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Hair

Quien haya ido siguiendo este blog sabe mi especial cariño hacia este musical y quien no, para no parecer muy pesado y repetitivo, le cuento que fue el primer musical amateur que hice; el que me metió el veneno de los musicales en el alma. Ya lo conocía de antes y lo adoraba, pero si a eso le añado que montarlo con Teatronamos fue lo que me puso en el camino por el que ando actualmente, no sería exagerado.

Ahora todos comprenderéis las ganas que tenía de poder disfrutarlo en la Gran Vía, casi podría decir que era un sueño… Bueno, en el sueño yo estaba encima del escenario, pero con mi voz quizá ese sueño se hubiera convertido en pesadilla para otros… El caso es que ya he podido vivir la experiencia «Hair» en vivo y en directo, ¡con un montaje profesional!
Esta versión que ha llegado al Teatro Arteria Coliseum de Madrid está dirigida por Daniel Anglés y, para quien no lo sepa, nos cuenta la historia de Berger, Claude, Sheila y los miembros de una tribu hippy que vive en Central Park a finales de los años 60. Nos hablan de sus ideales, de su forma de vivir, de su visión de la guerra de Vietnam, sus miedos, sus ilusiones… Todo a través de canciones originalmente compuestas por Gerome Ragni, James Rado y Galt MacDermot.
El montaje está basado en el trabajo de los actores, que a penas salen de escena. Siempre se encuentran en alguno de los rincones del escenario o del patio de butacas; esto hace que el público siempre esté implicado en la trama, sintiéndose un miembro mas de la tribu. La escenografía a penas varía en las dos horas y media de función, sin embargo, gracias a las coreografía de Esther Luengo y el diseño de iluminación, todo posee un gran dinamismo. Daniel Anglés ha hecho que alrededor de la acción principal siempre haya subtramas que se desarrollan en silencio, aportando una autonomía a la función que hace que tengas la sensación de que si repites, ya no volverás a ver lo mismo que estás presenciando en ese momento. Eso hace sentir que «Hair» vive y respira por si mismo.

Es cierto que este musical no va a convencer a todo el mundo. Quien pretenda que le cuenten una historia con diálogos y situaciones que vayan avanzando en el tiempo, van a quedar decepcionados. Y sobretodo quien vaya pensando en la versión que hizo para cine Milos Forman, va a salir muy confuso. La historia transcurre a base de números individuales, los personajes plantean y las canciones florecen. Cuando esto sucede, pasamos a un nuevo momento, a una situación diferente y así hasta que uno se da cuenta de a donde nos han querido llevar, encontrándonos con el desenlace de la función. Se podría decir que es mas una obra de sensaciones que de tramas. A mi, como digo, sí me gustó. Me transmitieron la ilusión y la rebeldía (Que ahora queda entrañablemente inocentona) del momento y vibré con ellos. Disfruté del rato que me hicieron sentir como uno mas de la tribu.

Eso sí, tengo algunos «peros», uno son  las pelucas; hay algunas que dejan mucho que desear como creibles y creo que es algo que se debería haber cuidado mas, teniendo en cuenta el musical que es, ¿no?
El segundo es el sonido, hay algún micro que aún falla y eso, quieras o no, al notarlo el público, te saca de situación (Llamadme puntilloso si queréis, pero en un musical no es muy tolerable ese tipo de fallos).
Y el tercero es el tema de la traducción de las canciones. Hay frases metidas con calzador en alguna de las canciones… y sé de lo que me hablo; no soy ningún experto, ni mucho menos; pero yo también he tenido que adaptar alguna canción de musical y ciertamente hay letras «mejorables»… Aunque he de decir en su favor, que tan solo es en ciertos momentos cuando chirría lo que dicen, en absoluto es algo generalizado.

En cuanto a las interpretaciones y voces, me han gustado unas mas que otras, como es el caso Tony Bernetti que, del día de la primera previa al día del estreno ha crecido y su personaje está mucho mas dibujado; Joan Vázquez ya tiene cogido el tono al personaje desde hace mucho, ¡para eso es Claude desde el reparto barcelonés! y se nota, espero que lo cuide, que no se relaje, porque su personaje tiene un punto «plúmbeo» muy peligroso, quiero decir que el público puede llegar a aburrirse con él, pero de momento no es así. A Lucía Jiménez creo que  le vienen algo grandes ciertos momentos del espectáculo, como «Ya Nace el Día«, su voz es un susurro que a mi no me transmite lo que dice la letra, sin embargo en otros momentos aporta el toque justo para ser el nexo de unión entre la tribu y la vida «real». Y lo que si me parece desacertado por parte de la productora es utilizar a Lucía como reclamo en la marquesina del teatro, no es por hacerla a ella de menos, es porque «Hair» es una obra coral e individualizar su presencia del resto del reparto rompe esto, es mi punto de vista.  
Iskra Bocanegra y su Jennie han tenido un crecimiento en estos días de previas enorme, el público la quiere y está encantado cuando tiene el foco. Pero con quien me quedo porque lanza carisma y luz con una sencillez pasmosa es con Momo Cortés y su Woof. Muy bien caracterizado y absolutamente entrañable. Me conquistó.
También me pareció un punto muy bueno darle ese aspecto caricaturesco a los personajes ajenos a la filosofía de la tribu, excelentemente llevado a cabo por Lourdes Zamalloa y esa madre tan pasada de vueltas.
Con todo esto no quiero dejar fuera al resto de la tribu, en general todos están muy bien, se ven sus personalidades, no son «pasmarotes» en escena. Se ve que cada personaje tiene su universo particular, su código, y llega al patio de butacas, que es lo que cuenta.
De las voces quiero destacar a Eva Cortés, un «Acuario» cantado con mucho gusto y una maravilla de voz, Tamara Quiogue sorprende con ese toque lírico, ¡increible!, Momo Cortés y su «Sodomía«, ¡quiero mas!, Alex Forriols, todo un momento de lucimiento ese «Blues Eléctrico» y María Virumbrales (¡Cómo se ilumina la cara de esta chica cuando sonríe!) Precioso su «Frank Mills», creo que todos nos enamoramos de ella tras esa canción… Voces increibles que sorprenden y que se disfrutan muchísimo. Los coros están empastados, quizá falta un poco mas de lucimiento por su parte. Seguramente esto no es cosa de ellos y es algo que deberían tener en cuanto los señores encargados al respecto, porque tienen unas MUY buenas voces en escena y en ocasiones las aprovechan poco para ser canciones tan corales.
La banda es maravillosa, ¡por supuesto!

Momentos  con los que me quedo, ese comienzo de Acuario, llenándose de golpe el teatro entero del espíritu Hippy; las coreografías en general; el uso del teatro al completo por parte de los actores (planta de arriba incluida, cosa muy de agradecer); la alucinación de Claude (Aunque habría que darle mas intención a algunos chistes que se quedan colgados de la nada); el número de los «Chicos Negros/Chicos Blancos» o «Hare Krishna» y ese final con «Abre el Alma» que hace que se me erice todo el cuerpo solo de escuchar los primeros compases.

La verdad que he oído críticas de todo tipo sobre esta obra, gente que está maravillada, gente que ha salido espantada… Yo, a pesar de no poder ser objetivo (ya sabéis porqué), quise dejarme llevar y lo pasé bien, me inundó el espíritu de los 60 y salí feliz del teatro. Por mi parte os doy la enhorabuena y las gracias por regalarme estos momentos tan emotivos.

P.D. Tirón de orejas a la página web oficial. Buff! Tiene muchísimos fallos, hay que cuidar eso un poco mas…

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DE MORMONES, TONY’S Y GRAN VIA

Hoy ha salido publicado el nuevo número de la revista «El Nuevo Diluvio Magazine» en el que he tenido el gusto de poder colaborar. 
Os dejo el enlace para que podáis leer todos los contenidos y entrevistas que Carlos Rivera ha realizado para celebrar el tercer aniversario de su revista. No tienen desperdicio. Solo tenéis que pinchar en el nombre de la revista que tenéis mas abajo.
¡Gracias Carlos por hacerme un hueco dentro del Diluvio! El Nuevo Diluvio Magazine II
Con permiso de Carlos, aquí tenéis el artículo con el que he colaborado en este fantástico número:
                                                  DE MORMONES, TONY’S Y GRAN VIA
 
Este Junio pasado se celebró la entrega de los premios Tony 2011 y la obra vencedora fue “The Book of Mormon”, el nuevo musical “rebelde” que se pasea con gran éxito de crítica y público por Broadway… y vosotros lo mismo pensáis “¿Y?”, pues que esto me ha dado que pensar que de vez en cuando a Broadway y a todos nosotros nos gusta que nos den un poco de caña… Me explico, cada cierto tiempo sale a la luz un musical que por temática, lenguaje, montaje o la razón que sea, es todo un escándalo o hace que la gente se revuelva en las butacas de los teatros…
A  mi personalmente me encanta, como le dije en un intercambio “twittero” a Julio Bravo; que de vez en cuando salga un musical que actúe como dedo que se le mete en el ojo a Broadway y que le incomode un poco… ¿o no le incomoda tanto como aparenta? ¡Si finalmente lo premia con un aluvión de Tony’s! Y es que Broadway es así, es teatro. Pone pose de dama escandalizada, hace que mira para otro lado, pero a lo tonto se deja querer por el chico malote del momento…
Es algo cíclico, después de una temporada de musicales que van y vienen, surge uno que se levanta sobre los demás y los empuja haciéndose notar, como es el caso del que os hablo “The Book of Mormon”, musical creado por Trey Parker y Matt Stone, que ya venían haciendo de las suyas con “South Park”, con lo que no podía ser de otra manera… 
Creo que esa oleada de rebeldía e irreverencia también se está instalando entre nosotros y nos ha afectado. Eso sí, a ser posible provocándonos una sonrisa. ¿Será por los tiempos que nos está tocando vivir? Todo afecta… 
¿Qué por qué digo esto? Pues porque no hay mas que ver nuestra cartelera desde hace unos meses. Y es que Broadway, como gran Diva que es, crea tendencia y tiene una amiga que se llama Gran Vía, ¡a la que le encanta estar a la última!, y si Broadway se piensa rebelde por tener un espectáculo sin pelos en la lengua, va La Gran Vía, como buena madrileña (que ya se sabe que es “mas chula que un ocho”),y si ve que a Broadway le ha dado por los mormones, va ella y se viste con todos los pelos que a la otra le sobran, poniendo en cartel “Avenue Q; enseñándonos a reírnos de nosotros mismos pensando en lo “mierda” que es ser uno mismo, que seamos un poco racistas o que nos encante el porno en internet, e incluso reírnos de las desgracias ajenas y descubrir que aún así no tenemos porqué tener mal fondo… pero como digo, la Gran Vía es muy chula y muy fresca, así que una noche le dio por salir de copas y ligar con un catalán, con tan mala (buenísima) fortuna que se quedaron “Pegados” ¡por dos veces en un mismo año!, para regocijo de todos los que nos metimos en la sala de espera a ver cómo resolvía la situación…
¿Qué? Ah! ¿Que ninguna de las dos ha estado realmente en la misma Gran Vía? Bueno, tampoco seamos tan tiquismiquis, la “Gran Vía” es mas nuestro estilo de vivir los musicales que la propia avenida. De todos modos para eso se ha hecho el concierto de “Rent” en el Teatro Coliseum, principio o final de la Avenida, y demostrar a todos que da igual cómo seamos o dejemos de ser, que lo que hay que hacer es medir el tiempo en amor y pensar en VIVIR porque ¡No hay mas que hoy! Y por si todo esto fuera poco, y como remate en estos tiempos de indignación, llegará Septiembre, rebuscará en lo mas hondo de nuestra rebeldía, que está loca por salir, y nos regalará “Hair”, repartiendo paz y amor como se hizo antes, cuando todo esto se miraba con la ceja levantada y que ahora se premia como original… 
Y es que en realidad nos encanta que, aún estando sentados en la butaca nos ocurran cosas por dentro, nos escandalicen, nos remuevan la conciencia o nos sorprendan  con una nueva pedorreta en las narices… y de eso trata todo esto, ¿no? El teatro siempre debería ser un muro donde cada uno pudiera decir las cosas a su manera y no dejarnos indiferentes.
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Mas que un simple musical

He de confesar que estoy loco por la llegada de Octubre.

Sé que antes está este verano recién llegado, que hay que disfrutarlo y, si dios quiere, antes del tan ansiado Octubre, tengo que dar el salto a Argentina que ya hace mucho que no piso mi queridísima tierra Correntina y se «re-extraña», pero pensando en la temática del blog, Octubre va a ser un mes muy emocionante… Simplemente porque llega «HAIR» a la cartelera madrileña. No sé qué tal es la versión que nos llega, pero en Barcelona parece que ha tenido muy buen resultado, así que no hay porqué dudar, ¿verdad?

¿Tanta emoción a qué es debida? Pues porque Hair fue mi primer contacto con el mundo musical, con ella comencé esta fiebre. Ya había hecho mas cosas en teatro de texto, pero musical nada de nada y desde ese momento me agarró de las tripas y no me ha vuelto a soltar. Gracias a esta obra surgieron experiencias maravillosas y amistades que llevo en el corazón por siempre y es que para mi es mas que un simple libreto y una partitura, tiene todo un significado emocional que me hace saber que en el momento que de comienzo la función tendré los ojos llenos en lágrimas y no podré evitar la «morriña», ¡espero que eso no me impida disfrutarla como se merece! ¡Que soy muy sensiblón!

Hace ya la friolera de 17 años que la pusimos en escena de manera amateur con Teatronamos… aquellas veladas en «La Flauta Mágica» donde 20 actores hacíamos malabarismos para trasladar el espíritu de «Hair» a todo aquel que se atreviera a sentarse en alguna de las mesas a escucharnos y esquivar algún que otro brazo descontrolado de algún actor que se dejaba llevar por la emoción del momento… ¡Qué maravilla!

Y ahora, 17 años después, podré saber lo que es vivir el espíritu de «Hair» llevado a lo profesional, desde el patio de butacas. Conociendo todas y cada una de las canciones; seguro que mas de dos sabrán qué canciones son «Aquarius» «Let the Sunshine» o «Good Morning Starshine»; sabiendo qué sucede en cada momento, cual es el destino de esos personajes maravillosos que te hacen flotar, ser feliz y querer sentirte parte de su tribu. Es todo un regalo del destino poder contar con la posibilidad de vivir de nuevo una experiencia como es «Hair» y pensar, yo estuve ahí… y sigo estando.

El montaje que llegará el próximo 27 de Octubre al teatro Coliseum (¿Qué tiene este teatro que es donde siempre se programan esos musicales que se me quedaron clavados en el corazón? Hair, Rent…) está dirigido por Daniel Anglès y protagonizada por Joan Vázquez , Jordi Coll, Queralt Albinyana y Chipper entre otros.

La Tribu – Foto cedida por K de comunicación

La historia cuenta la vida de una tribu hippie en el Nueva York de los años 60, los días previos al alistamiento de Claude al ejército norteamericano para combatir en Vietnam, sus dudas y su vida junto a Sheila y Berger el líder de la tribu. La obra trata sin censuras temas como las drogas, la sexualidad, la libertad, la diversidad, haciendo que este musical sea un espectáculo tan actual ahora como cuando se estrenó en los años 60.

Lo dicho, dispuesto a que llegue Octubre y dejarme empapar de nuevo por el espíritu hippie.

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TEATRONAMOS

En unos días se estrena «Hair» en Barcelona y eso me traslada a mis 19 años, cuando mi amiga Ana Prieto nos metió, sin saberlo, Teatronamos en el alma…

Teatronamos mas que un grupo de teatro musical amateur, fue casi un estilo de vida. Al comienzo se llamaba «Teatropello», pero ya había alguien con ese nombre así que acabamos por ser Teatronamos, mucho mas acorde con lo que hacíamos… Desde ya les doy las gracias por no haberme hecho prueba de canto porque si no, esto ahora no existiría…  Y es que es una parte muy importante de lo que soy ahora mismo. El culpable de que ahora me muera por los musicales y que adore el mundo del espectáculo. Por Teatronamos tengo los amigos que tengo y conozco a tanta gente que ha pasado por allí en una u otra época. Gracias a Teatronamos sé que lo que uno se prepone, lo puede conseguir. Que las cosas no salen «chasqueando» los dedos, pero si luchas, puedes llegar a conseguirlo y, sobretodo, divertirte intentándolo.

Lo principal de todo era conseguir sacar adelante los proyectos que se nos ponían por delante… Con decir que conseguimos representar «Miss Saigón» con escenarios móviles (al estilo costalero de semana santa, pero móviles al fin y al cabo) y con helicóptero incluido, ya dice bastante…
El caso es que allí estábamos todos involucrados. Ensayábamos Jueves y Sábados, pero gracias al «gusanillo» que nos supo meter Javi Malo (Mi querido amigo Pos… es lo que tiene haber sido el director, no?), nuestro director y miembro fundador junto con Cesar, hubo un momento en el que «respirábamos» Teatronamos los 7 días de la semana, las 24 horas del día… El resto de la semana era secundario, era la transición que debíamos vivir de un ensayo a otro, pero nuestra vida, la vida real de los miembros del grupo, comenzaba el Jueves por la tarde y continuaba el sábado a medio día… Estábamos todos deslumbrados con todo aquello. Y es que eramos cada uno de su padre y de su madre, pero todos estábamos en el mismo barco. Estábamos los que estudiábamos arte dramático un poco mas en serio, los que estudiaban otras carreras y las dejaron para probar suerte en «esto», los que siguieron con sus carreras aunque tardaron eternidades en terminarlos por culpa de «esto», las que entraron siendo unas niñitas de 14 años, con los ojos como platos viendo a aquellos viejos de «casi treinta» y trabajan ahora de «esto», los que entraron por amigos de amigos y que acabaron calando muy hondo, los que lo probaron y se fueron para hacer su propia andadura… Pero todos y cada uno de los miembros de Teatronamos tienen al menos una anécdota que contar y, como los tipos que no pueden evitar contar sus batallitas de la mili, así son los miembros de este grupo. Todos tienen alguna preparada y enlazarán una con otra y si te descuidas,  acabarás escuchando sin remedio como cupimos veintitantos actores en el «escenario» de «La Flauta Mágica» representando «Hair», ¡ojo! si sale esta anécdota debes saber que acabarán llevándote allí para que te maravilles por ti mismo del tetris que montaron… De como rebuscaban en los contenedores de basuras para la escenografía de Miss Saigón, de como alguno se abrasó un pie con los cigarrillos mal apagados en escena, de las galletas que se comían entre cajas y nadie salía a cambiar el decorado, de los miles de viajes y las borracheras de los sábados tras los ensayos que se convertían en domingos mañaneros… Pero sobretodo de la satisfacción que nos causaba el aplauso del público, aunque a veces solo fueran el grupo de las madreas asiduas, y el sentimiento de cariño que teníamos por lo hecho y entre nosotros. Y eso es señal de que aquella fue una época dorada para muchos de nosotros y como decía antes, causante de que ahora seamos como somos en muchos aspectos de nuestra vida.

Ahí tenemos a profesionales que llevan en sus venas algo de veneno de Teatronamos como Lourdes Zamalloa, Antonio Zancada, Laura González, Natalia Hernández, Pedro Espadas, Francisco Reyes, Inma Fernández, Kike Navas, Jesús Gago, Kuya Manzano, Javi Navares, Javi Pos y su estupendísima escuela Topanga, Olga Antúnez y su productora «Hechizo Producciones», y seguro que me dejo a alguno en el tintero y desde ya pido que me disculpe porque se me agolpan los nombres y los recuerdos…

Otros miembros de Teatronamos siguieron con su vida por otros derroteros no menos estimulantes y que son tan importantes como los que ahora son profesionales, Ana Prieto, una filmoteca andante y una actriz como la copa de un pino que se ha perdido el mundo!, Raquel, Ana Señán, Carmen Izaguirre, Carmen Belén, Pili, Isa, Javi Bueno, Alonso, Nerea, Israel (Cris), Laura Merlos, Charly, Miryam, Virginia, Leticia, Cesar, Juan, Rosi, Farath, Germán… Una lista brutal de personas con las que he compartido la que podría ser una de las etapas mas bonitas de mi vida.

Gracias Teatronamos por todos los momentos vividos, por haber hecho de mi esta parte de lo que hoy soy, de las ganas de contar cosas que tengo siempre, por inculcarme el amor por los escenarios, y sobretodo por todas y cada una de las personas que he encontrado desde que un sábado cualquiera entré en aquel local de ensayo a cantar aquello de… «Let the sunshine!!!!» (Wooojuouyeeee… Mierda, he vuelto a desafinar…)

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