, rebuscará en lo mas hondo de nuestra rebeldía, que está loca por salir, y nos regalará “Hair”, repartiendo paz y amor como se hizo antes, cuando todo esto se miraba con la ceja levantada y que ahora se premia como original… 
Y es que en realidad nos encanta que, aún estando sentados en la butaca nos ocurran cosas por dentro, nos escandalicen, nos remuevan la conciencia o nos sorprendan  con una nueva pedorreta en las narices… y de eso trata todo esto, ¿no? El teatro siempre debería ser un muro donde cada uno pudiera decir las cosas a su manera y no dejarnos indiferentes.