¡FELIZ 2012!
¡¡¡Nos vemos en los teatros!!!
Me confieso un admirador de Almodovar, de su estilo, de él mismo y de toda la mitología que le rodea… No puedo negarlo… Aunque no soy de los que se ponen una venda en los ojos y adoran cada paso que da, no he pasado por el aro de todas sus propuestas… Eso sí, película que estrena, película que me cuenta como espectador y esta vez no iba a ser menos, ¡claro!
Me fui a ver «La Piel Que Habito» sabiendo muy pocos detalles, solo que había cierta polémica con algunas críticas feroces, pero sin hacer mucho caso de nada. Cuando Almodovar estrena, yo voy digan lo que digan. La verdad que el trailer me dejó bastante indiferente, y eso fue lo que me vendió la película… ¿Absurdo? No, es que algo me decía que el contenido realmente interesante estaba en el metraje que no desvela el trailer… Odio profundamente los spoiler disfrazados de trailer.
Para mi gusto su cine estaba pidiendo a gritos algo como lo que ha hecho… estaba cayendo en la comodidad de refugiarse en su mundo «Almodovariano». Todos mas o menos sabemos lo que nos vamos a encontrar en la sala cuando se apagan las luces y en la pantalla sale proyectado eso de «Un film de Pedro Almodovar», pero como admirador suyo estaba deseando que me diera algo diferente, algo que me hiciera salir del cine golpeado, KO perdido… Bueno, pues nada mejor que «La Piel…» Una película completamente atípica… Quizá de tan atípica que es, sea la mas cercana a su esencia porque analizándola detenidamente, tiene todos los ingredientes que le caracterizan… Pero a parte de lo que es en sí la película, me gusta pensar que aún hay mucho que descubrir en su cine.
La película encierra una frialdad terrible, como la venganza que narra su argumento. Unas ideas enfermizas y depravadas que, en el momento que las vas descubriendo, tu cabeza dice «Si, hombre, ¿y qué mas?», porque te niegas a creer lo que te cuenta, pero esa misma idea es la que hace que tu cabeza cambie radicalmente y se da cuenta que, de tan rebuscada que es la propuesta, se hace mas amenazadoramente real, mas palpable que cualquier otra cosa que hubiera querido contarnos…
Almodovar juega con los contrastes. Donde mas luz hayamos, mas oscuro es el propósito que nos quiere contar. Cuanto mas inexpresivo parece el personaje, mas nos da que leer… Donde mas belleza parece que hay, mas dolor es el que encierra… Donde mas espacio abierto existe, mas claustrofobia y mas desamparados nos encontramos… Una película de terror para verla y pensarla. No es la típica película que cuando te marchas a casa comienzas a olvidar. Es una película que cuando termina en la pantalla, comienza en tu cabeza. Es como si Pedro nos diera la semilla que luego tendrá que germinar dentro de cada espectador… Bueno, no, ese no es el símil… Creo que mas que una semilla, lo que hace Pedro es contagiarnos un virus que se cuela por nuestros ojos y nos come la razón. Por eso es tan aterradora esta cinta, no porque saltes en la butaca, si no por lo terriblemente real que puede ser el encontrarnos en manos de otro y que ese otro quiera jugar a ser Dios con nosotros… Y no digo mas para no «Spoilear» demasiado al que aún no la haya visto.
Los actores están magníficos, muy bien afinados para poder sonar al ritmo que la batuta de Almodovar desea.
Elena Anaya tiene una interpretación maravillosa, es hipnótica, casi marciana… Es de esas pocas actrices que sus miradas dicen muchas veces mas que sus palabras… Creo que ha asumido un riesgo enorme a la hora de afrontar este papel, y ha salido victoriosa y con nota.
Para mi Antonio Banderas tiene dos caras, la internacional que sinceramente, no me dice demasiado, y la nacional, donde arriesga con las propuestas y da algo que creo que fuera no saben sacarle. Me gusta haberme encontrado con un Banderas que pensaba que ya no existía…
Jan Cornet, Blanca Suárez, Susi Sánchez y Bárbara Lennie componen entre ellos un universo de personajes tan cercanos que quizá sean ellos los que mas nos hacen sentir escalofríos por sus dosis de trágica realidad que encierran dentro de cada uno.
Al igual que Marisa Paredes y Roberto Álamo, dos seres perdidos, resignados y destinados a una existencia llena de desesperanza.
Por supuesto que hay que mencionar la maravillosa fotografía de José Luis Alcaine y la música de Alberto Iglesias, colaboradores ambos de la creación de una atmosfera asfixiante dentro de un Almodovar gratamente atípico.
Quizá cuando la veáis os parezca como a mi cuando salí del cine, que la película está bien, pero que es demasiado distante y aséptica. Sin embargo según pasan los días se te va colando hacia el fondo, muy al fondo; como si fuera un veneno lento que poco a poco te come por dentro…
Víctor Conde. Por cortesía de Javier Naval. |
– Bueno, cada obra es un mundo, pero cuando yo decido hacer algo, la primera parte es una parte de investigación. Por ejemplo, cuando decidí hacer “La Ratonera” de Agatha Christie, releí las obras, no solo las cumbres, si no las que mas me marcaron a mi en una época, las que mas relación pueden tener con la función… Si me hubiera tenido que leer las 80 novelas de Agatha Christie lo hubiera tenido un poco jodido! Jajaja Pero sí que me leo todo lo que puedo, los tratados que se han hecho de la escritora y tal… Hay una parte de investigación muy profunda que te lleva a la estética, al tono que tú quieres darle a la historia. Veo todas las películas que se han hecho sobre el tema, no solo las de esa función. Por ejemplo, yo adoro a Hitchcock, y cuando surgió hacer “Crimen Perfecto”, para mi fue la mejor excusa para volver a verme prácticamente toda su filmografía. Era como algo que tenía asumido y me encantaba, a veces me decían de ir a cenar o a tomar una copa y decía “No, no, no, que hoy me toca ver La Ventana Indiscreta” jajajaja. Anoto absolutamente todo lo que me puede servir para montar mi historia porque, en este caso (de Crimen Perfecto), la quería contar desde el punto de vista de Hitchcock, utilizando sus recursos narrativos, entonces me dedicaba a ver la película y anotar… ¡Es todo un disfrute!, seguramente es una de las partes mas bonitas y divertidas del trabajo. Ahora que estoy preparando “Luz de Gas”, no solo me estoy viendo las dos versiones, me estoy fijando en la temática que narra, la estética, intentando ver un poco todo lo que puedo y leer sobre todo eso.
Víctor Conde. Por cortesía de Javier Naval |
Hace un año, tal día como hoy, se me pasó por la cabeza el crear un blog donde poder hablar de lo que mas gusta, de lo que siempre me ha llenado por dentro y hace que todo se me remueva… El cine y el teatro.
Nunca lo creé con el propósito de dármelas de nada, quise crearlo desde la humildad del que algo sabe, pero que le falta mucho por aprender. Pensé que la mejor manera de poder aprender es expresarme, plasmar mis ideas por escrito y dejar que la gente juzque, opine y me muestre otros caminos que no tengan que ser el mismo que yo sigo.
Y surgió «En Un Entreacto».
Ya ha pasado todo un año de espectáculos, de opiniones, de darme a conocer, de ofrecerme y de absorber. Y reconozco que sigo con la misma ilusión que el primer día, sigo sintiendo el mismo pudor al dar al botón de «publicar entrada» y mostrar, a quien quiera leerlo, lo que ha salido de dentro… y como la ilusión sigue siendo la misma, y el hambre de mas y mas crece a cada momento; me he propuesto un nuevo reto para ofreceros novedades y que la vida de este blog no decaiga. Desde ahora en adelante, también publicaré entrevistas con los actores y actrices que se presten a formar parte de este pequeño universo en expansión que es «En Un Entreacto». Entrevistas para que conozcamos un poco mas a toda esa «fauna» que puebla los escenarios y que tantos momentos felices nos dan.
Antes de finzalizar este post, quiero agradecer a todos aquellos que os habéis paseado por aquí, me habéis regalado un momento de vuestro tiempo para opinar o simplemente para leer lo que en ese momento se me ha ocurrido. Gracias de todo corazón por vuestras visitas, porque son pequeños empujones que me hacen avanzar, crecer y querer seguir adelante. Ojalá sigáis viniendo a leerme porque, como decía mas arriba, yo sigo con la misma ilusión que el primer día, esperando que haya alguien que le interese y quiera leerme, y es por eso que digo ¡Es nuestro aniversario! Porque, si bien el blog lo publico yo, considero que también es un poco de todo aquel que se le ocurre hacer «click» y pasar un rato leyendo lo que aquí se publica.
¡¡¡GRACIAS!!!
Os sigo esperando para charlar con vosotros como lo haríamos en un entreacto.
Me produce mucha tristeza ver como en los últimos meses estamos despidiendo a grandes actores y actrices de toda la vida…
Es ley de vida, pero a uno le puede el corazoncito y se apena cuando nos deja gente como María Isbert. Actriz con un apellido con solera y que desprendía un cariño tremendo.
¡Descanse en paz!
Definitivamente esta es una película que debemos ver todos. Sentarnos una tarde en el salón de casa y dejarnos atrapar por la nostalgia de la niñez, de aquellos veranos de cuando éramos pequeños. Recordar nuestro primer beso, nuestra pandilla de amigos, las bicicletas, las tardes con ruido de chicharras, las heridas en las rodillas, las rivalidades por conseguir ser el mejor, aunque solo fuera por un instante, los grandes planes para conseguir los deseos que tanto anhelamos… y sobretodo la intensidad de la amistad, esa intensidad que quedará por siempre clavada dentro de cada uno de nosotros y que ya nunca volverá.
Ya, ya sé que alguno dirá, pero… ¿este hombre no tiene criterio? Pasa de estar el Lunes paladeando un espectáculo de Sondheim a ir el viernes a ver «La última de la directora de Crepúsculo»… Pues es que soy así, un poco bipolar en mis decisiones, en la variedad está el gusto o el disgusto… porque ¡Vaya lo que me comí anoche en el cine! Ufff!
Mal comienza la cosa cuando le ponen a la película como sobretítulo «¿A quién tienes miedo?». ¿A quién?, a quien haya decidido que la película vaya con esa coletilla facilona y «chorra» y miedo a que la película vaya en consonancia… El caso es que lo que me llevó al cine fue la estética, el tratamiento de colores y ritmo que vi en el trailer, los ambientes creados; me parecía que estaba un poco inspirada en Sleepy Hollow, que algo había de esa atmósfera Burtoniana mas que de las ñoñerías crepusculares, incluso que podría encontrarme con algo de la perversión de «En Compañía de Lobos» de Neil Jordan… que en el reparto estuviera Gary Oldman o Julie Christie…
La premisa de la que parte tiene buena pinta. El cuento en el que se inspira llevado a un terreno mas adulto y añadiéndole que el lobo en realidad sea un hombre-lobo, una amenaza mas terrorífica y sobrenatural para la aldea donde vive la protagonista, incluso que el cazador sea un fanático religioso y que Caperucita no solo se dedique a pasear a casa de la abuelita, si no que se entretiene en los bosques cazando conejos a cuchilladas y revolcándose con algún aldeano… vueltas de tuerca que parecía que buscaban la originalidad en un cuento clásico.
Nada, que no me atrapó en lo mas mínimo. La película pasa de puntillas por mil momentos que podrían haber sido mas que interesantes y que se quedan en secuencias anecdóticas e inconexas desaprovechadas por su directora Catherine Hardwicke. Al final de lo que se trata es de saber quién es el hombre-lobo que atemoriza a la aldea y acosa a Caperucita, y la directora a lo que se dedica es a meternos en el juego de lanzar pistas falsas que no llevan a ningún sitio, juega a engañar al espectador, pero sin un objetivo fijo, solo el que miremos para un lado donde sucede algo que creemos de importancia y luego no retomarlo mas… situaciones que podrían haber resultado jugosas si se hubiera sacudido la mojigatería vampiril de encima, en vez de crear un sello propio de ello… La saga Crepúsculo creo que se debería quedar en lo que es, una saga independiente, con sus mas que respetables seguidores, pero ya está, no puede ser que cada película que haga esta señora tenga la misma premisa. Chica, en este caso Amanda Seyfried, que se encuentra metida de lleno en un triángulo amoroso en el que dos chicos mas o menos monos (Shiloh Fernández y Max Irons, sí, sí, hijo del mismísimo Jeremy Irons) se la disputan a base de frases tan manidas como «Si eres el lobo, juro que te cortaré la cabeza»… ¡Por Dios bendito! Seguro que ellos mismos como actores se tuvieron que sonrojar de verse en la tesitura de decir algo así…
Antes de acabar con esta opinión (no quiero que se considere crítica porque realmente no estoy analizando la película, si no dando mi opinión sobre lo que a mi particularmente me ha parecido), quisiera decir que el doblaje que han hecho a Gary Oldman es lo mas horroroso y lineal que he visto en mi vida; si la película me hubiera gustado un poco, sería capaz de volver a verla en versión original para comprobar si realmente hace tan mala actuación como lo que vi o es el doblaje, tan mal interpretado, el que fastidia la labor de un actor que siempre me ha gustado.
En fin, que a quien le apetezca otra ración de mas de lo mismo, que vaya al bosque en busca del lobo…
¡¡¡Hola a tod@s!!!
Comienzo el mes de Abril pasándoos el enlace del nuevo número que ha salido de «EL NUEVO DILUVIO MAGAZINE«, antes era «EL DILUVIO TEATRAL». El cambio es porque ahora ha comenzado a abarcar otros ámbitos de la cultura como son el cine y la música.
Desde «En Un Entreacto» felicitamos a Carlos Rivera, que es el creador de esta revista, por el trabajo realizado y demostrar que pasito a paso se ha ido haciendo un hueco realizando algo que tanto le apasiona y que compartimos, que es el teatro.
Por cierto, en el número de Abril colaboro haciendo un pequeño análisis titulado «¿TENEMOS CULTURA DE TEATRO MUSICAL EN MADRID?», por si os apetece leerlo.
http://periodismo21.files.wordpress.com/2011/03/el-nuevo-diluvio-magazine1.pdf
Animaos y echadle un vistazo y me decís qué os ha parecido, me apetece saber vuestra opinión para poder ir mejorando.
Gracias desde ya!!!
Cisne Negro es la nueva película que nos regala Darren Aronofsky, director de títulos como «Pi«, «Réquiem por un sueño«, «La Fuente de la Vida» o «El Luchador«.
Cuenta la historia de Nina (Natalie Portman), bailarina de una compañía de danza de Nueva York, que tiene la oportunidad de interpretar a la Reina Cisne en el ballet «El Lago de los Cisnes», sustituyendo como bailarina principal a la estrella de compañía, Beth (Winona Ryder). Cuenta, en clave de thriller psicológico, la dura trayectoria desde que Nina es elegida hasta el día del estreno del ballet. De cómo Nina tiene que conseguir convencer al coreógrafo de la compañía (Vincent Cassel) de que ella es la perfecta intérprete, su relación enfermiza con una madre bailarina fracasada y sobreprotectora (Barbara Hershey) y su lucha interna por una atracción un tanto especial por su mas firme rival (Mila Kunis)…
El director nos muestra la espiral de paranoia y realidad en la que se mete Nina, causada por los cuidados excesivos de su madre, las exigencias del coreógrafo y su lucha interna por vivir una vida fuera de lo que le tiene establecido desde siempre. Una espiral que la lleva al camino de la perfección como bailarina, un camino lleno de inseguridades, miedos y frustraciones. En el film vemos como ella rompe con los esquemas, como, sin querer, sufre toda una metamorfosis rayando la locura.
Con esta historia se muestra al espectador como es el mundo de la danza, las tripas de una compañía, todo aquello a lo que no tenemos acceso el espectador de a pie. El sufrimiento y la constante lucha por mantener un lugar privilegiado, que viven todos aquellos que se dedican al ballet. Nos da una vuelta de tuerca, enseñándonos la tensión constante, lo quebradizo que es el ser humano cuando se siente amenazado y hasta donde somos capaces de llegar por conseguir tocar el cielo con los dedos aunque solo sea por un instante…
La película me ha recordado en cierta manera a las películas norteamericanas de los años 70 y no me hubiera extrañado ver aparecer en alguna secuencia a un joven DeNiro, o a un Pacino o una Meryl Streep. Con ese tratamiento de la imagen, un tanto sucia, granulada, que hoy con el HD ya no vemos. Unos decorados austeros, con colores monocromáticos, muchas veces sintiendo el vacío en el espacio con esos silencios de una banda sonora muy bien llevada… algo que nos hace estar desprotegidos en la butaca, sintiendo la frialdad de lo que nos rodea para ser golpeados, al siguiente segundo, con imágenes que se quedan clavadas en la retina. Grandes imágenes que te atrapan, con una sutileza y una crudeza impresionantes, donde hasta el detalle mas insano o mas increíble, tiene hueco como instrumento para adentrarnos en la locura que desatan los miedos mas básicos.
Los actores hacen un trabajo inmenso, consiguiendo mantener en tensión al espectador, que no sabe si lo que está viendo en pantalla está en la mente de la protagonista o es la realidad de una historia contada con gran maestría.
Natalie Portman hace una composición de personaje que te atrapa desde el comienzo. Desde esa fragilidad de bailarina clásica, nos muestra con la fuerza de su mirada, que dentro de ella hay mas que una muchacha débil, enseñándonos todo lo que es capaz esta actriz, incluso podemos disfrutar de momentos de danza, ¡qué gusto da ver la versatilidad de algunos profesionales!
Pero no me quiero quedar solo en ella porque Barbara Hershey también hace un gran trabajo enseñándonos esa madre sobreprotectora que quiere que su hija viva lo que ella nunca vivió, pero que a la vez no quiere que el mundo exterior la corrompa, haciendo todo lo que esté en su mano y mas allá para que siga la línea trazada por ella.
Vincent Cassel interpreta a la perfección al coreógrafo que hace lo que esté en su mano por conseguir que todo salga según lo tiene planeado. Todo por mantenerse en lo mas alto. Al precio que sea.
Al igual que Mila Kunis, con ese personaje que hace que Nina entre dentro de un mundo desconocido y que nunca sabemos si habita en la realidad o no, ese ser que nos atrae y a la vez nos asusta porque todo lo que hace es lo que nosotros quisiéramos ser.
En definitiva, una película que acabará siendo un gran clásico, una referencia de buen cine y que en dos días sabremos si tocará el cielo, como su protagonista, pero de los Oscars; ganando alguna de esas 5 nominaciones a las que opta. Quién quiera saborear una película de las que luego apetece hablar y analizar, que acuda a verla porque no saldrá defraudado.
Merece la pena verlo, tanto si te has dedicado o te dedicas a este mundillo o no… Aunque se puede aplicar a la vida en general y a lo que nos debemos enfrentar todos en muchos momentos…
Aún así, desde aquí envío un abrazo a todos los que se dedican a esta maravilla de mundo que es la interpretación, pero que da tantos sinsabores…