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CDN Colomé Conesa Espert Gerardo Vera Lahoz Loba María Guerrero Mestre Teatro Valverde

La Loba

Título:
La Loba

Lugar:
Teatro María Guerrero

Autor:
Lillian Hellman

Versión:
Ernesto Caballero

Reparto:
Hector Colomé (Benjamin Hubbard)
Carmen Conesa (Alexandra Hiddens)
Nuria Espert (Regina Hiddens)
Ricardo Joven (Oscar Hubbard)
Paco Lahoz (William Marshall)
Markos Marín (Leo Hubbard)
Jeannine Mestre (Birdie Hubbard)
Victor Valverde (James Hiddens)
Ileana Wilson (Addie)

Dirección:
Gerardo Vera

Antes de marcharme unos días de vacaciones, no podía dejar escapar dos obras que están actualmente en cartel. “De Ratones y Hombres” de Miguel del Arco, de la que os hablaré en breve y “La Loba”de Gerardo Vera.

Son funciones de las que he escuchado hablar tanto, de ver tantas imágenes, de saber tanto sobre ellas, que sin darme cuenta me he creado una necesidad imperiosa por verlas.
El aliciente de “La Loba”, que es la obra que nos ocupa esta crónica, era volver a ver una función dirigida por Gerardo Vera. Después de ver “Agosto”, no podía ser de otra manera. Y sobretodo poder ver a Nuria Espert por primera vez sobre un escenario. Considero que no hay que dejar escapar la oportunidad de ver a los/las grandes de la escena española, disfrutar en vivo de su arte y tratar de aprender lo máximo posible.
“La Loba” de Lilliam Hellman. Ambientada en el sur de Estados Unidos, en el 1900. Cuenta la historia de tres hermanos sin escrúpulos que traman la forma de conseguir el capital suficiente para asociarse con un empresario que quiere montar una fábrica en la ciudad. Al precio que sea. Habla de cómo la ambición desmedida pudre todo aquello que toca, de cómo el ser humano es capaz de traicionar, pisotear y destrozar el alma de los que le rodean en beneficio propio. Nos habla de hasta donde podemos llegar en el momento que la codicia nos ciega. De lo voraz que se vuelve el hombre frente a los suyos cuando se siente amenazado y desplazado. Y, porque no, de los sueños mas íntimos que habitan en cada uno de nosotros.
Impresionante la tela de araña que llegan a tejer los personajes para poder salirse con la suya. Las artimañas y el daño que pueden generar en los suyos sin remordimiento alguno ante el ansia de poder.
Una escenografía limpia, luminosa y muy bien ambientada, hace todavía mas patente la suciedad que poseen interiormente los personajes.
Una historia llena de giros y traiciones. Interesante en su planteamiento, pero que sin embargo queda todo tan a la vista a la hora de ser contada, que no hay sorpresa en lo que nos muestra. El público es conocedor en todo momento de lo que va a acontecer y se limita a observar como los personajes van cayendo en la trampa urdida.
La función es como una partida de cartas con los naipes puestos sobre la mesa. La mano que nos ha tocado en suerte es interesante y con muchas posibilidades de ser ganadora, pero que al ser mostrada de una manera tan alevosa hace que perdamos el interés y no sintamos ninguna emoción.
Sin imperfecciones reseñables y un resultado impecable, y que sin embargo resulta lejana, distante. Quizá sea mi apreciación personal, pero no sentí que traspasara la cuarta pared, todo se quedaba en el escenario.

El reparto al completo están bien, mas que correctos. De hecho, ahora, pensado en lo que quiero escribir y analizando uno a uno a cada uno de los intérpretes pienso que han hecho una muy buena labor, pero algo debe pasar para que tan buenas interpretaciones no me hayan calado.

Nuria Espert consigue ofrecernos un personaje detestable. Ambicioso y lleno de frialdad que hace aborrecerla. Es como si la maldad quisiera, literalmente, brotar de ella en algunos momentos de la función. La Espert es teatro en estado puro, sé que suena a frase hecha, pero es algo innegable. Todo lo que hace está mas que justificado, hay matices en cada acción, en cada frase; nada lo deja a merced del azar. Aunque confieso que hubo ciertos aspectos que se me escaparon en su manera de encarnar a esta Loba humana.

Carmen Conesa y Victor Valverde me gustaron mucho, quizá sea la empatía con sus personajes. Mas humanos que el resto de la familia Hubbard. Algo de amabilidad dentro de tanta maldad hace que sea un golpe de aire fresco tener de dos interpretaciones tan naturlistas.

Si La Espert representa a la Loba, Hector Colomé, Ricardo Joven y Markos Marín interpretan tres hienas que desde el comienzo dejan patente lo despreciable que es su existencia. Despiadados y descarnados, son tres víctimas al servicio de los planes de su hermana/tía. Exudan una violencia a penas contenida que asusta. Son tres catetos bien vestidos que reaccionan descontrolados ante la visión de poder.

No dejo sin mencionar a Paco Lahoz y a Ileana Wilson, dos personajes claves para el desarrollo de la trama. Agentes externos que tienen la verdadera visión de lo que se cuece dentro de la guarida.

Pero si tuviera que quedarme con uno de ellos sería sin duda con Jeannine Mestre y su Birddie. Llena de esa inocencia casi infantiloide que esconde tanto sufrimiento y amargura, tanto sentimiento arrancado a puñetazos de su alma. La advertencia viva de lo que puede llegar a convertirse de nuevo la historia de la familia. No sé si es su manera de decir el texto, de moverse por escena, pero algo hipnótico había en su manera de hacer que arrastraba mi mirada allá donde se encontrara.

Como ya he dicho, no puedo decir que algo fallara, pero salí indiferente hacia lo que me contaron y eso, como amante del teatro, me deja un regusto amargo porque creo que el teatro está para provocar reacciones y lo peor que puede pasar es precisamente que esto no ocurra. Para bien o para mal.  
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Balaguer Follies Hipólito Mario Gas Massiel Mirabal Muntsa Rius musica musicales Pep Molina Sondheim Teatro Teatro Español Vallicrosa Valverde Vicky Peña

Follies

Título:
Follies

Lugar:
Teatro Español (Madrid)

Música y Letras:
Stephen Sondheim

Libreto:
James Goldman

Intérpretes:
Vicky Peña, Carlos Hipólito, Muntsa Rius, Pep Molina, Marta Capel, Diego Rodríguez, Julia Möller, Ángel Ruiz, Joana Estebanell, Massiel, Asunción Balaguer, Linda Mirabal, Teresa Vallicrosa, Mónica López, Mamen García, Lorenzo Valverde, Josep Ruiz, Gonzalo Salvador, Nelson Toledo, María Cirici, Marisa Gerardi, Antonio Villa.

Dirección Musical:
Pep Pladellorens

Dirección de escena:
Mario Gas

No sé si son las ganas o qué es, pero cuando uno está a punto de presenciar algo realmente grande parece que lo nota. Es como si en el ambiente flotara una energía especial, algo que hormiguea por dentro y te tiene impaciente por la subida del telón… Me sentía como un niño pequeño al que le han prometido que si es bueno, le van a llevar al Parque de Atracciones. Aunque también me estaba dando un miedo terrible porque solo había escuchado cosas buenas, críticas entusiastas y eso hace que las espectativas sean muchas.

Ya de entrada, pasar por las puertas del Español es cargarte de magia. Algo tiene ese teatro, como un alma viva que te envuelve. Algo que creo que no todos los espacios escénicos poseen… Es algo que se desprende de sus butacas, de sus palcos… de la historia que lleva sobre sus hombros. No lo sé, pero creo que es la mejor elección para representar algo como «Follies«.

La historia que cuenta este musical de Stephen Sondheim trata sobre una última reunión de «viejas» glorias en un teatro de Broadway a punto de ser derruido para dar paso a un parking. Todo se centra en dos parejas que comenzaron su historia de amor entre las paredes de dicho teatro y que, con el paso de los años, su relación se ha ido deteriorando. Al llegar de nuevo al teatro sentimientos y sensaciones, aletargadas hasta el momento, toman cuerpo y vuelven a dar sentido a sus vidas. Todo esto se entremezcla con fragmentos de otras historias contadas en canciones que interpretan el resto de personajes que han asistido a la reunión de despedida.

Maravillosa la forma en la que se juega con las idas y venidas en el tiempo, los flashbacks, las entradas y salidas de personajes, la transición entre números. Una maquinaria perfectamente engrasada; labor nada fácil la que ha tenido Mario Gas, teniendo en cuenta la cantidad de actores y bailarines que constantemente están en escena. Aunque permanecen en segundo plano, siempre tienen un fragmento de vida que mostrar a quien quiera dirigirles la atención. La orquesta es maravillosa, totalmente integrada. Hay veces que me da la sensación que las orquestas resultan agresivas, que necesitan hacerse notar para que se sepa que están; sin embargo este no es el caso. La música fluye, vuela por la escena, por el patio de butacas y acaricia a los intérpretes. Al igual que las voces de los actores, que siempre saben ir de la mano de los músicos. Una delicia.

El arranque del musical es de poner los pelos de punta. Alguien paseando a la luz de una linterna entre los restos de un teatro abandonado, habitado únicamente por esas sensaciones que quedan impregnadas por siempre en sus paredes, en sus telones, en sus butacas… En definitiva, mostrándonos el misterio que guarda un teatro cuando nadie mira, para pasar poco a poco a presentarnos a los personajes de «Follies«; personajes actuales, pasados o imaginados, que llenan la escena de luz y vida con un número inicial sencillamente espectacular. Y lo que viene después no desmerece en prácticamente ningún momento. Es un placer disfrutar de una sola atacada de tantos actores/actrices que hacen de esta profesión algo tan grande, de su arte, de ver lo que es un trabajo hecho con ganas, con profesionalidad y lanzado al público con todo el alma. Asombrosa la energía y la alegría de Asunción Balaguer, maravillosa la intervención de Linda Mirabal y Joanna Estebanell, la fuerza de Teresa Vallicrosa en «Who’s That Woman?«, el glamour de Mónica López o la ternura y complicidad de Mamen García y Lorenzo Valverde cantando «Rain on the Roof», la voz de Josep Ruiz, los jóvenes Marta Capel, Julia Möller, Diego Rodríguez y Ángel Ruiz… ¡Casting perfecto! ¡Redondo! o casi… Lo siento, pero Massiel se me hizo excesiva para el conjunto…

Me he dejado para mencionar a parte a los cuatro actores centrales. Vicky Peña es alguien que tiene un «don», aquello que toca lo transforma de tal manera que siempre quiero mas de ella, ya la he visto en tres montaje de Mario Gas, todos de Sondheim y nunca me ha defraudado ni un ápice; Carlos Hipólito aporta tanto realismo a lo que hace, tanta cercanía… verle como escucha a su partener, como mira, como se entrega al compañero y como se da al espectador… ¡es toda una lección de interpretación! Pep Molina creo que si la función no acabara terminaría por fundirse con el escenario, según avanza la historia crece y crece y crece y va a mas y mas y mas… y así hasta el infinito. Es tanta su versatilidad dentro de un mismo personaje que apabulla. Y Muntsa Rius… es tan maravillosa… aporta a su personaje esa inocencia, esas ganas de amar, de ser amada, de soñar con lo pasado, de encajar los golpes del presente y te hace identificarte tanto con ella… todo eso lo interpreta tan bien… y con esa voz… Creo que si esto fuera Broadway, esta gente serían casi calificados como dioses…
Se me saltaron las lágrimas de emoción y de gusto en varios momentos, entre ellos el número «Who’s That Woman?» interpretado por todas las actrices bailando ¿tap? ¿claqué? (Siento no saber diferenciarlo, pido disculpas por mi ignorancia al respecto) o el número que mezcla «Ah, Paris!» y «Broadway Baby» con ese final de canción tan apoteósico… Junto con ese demencial segundo acto que da tantas visiones y ¡tan caleidoscópicas! ¡Casi un viaje alucinógeno y psicodélico por el ambiente «revistero»! Todos ellos momentos casi «orgásmicos», con perdón, pero el placer que me hicieron sentir se acercaba bastante a ello…
Disfruté mucho de esta función porque no estaba viendo un musical. Estaba viendo TEATRO, así, en mayúsculas. Todo era disfrutable, texto, música, voces, escenografía, luces, vestuario… Que uno sienta que da lo mismo que hablen o canten, que lo único que necesita para seguir respirando es que continúe el espectáculo… Eso es algo que hay que vivirlo y este «Follies»me lo ha dado…

¿Se puede pedir mas en un solo montaje? He leído por ahí que lo califican de «Legendario» y, la verdad, yo lo creo así… No sé si es por la emoción que aún me tiene atrapado o porque es así, pero desde luego que así lo plasmo porque es la sensación que prevalece tras disfrutarlo y es lo que quiero contar. Lo que cuente pasado un tiempo no sabré si es alimento de mi mente o es algo que realmente viví… así que aquí queda lo que me pareció tras cerrarse el telón…

Dicen por ahí que después de finalizar en Abril volverá a representarse en Junio/Julio… Si así resulta, desde luego que me tendrán allí de nuevo. Ha tardado 40 años en ser representado en España, pero qué bien que, al fin, haya llegado…

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Azpilicueta Ángel Padilla Carlos J. Benito Castedo Julio Awad Luchetti Mazoy musicales Paris Martín Pérez Galdós Rodgers and Hammerstein Sonrisas y Lágrimas Teatro Valverde Zamalloa

Sonrisas y Lágrimas

Título:
Sonrisas y Lágrimas.

Lugar:
Teatro Pérez Galdós (Las Palmas)

Autores:
Richard Rodgers y Oscar Hammerstein

Elenco:
Silvia Luchetti (María)
Carlos J. Benito (Capitán Von Trapp)
Loreto Valverde (Baronesa)
Jorge Lucas (Max)
Paris Martín (Rolf)
Trinidad Iglesias (Frau Schmidt)
Noemi Mazoy (Madre Abadesa)
Angels  Jiménez (Hermana Margarita)
Amparo Saizar (Hermana Berta)
Lourdes Zamalloa (Hermana Sofía)
David Castedo (Franz)
Ángel Padilla (Herr Zeller)
Yolanda García (Liesl)
Jorge Galaz (Friedrich)
Marta Ibáñez (Lousia)
María Osuna (Brigitta)

Dirección:
Jaime Azpilicueta.

Dirección Musical:
Julio Awad.

¿Quién puede negarse a una escapada de fin de semana a Las Palmas? ¡Nadie! y si encima existe la posibilidad de poder ver el montaje de «Sonrisas y Lágrimas» antes de su estreno en Madrid, ¡todavía mejor! Aunque confieso que no es uno de mis musicales favoritos, incluso la película se me hace larga de ver… pero si a mi afición de ver todo lo que se me planta ante los ojos, le añadimos que en casa tengo a uno de sus mayores admiradores… ¡pues no había mucho mas que hablar!
La verdad que tenía ganas de ver algo mas «clásico» de lo que venía viendo últimamente y esta era la mejor de las ocasiones, la música y las letras las conozco, la historia también, con lo que solo tenía que sentarme y dejarme enganchar. ¡Y lo hice!
El comienzo me pareció espectacular. Ese coro de monjas dando paso a la primera aparición de María… es fantástico. Me pusieron los pelos de punta. Me fijaron a la butaca. Desde ese momento, ya no dejé de disfrutar con todo lo que sucedía en escena. La obra tiene muy buen ritmo, los cuadros se van sucediendo con agilidad y en muy contados momentos se alargaban mas de la cuenta.
La escenografía es grandiosa, cambia constantemente y guarda la sobriedad que este musical pide. La iluminación, la ambientación, el sonido envolvente… La tormenta y la primera aparición de los pequeños son momentos que generan mucha excitación en la platea. Todo está perfectamente encajado para situarnos en cada escena. No quiero desvelar nada porque le quedan muchas ciudades por visitar y quisiera que todo el mundo se sorprenda como lo hice yo, pero que sepa quien vaya que verá un montaje espectacular y que no escatima en nada.
Con respecto a las interpretaciones, María está llena de energía; tiene una luz especial y, si soy sincero, en ningún momento la comparé con la grandísima Julie Andrews, ni para bien ni para mal, simplemente Silvia Luchetti le da su propia personalidad. 
La troupe Von Trapp dan en todo momento la imagen de candidez e inocencia mezclada con la travesura tan características de esta familia y suenan realmente bien; se identifica perfectamente la personalidad de cada uno. A la cabeza de todos ellos hay un correcto Carlos J. Benito como el Capitán Von Trapp, que a mi me resultó agradable de ver. Aunque los que lo han visto y conocen la película, me han dicho que quizá peca de bondadoso, dejando enseguida a un lado la rigidez militar de su personaje… Supongo que es una elección de la dirección de Jaime Azpilicueta.
Era gracioso sentir como el público celebraba las interpretaciones de los mas pequeños que, para quien no lo sepa, son seleccionados en una serie de castings realizados en cada una de las ciudades por las que pasa el musical. De los chicos Von Trapp fijos en el elenco debo decir que Liesl, interpretada esa noche por Luciana De Nicola, quizá no da del todo con esa inocencia de los «16 casi 17» a la que canta tan maravillosamente Paris Martin como Rolf. Los otros tres hermanos, Jorge Galaz, Marta Ibáñez y María Osuna, hacen una buena labor actoral consiguiendo que veamos a tres «niños» en escena.
Pero sin lugar a dudas la VOZ de este musical es la de Noemí Mazoy, absolutamente increíble su interpretación de «Climb every mountain» como la Madre Abadesa, es el momento, a nivel vocal, mas impresionante de todos. Por cierto, me encantó el toque cómico que dan a la seriedad del convento esas tres monjas interpretadas por Angels Jiménez, Amparo Saiza y Lourdes Zamalloa.
En el reparto hay dos auténticos roba escenas. Trinidad Iglesias con su sufrida y simpática Frau Schmidt y el aterrador Herr Zeller interpretado por Ángel Padilla, lástima que tenga tan pocas intervenciones…
Dos cosas que me sobraron son el amaneramiento de Max y la falta de cierto toque aristocrático de la Duquesa, que a mi manera de ver desdibujan ambos personajes…
Admito que disfruté mucho de los momentos musicales. Creo que algo que me atrapó tanto fue escuchar ese repertorio de canciones, que pertenecen al imaginario de todos, acompañadas por una orquesta y un conjunto de voces que suenan tan bien. Aunque si es cierto que hay que cuidar algún momento desafinado… pero en general no hay nada que reprochar.
Seguro que van a cosechar un gran éxito en todas las ciudades que visiten. Consiguen que todos los asistentes nos sintamos felices por un momento, haciendo que la gran mayoría se vuelva a sentir un niño. Eso ya es mucho. Aún dos días después, ¡no dejo de tararear las canciones!
Creo que si digo que no me importaría volver, ya os lo digo todo, ¿verdad?
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Abba Castedo Lope de Vega Mamma Mia musica musicales Nina Stage Teatro Valverde

Mamma Mia! (Reestreno)

Sé que soy un ávido devorador de musicales y parece que últimamente solo asisto a las salas de teatro de Madrid a ver este tipo de espectáculo, pero es que… me lo paso tan bien! Quizá sea parte frustración porque canto un poco peor de la calificación de «Perjudicial para los oídos» y parte por la admiración por los profesionales que saben hacer lo que ellos hacen en escena… El caso es que desde mi paso por el grupo «Teatronamos» (¿Nunca he hablado de ellos? Paciencia porque lo haré), los musicales siempre han estado presentes dentro de mi vida y la verdad que me han aportado, directa o indirectamente, momentos de mucho placer.

A lo que vamos, ayer vi por segunda vez «Mamma Mía!«, es lo que tiene husmear por internet e ir encontrando ofertas que se adecúen al bolsillo de cada uno, porque 70€ por cabeza, no me lo puedo permitir ni loco! Vimos la última función que representaron en Madrid en el 2007 y nos lo pasamos genial! Entre las canciones de ABBA y todos los seguidores que se dieron cita ese día para despedirles; aquello casi parecía mas un concierto, mezclado con una reunión de amigos, que un representación teatral al uso. Salimos con ganas de mas, incluso barajamos la posibilidad de acercarnos a Barcelona a verla de nuevo, pero son cosas que uno piensa en caliente y que con el paso de los días y la economía doméstica, al final acabas desechando. Pero mira tú por donde, vuelven pasados 3 años y me cae en las manos una buena oferta para la compra de las entradas! Pues de cabeza que volvemos! Bueno, pues no me defraudó el reencuentro. Seguimos disfrutando muchísimo con la obra. Es cierto que el argumento no tiene muchas complicaciones y que es muy blanco, no es como otros grandes musicales que contienen unos dramas y unas tragedias desgarradoras. Este contiene mucha luz, música movida y momentos entrañables que te hacen sonreir y bailar en la butaca; para mi eso no es malo, a mi también me encanta sentarme en el patio de butacas y dejarme llevar por la diversión sin mas! y Mamma Mía! es así, pura energía positiva que te hace salir sonriendo y con ganas de ponerte a bailar en mitad de la calle.

El elenco se notaba que se lo pasa genial encima del escenario y creo que eso es primordial si quieres que el público entre en ese juego. Es cierto que el público de Madrid, que ya lo conoce, entra en la sala predispuesto a ello y no hace falta mucho esfuerzo… Un ejemplo de lo que hablo es que la gente ya da palmas al ritmo de la overtura y aún nadie ha hecho nada por metérselos en el bolsillo! Pero no voy a desmerecer el trabajo de los actores y bailarines porque estuvieron muy bien y como digo, transmitieron «muy buen rollo» durante toda la función.

Al principio me puse un poco tenso en la butaca, porque nada mas abrirse el telón nos encontramos a Georgina Llaudaró que interpreta el papel de Sophie, con los ojos desorbitados y perdidos en el vacío, sin motivo aparente, cantando la primera canción de la obra… Pensé: «Mal empezamos», pero no! La chica representa muy bien el papel, debieron ser los primeros momentos de nervio que la llevaron a comenzar sobreactuada (Debe ser duro comenzar una función cantando tú solo en escena), pero después aflojó y se acopló al ritmo de la función, estaba divertida y dulce, aunque en momentos desafinaba (No canto bien, pero el musical me lo sé mejor que el «Padre Nuestro» y cacé los fallos al vuelo).

Con el que andaba bastante receloso era con Álex Casademunt, y es que la etiqueta de «Triunfito» les va a a pesar a estos chicos por los restos. No sé si les ha beneficiado mas que perjudicado o viceversa, pero cuando ves uno de sus nombres en cartel, aún entras con una ceja levantada y, quizá injustamente, a veces se les pide que demuestren mas que al resto… El caso es que lo hace muy bien, sin ningún tipo de histrionismo, que era lo que yo esperaba; adoptando la posición correcta dentro de la historia y cantando-interpretando-bailando mas que correctamente. Por cierto, añado comentario frívolo, ¡Está tó buenorro! Lo siento, no he podido evitarlo…

De Nina, la verdad, aún no sé qué pensar… lleva como seis años haciendo esta función y ayer la noté que a ratos estaba mecanizada, supongo que es difícil no caer en eso después de tanto tiempo interpretando el mismo papel día tras día, pero a mi me daba la sensación que actúa dentro de una burbuja. Como si el reparto formaran un todo y después estuviera ella, no parece que deje que los demás calen en ella y eso va en detrimento del cariño que debes acabar sintiendo por su personaje. No sé si es porque imposta mucho la voz y lo hace todo demasiado «teatral» o qué, pero no termino de creérmela. Eso sí, su voz, es brutal, hace que todo parezca tan sencillo de cantar… Aunque mas de uno me lo discutirá, lo sé.

A la que esperaba con ansiedad y que sabía que estaba en el reparto era Marta Valverde, esta mujer es absolutamente genial! La vi en Cabaret y salí entusiasmado con ella y en Mamma Mía! acabó de enamorarme, qué poderío que tiene! sabe ganarse al públicoen cuanto sale a escena y es que es bicho de escenario y sabe cuales son sus armas a la perfección y ¡juega! le gusta jugar en escena y su compañera de juegos esta vez era Rita Barber y se complementan a la perfección, las dos se divierten y nos divierten. Quieres que se pasen el rato en escena, siempre quieres mas de ellas, he de confesar que en el momento que cantan «Chiquitita» acabé llorando de la risa.

El trío masculino eran Carles Seguí, David Castedo y José Linaje. En esta obra, los roles masculinos siempre van a rebufo de los femeninos, son herramientas dentro de la trama. Todos lo son, sí, pero ellos son el ingrediente que les falta a ellas para que la ensalada quede bien aliñada y, sinceramente, creo que están bien complementados. Seguí es otros de los que se lo pasa genial ahí arriba y por eso me gusta, al igual que José Linaje, que en la función suplía a Nando González, y salió a por todas, es de esas veces que no ves al titular, pero te da igual porque el suplente lo borda y eso pasa con él. Con David Castedo está bien, quizá un poco sobreactuado, no sé si por adoptar el rol de «Galán maduro», pero cuando se junta con Nina, el cuadro es demasiado «actuado», no se ve verdad, se ve «no-creible». Sin embargo cuando están los tres juntos la cosa cambia y entra dentro del lenguaje de sus compañeros. Quizá no sea algo tan negativo como aparenta a primera vista, ya que demuestra saber adaptarse a la química de todos sus compañeros, según el momento.

Y el resto del reparto, se lo pasa tan bien… son como niños en el patio del colegio, aportan mucha luz y dan ganas de mirarles porque sabes que, tras la actuación principal, detrás también están pasando cosas que puedes mirar. Y las coreografías me gustan muchísimo, aunque se echa en falta alguna coral mas, dan ganas de unirte y disfrutar como lo hacen ellos, es lo que decía con Valverde y Barber, que quieres que estén mas tiempo en escena para verles un ratito mas.

Solo una última cosa para terminar. Es una pena que el teatro Coliseum sea tan pequeño y no pueda albergar los montajes grandes, como cuando se representó en el Lope de Vega, allí el escenario tiene mas profundidad y el decorado se veía mas grande y mas dinámico. Supongo que ayer vi el montaje que se han llevado de gira y es mas manejable y económico, pero me daba un poco de angustia a veces verlos a todos tan encima de la corbata del escenario.

En definitiva, que si no has ido a verla y quieres algo sin complicaciones, que tenga ritmo, diversión, espectáculo, y te haga salir con buen sabor de boca, te lo recomiendo. Lo vas a pasar muy bien.Al menos yo lo disfruté mucho.

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