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Aday Rodríguez Alejandro de los Santos David Tortosa Excitame Jose Luis Sixto Juanjo Llorens Stephen Dolginoff Teatro Fernán Gómez

Excítame – El Crimen de Leopold & Loeb

Título:
Excítame – El Crimen de Leopold y Loeb

Lugar:
Teatro Fernán Gómez

Autor:
Stephen Dolginoff

Elenco:
Alejandro de los Santos (Nathan Leopold)
David Tortosa (Richard Loeb)

Dramaturgia:
Pedro Víllora y Alejandro de los Santos

Escenografía:
Asier Sancho

Iluminación:
Juanjo Llorens

Vestuario:
Silvia de Santiago

Dirección Musical:
Aday Rodríguez

Dirección de Escena:
José Luis Sixto


Confieso mi debilidad por el teatro musical, siempre he permanecido muy cerca de este género por muchos motivos y le tengo un especial cariño, pero como pasa con todas las cosas que uno quiere, puede que sea más crítico y exigente que con otros géneros. Siempre quiero más y mejor.
 
Una de las cosas que siempre le he reprochado al musical que se hace en nuestro país es la ligereza con la que sobrevuelan nuestras propuestas (no siempre), por la forma en la que están enfocadas, su filosofía y su factura. Habitualmente se tiene más en cuenta la espectacularidad que el aspecto  actoral o vocal de los artistas, y muchas veces se apuesta por un rostro «popular» y se suple su carencia interpretativa con grandes efectos especiales, con fastuosos decorados o con cualquier agente externo que desvíe la atención del espectador hacia otro lado y le haga exclamar de asombro, haciéndole olvidar si el actor estaba haciendo un buen trabajo o no, relegando los momentos donde el actor debería brillar a mero “teatrillo” hecho entre canción y canción. Por supuesto me estoy refiriendo a los espectáculos de gran formato, donde aún nos queda mucho que aprender de esos otros lugares con los que tanto nos gusta compararnos y equipararnos. Las franquicias no cuentan, que esas ya vienen con instrucciones, como los muebles de Ikea. Y no es tanto por el artista en si, si no por quienes los producen y los montan, que quieren hacer taquilla a golpe de cara conocida en detrimento del resultado artístico del producto, dando la sensación que la línea de pensamiento es algo así:“Con que quede resultón es suficiente, ya lo llenaremos de confetis y escenarios giratorios” “There’s No Business like a Show Business”…
 
Y todo esto viene a cuento porque donde sí tenemos mucho que decir es en el terreno del Teatro Musical de pequeño formato, donde está claro que ponemos más carne en el asador, donde en muchos casos brillamos; quizá la inversión económica sea menor, que no el riesgo, y carecer de ciertos medios hace que el apoyo esté basado en ofrecer un resultado artístico de gran calidad, es la única manera de poder sobrevivir luchando contra gigantes, pues otra cosa puede que no tengamos, pero gente preparada no nos falta y donde encuentran camino para poder demostrarlo es en este terreno, montando sus propios espectáculos, inventando salidas, indagando en musicales desconocidos, propuestas diferentes y atrayentes porque se salen precisamente de la norma, y mostrando en ellos todo lo que saben hacer. Y pensándolo bien, quizá sea esta gente la que haga más por dar a conocer el teatro musical al público…
Uno de esos casos es“Excítame – El Crimen de Leopold & Loeb” de Stephen Dolginoff dirigido por José Luis Sixto e interpretado por Alejandro de los Santos y David Tortosa. Un musical de pequeño formato que sorprende por la factura que gasta; ha sido tratado con la seriedad y la rigurosidad de los grandes, cuidándose hasta el más mínimo detalle, ofreciendo una profesionalidad a prueba de balas. Y donde además se apuesta por un trabajo actoral sólido y creíble, imprimiéndole la importancia interpretativa que cualquier espectáculo teatral debería tener.
José Luis Sixto es un tipo que sabe por dónde se anda, sabe lo que quiere y posee una mente imaginativa que salpica de originalidad la puesta en escena de este thriller teatral y que además orienta a sus actores por un camino que rara vez se ve en los musicales. Juega a mezclar ingredientes y hace un maravilloso cóctel en el que mezcla el humor negro, con el erotismo, la angustia, las obsesiones o el desamor… Es un tipo que lleva mucho tiempo viéndole las tripas al teatro y desde muchos lados diferentes, y esa experiencia ha sabido utilizarla en favor del montaje.
 
La historia cuenta un caso real acaecido a comienzos del siglo pasado, donde dos jóvenes amantes, obsesionados con Nietzsche y la teoría del Superhombre, ponen a prueba sus límites cometiendo todo tipo de delitos hasta acabar secuestrando y asesinando a sangre fría a un niño. La historia nos cuenta cómo urden el plan, cómo las obsesiones y manipulaciones de uno de ellos arrastran al otro y esto les hace acabar atrapados en un callejón sin salida.
Se agradece que el libreto, adaptación de Pedro Víllora, no escatime en detalles. Me cansa la falsa mojigatería y la autocensura en según que historias, así que me encanta que en «Excítame» no se pasen por alto aquellos pasajes que normalmente incomodan, e incluso tengan sus propias canciones donde dan buena cuenta de todo lo que vivieron esta pareja de asesinos. Es arriesgado, no vamos a negarlo, pero la oscuridad de la historia y lo perturbador de lo que cuenta resultan irresistibles, al igual que esa escenografía sencilla, pero multifuncional, diseñada por Asier Sancho y la iluminación absolutamente magistral de Juanjo Llorens que nos hace viajar a todos aquellos lugares por los que transitaron estos personajes con un acierto y una belleza sublime.
La partitura, dirigida por Aday Rodríguez, nos mueve por el entramado de esta historia sin pretender destacar, si no como un elemento más que hace avanzar la historia enriqueciéndola, con canciones que cuentan mas que ser cantadas, digo esto por el peso que tiene el contenido de sus letras, adaptadas por Alejandro de los Santos; siendo un complemento perfecto que le otorga atmósfera y ritmo a la trama.

Creo que Alejandro de los Santos aporta a su personaje una acertada visión de este ser débil, aparentemente frágil. Su Leopold se nos va mostrando a pequeñas pinceladas, y poco a poco, a cada cuadro, en cada canción, va nutriéndose de nuevos trazos y giros que hacen tan interesante su evolución. Un descubrimiento verdaderamente grato.
Hay algo que me gusta de David Tortosa y es que a cada montaje nos demuestra su crecimiento como intérprete, descubriéndonos un recodo nuevo en el entramado de su actuación. Y en «Excítame» nos regala un reverso tenebroso que hace que Tortosa se desdibuje y mude su expresión en favor de ese oscuro e hipnótico Loeb que se asoma aterradoramente a través de sus ojos. Salvando algún problema de vocalización, creo muy interesante el camino por el que David Tortosa está experimentando.

Los dos juntos hacen una gran pareja y aunque yo vi el estreno, ya se les notan las ganas de jugar en escena, transmitiendo la excitación de estos dos jóvenes que se mueven entre el amor obsesivo, los encuentros sexuales furtivos y la violencia y que podrían haber sido perfectamente portada del periódico «El Caso»
Insisto en lo mucho que me agrada el haber visto un musical con unas interpretaciones creíbles y justificadas, con los pies en el suelo; sí, con sus torpezas por el nerviosismo del estreno, como es lógico, hay que dejarles caminar, pero demostrando que a «Excítame» no se viene solo a ver un musical, como suele ir a verse este género, si no a ver Teatro.
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Canciones Para No Cortarse Las Venas Jardines de Sabatini Juanjo Llorens Lourdes Zamalloa Manu Berástegui Mariano Marín. Pablo Rubén Maldonado musicales Veranos de la Villa Victor Ullate Roche

Canciones Para No Cortarse Las Venas

Título:
Canciones Para No Cortarse Las Venas

Autor:
Manu Berástegui

Lugar:
Jardines de Sabatini (Dentro de la Programación de
Los Veranos de la Villa)

Elenco:
Víctor Ullate Roche (El Hombre)
Lourdes Zamalloa (La Mujer)
Pablo Rubén Maldonado (El Pianista)

Vestuario:
Moma Costume

Iluminación:
Juanjo Llorens

Dirección Musical:
Mariano Marín

Dirección:
Manu Berástegui

No había asistido nunca a un espectáculo de los que se programan habitualmente en los Jardines de Sabatini dentro de la programación de los Veranos de la Villa, y la verdad, solo con encontrarme sentado al aire libre, para disfrutar en directo de un espectáculo, frente a este escenario que tiene como fondo el Palacio Real, así, iluminado, grandioso… ya merece la pena.
Me encuentro de vacaciones, pero la tentación me pudo.

“Canciones Para No Cortarse Las Venas” es un espectáculo de formato sencillo, diseñado por Manu Berástegui como excusa para poner en escena un buen ramillete de canciones y hacer un recorrido por un amplio repertorio dedicado al (des)amor y a los corazones rotos.
Una mujer acude a una especie de “piano-bar” desesperada, en busca de un remedio para el desamor; allí es atendida por un barman que, junto al pianista del lugar, la ayudan a hacer “terapia” y afrontar su mal, diseccionándolo, desmenuzándolo a través de diferentes géneros musicales que tocan el tema; descubriendo las mil caras del amor o de la falta del mismo, desde los corazones rotos, despechados, magullados, masoquistas, quejumbrosos, violentos, atormentados… que habitan estas canciones. 
El espectáculo tiene como pretexto una sencilla línea argumental para vestir y dar algo de cuerpo a este recital, convirtiéndolo en un espectáculo musical dramatizado, que se concentra en enfatizar las estupendas voces de Víctor Ullate Roche y Lourdes Zamalloa, boleros, copla, tangos, por poner solo un ejemplo, sobrevuelan los Jardines de Sabatini acompañados al piano por un maravilloso Pablo Rubén Maldonado.
La dramaturgia es simple, incluso bastante superflua y naif, pero como excusa para que las canciones fluyan hilvanadas una tras otra, es aceptable. Doy fe que he visto espectáculos de factura más potente y con pretensiones más ambiciosas que poseían una dramaturgia mucho más traída por los pelos y que han sido aplaudidos a rabiar. Sí, sí, hablo de esos musicales juke-box que campan a sus anchas por ahí. Como digo, no es un musical en sí, donde uno busca un peso dramático y una historia sólida, si no un divertimento hecho para deleitarse con estas dos grandes voces y así es como hay que tomárselo y disfrutarlo. Yo lo hice.
El buen trabajo de Víctor Ullate es más que conocido y apreciado por todos los aficionados al teatro musical, y en “Canciones Para No Cortarse Las Venas” derrocha simpatía con este “Doctor-Desamor” que nos invita a probar su amplísima carta de cócteles musicales. Junto a él nos encontramos con la gran sorpresa que resulta Lourdes Zamalloa, una voz potente, cálida, que brilla más a cada canción y que irradia cercanía; quizá menos conocida que Víctor, pero con un amplísimo recorrido en el terreno del Teatro Musical del que hace gala en este espectáculo. Los dos están divertidos, defienden con ganas el espectáculo, juguetean con el público, al que tienen presente en todo momento, y nos hacen salir con una buena carga de positivismo. 
Si me tuviera que quedar con uno de los momentos  de este espectáculo es el bloque dedicado a la canción italiana o la complicidad entre ellos con los boleros o el momento tequila… Vaya, creo que me quedo con unos cuantos…
Quizá el repertorio peca en exceso de melódico, algo más de fuerza y desgarro en algunos momentos le vendría que ni pintado para acabar por enganchar y provocar en el público ese sentimiento que expresan las canciones. 
Y puestos a pedir, eché en falta algún éxito más contemporáneo, seguro que hubiera encajado perfectamente, pero eso es solo apreciación mía. Aún así resulta entretenido de ver y sobretodo de escuchar porque no se les puede negar a Víctor y a Lourdes que es un placer dejarse envolver por sus voces de una manera tan agradable, sentados al aire libre, en la noche madrileña y sentir que nos dejan con ganas de más.
Una bonita noche recordando grandes éxitos como medicina contra el mal de amores.
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Abadía Aitor Tejada Cristobal Suárez Israel Elejalde Juanjo Llorens Kamikaze La Función Por Hacer Manuela Paso Miguel del Arco Miriam Montilla Raúl Prieto Sandra Vicente Teatro Teresa Hurtado

La Función Por Hacer

Título:
La Función Por Hacer

Lugar:
Teatro de La Abadía

Autor:
Aitor Tejada y Miguel del Arco,
adaptación de «Seis Personajes en
Busca de Autor» de Pirandello

Elenco:
Cristóbal Suárez (Actor)
Miriam Montilla (Actriz)
Israel Elejalde (Hermano Mayor)
Teresa Hurtado de Ory (Mujer)
Manuela Paso (Madre)
Raúl Prieto (Hermano Menor)

Iluminación:
Juanjo Llorens

Sonido:
Sandra Vicente

Producción:
Kamikaze Producciones

Dirección:
Miguel del Arco

Uno se pone hasta nervioso al saber que lo que está a punto de ver ha sido y es todo un hito en el panorama teatral actual, incluso que sea el germen de lo que después ha acabado por convertirse en un referente para la cultura de este país…

¿Soy un exagerado? No, no lo creo. 
«La Función por Hacer» es una de esas raras avis que de vez en cuando pare nuestro teatro. Ha cosechado un éxito arrollador en varios espacios de la capital, arrasó en los Premios Max del 2011 y después ha sobrevivido a una gira de dos años por los pueblos de un país que culturalmente agoniza… Incluso ha sido el aval para que posteriormente Kamikaze Producciones haya podido poner en pie montajes que de otra manera no hubieran llegado a nuestros escenarios de ninguna de las maneras. 
¡No me digáis que no estamos ante todo un Titán Escénico! Así que imaginaos mis expectativas donde estaban…
Juro que me cuesta mucho contenerme cuando hablo de algunos montajes porque me impactan tanto que me descontrolo y si ya de por si, en mis crónicas, me gusta hablar en positivo de las funciones que voy a ver, cuando de repente me golpean de la manera que me ha golpeado esta, tengo que hacer un ejercicio de autocontrol bastante grande para no perder los papeles. Veamos por donde voy y donde acabo…
Miguel del Arco y Aitor Tejada nos traen su propia versión de «Seis Personajes en Busca de Autor» de Pirandello, donde unos personajes que han sido abandonados a su suerte por su creador, buscan a alguien que los deje representar su historia y puedan ver cumplida la «misión» para la que fueron concebidos.
Es maravilloso ver como con un simple banco de madera, la siempre acertada iluminación de Juanjo Llorens o con la ambientación de Sandra Vicente y un espacio completamente desnudo se puede crear un montaje como este, donde tan solo se necesita el teatro en sí, como continente, para dar forma a esta historia donde la realidad abre sus puertas y se transforma para acoger a los personajes de una ficción que hacen que, tanto los actores como al espectador, nos planteemos cual es la verdadera realidad, si es la que uno piensa, la que uno presencia, la que le cuentan, la que siente, la que vive, la que vivió… Un juego escénico, cincelado a golpe de verdad por Miguel del Arco, donde vemos retazos de unas vidas que se nos presentan sin velos, con la necesidad del que busca ser escuchado. En ocasiones cómica y en ocasiones  perturbadora y terriblemente dolorosa, pero siempre fascinante.
Para mi el teatro de Del Arco tiene la virtud de hacer que uno se implique con lo que está viendo, que cale muy hondo y lo sienta de una manera especialmente personal. Envuelve todo con un halo de calidez que hace que lo veas como si estuviera hecho únicamente para el disfrute de uno mismo. Y eso es algo que ha sabido transmitir a todo su equipo y cuando ves la puesta en escena el resto del mundo desaparece, casi como si traspasáramos la membrana que separa la realidad de la ficción y te encontraras en medio de una historia hecha a medida.
Los actores, los seis, dan una lección de verdad que casi da pudor mirar, por la cercanía, tanto física como interpretativa. Uno los siente vibrar, siente como fluye su energía por el espacio, tanto si están en ese momento acaparando el foco como si están agazapados entre las butacas, siempre se les siente presentes, sientes la intensidad de sus almas, sientes que realmente están vivos. 
Uno querría tener varios pares de ojos mas para poder ver en todo momento a cada uno de ellos y gozar de todas sus reacciones y sus silencios, porque cuentan tanto o mas que sus propias palabras. Estén donde estén ves como la historia viaja a través de ellos y avanza por su interior.
Creo que precisamente aquí radica lo magnífico de este montaje, los actores forman un todo difícil de desglosar, sus personajes están tan complementados y alimentados por los demás que da pena intentar describirlo en una pocas palabras; daría casi para escribir una crónica con cada uno de ellos para poder hacerles justicia. 
Es fascinante ver trabajar a todos y cada uno de los miembros del elenco, Cristóbal Suárez, Miriam Montilla, Israel Elejalde, Teresa Hurtado de Ory, Manuela Paso y Raul Prieto, como transmiten el desgarro y la pasión por lo que nos cuentan. 
Y como después de dos años siguen manteniendo un grado de compromiso tan grande ante este proyecto que ya ha alcanzado el calificativo de mito entre los teatreros.
Ver «La Función por Hacer» es una absoluta delicia para todo aquel que se precie de amar el teatro. Me refiero a aquellos que lo vivimos como una parte esencial de nuestras vidas, los que cuando pensamos en ver un montaje determinado sentimos un cosquilleo por dentro que a veces incluso nos impide dormir bien, pero que sin embargo nos aporta un sentimiento de plenitud que para muchos es incomprensible.
Aquí vais a encontrar la esencia de lo que es el teatro, dejaos empapar por esta función y disfrutar de las sensaciones que os despierte porque es una auténtica belleza.