Categorías
Alex Larumbe Óscar Merino Cómete un mordisco Charo Santamaría Chemi Moreno Eulogio Penas Seijas Francisco Lidón Laura Ordás Lucía Barrado Raquel Mesa Teatro Teatro del Arte

Cómete un mordisco

Título:

Cómete un mordisco

Lugar:
Teatro del Arte

Autor:
Óscar Merino
Eulogio Penas Seijas

Elenco:
Alex Larumbe (Pan Bendito)
Chemi Moreno (Capitán Sarasate)
Francisco Lidón (Stolichnaya)
Lucía Barrado (La Negra)
Laura Ordás (Mara)

Vestuario:
Lua Testa

Iluminación:
Pau Ferrer

Escenografía:
Alberto Desiles

Dirección:
Charo Santamaría y Raquel Mesa

Cuando te llaman con la ilusión de querer mostrarte un trabajo, uno no puede resistirse. Todos los que de alguna manera nos hemos ido involucrando con el teatro sabemos que el fin de todo es poder mostrar el resultado final al público y yo, como público que soy, si se me reclama procuro responder y ser partícipe.
En esta ocasión la función era «Cómete un mordisco» de Óscar MerinoEulogio Penas Seijas. No conocía la obra, la verdad, pero la curiosidad por el extraño título y que en ella se encontraran Alex Larumbe y Lucía Barrado, a los que había visto hace poco en «La Indagación» de Efímero Teatro, ya me dieron motivos para acudir a la llamada.
La historia es una especie de esperpento actual, donde unos personajes marginales y con muy poco que perder, intentan sacar «tajada» de la vida jugando sus cartas lo mejor que pueden. Pan Bendito, La Negra y Stolichnaya quieren montar una empresa dedicada a la extorsión y a los sicarios, para ello necesitan que alguien les ayude a dar los primeros pasos en este negocio, contratando al Capitán Sarasate, un argentino «experto» en el tema. Entre las lecciones que reciben hay una «clase práctica» en la que deben simular un secuestro, con una víctima falsa, para poner en práctica todo lo enseñado. Cosas del destino hacen que acaben por confundirse y secuestrar a una empresaria real, Mara Vergara, víctima que provocará que aprendan la lección mas importante de todas…
En esta función nos encontramos con unos personajes que avanzan por la vida a base de tropezones, creyéndose lo que no son; como bien los define la compañía «unos corderos con piel de lobo» que serán golpeados con toda la contundencia que la realidad posee.
Esta negrísima tragicomedia nos deja carcajearnos de los personajes y de las situaciones absurdas que viven, para congelarnos la sonrisa mostrándonos la verdad que todos nos imaginábamos pero, que contagiados de la inocencia que destilan los personajes bajo esa pose de fiereza, habíamos desechado. Una visión terrible y pesimista que nos recuerda cual es nuestra posición en la cadena alimenticia y la imposibilidad de que esto varíe.
Charo Santamaría y Raquel Mesa nos presentan unos personajes llenos de una poética urbana que, dentro de su tosquedad y aspereza, nos muestran una ternura que los redime de todo el mal que están por hacer. 
Son personajes llenos de ambiciones, de ganas de luchar por salir del agujero en el que se encuentran, pero que pecan de inocencia y de necesidad, personajes que nunca han sido tenidos en cuenta y buscan quien les escuche, sin reparar en las consecuencias de ser escuchados por la persona incorrecta.
Poco a  poco nos van desgranando sus sueños y su inocencia; sueños que quizá a nosotros nos suenen absurdos, pero que son el motor que les mueve y que alimenta sus esperanzas de una vida mejor, de  comerse el mundo. Son fieras que se mueven por el instinto de supervivencia y que buscan una luz que les despoje de tanta miseria. Víctimas de una sociedad que engaña y manipula, que nos hace creer que luchamos por lo que queremos y que sin embargo llena nuestro camino de espejismos que nos confunden y nos desvían del objetivo, redireccionándonos hacía donde ellos deciden.
Alex Larumbe, Chemi Moreno, Francisco Lidón, Lucía Barrado y Laura Ordás, nos ofrecen unas composiciones muy bien trabajadas, donde lo orgánico da sentido a las palabras y dan cuerpo y personalidad a personajes tan esperpénticos como los de esta obra.
Hay momentos en la función en lo que las situaciones están tan llevadas al límite que corren el riesgo de caer en lo ridículo y el descontrol y que, sin embargo, salvan con holgura. Propuesta muy interesante que nos lleva por el camino de la comedia, donde todos nos sentimos relajados a pesar de lo que nos cuentan, para conseguir ese golpe de gracia final lleno de una fría realidad.
Me encanta ver el riesgo que asumen algunos actores en escena, cómo se entregan a sus personajes y a las propuestas; como este que hacen Alex Larumbe y Lucía Barrado después de la sobriedad de «La Indagación», demostrando una solvencia actoral digna de ser seguida de cerca. Por supuesto, sin menospreciar el trabajo de sus compañeros, de los que también destaco la labor en todo momento de Laura Ordás, la «fisicidad» de Francisco Lidón y la energía de Chemi Moreno.

Un montaje diferente que apuesta por un lenguaje y una sensibilidad «a pie de calle» para hablar, desde un espejo deformante, del miedo y la angustia que sentimos todos ante la posibilidad de quedar atrapados en el fango impuesto.
Categorías
Diana Palazón El Sol de York Eva Ugarte Gorka Otxoa Irene Anula Los Miércoles No Existen Luis Callejo Peris Romano Teatro William Miller

Los Miércoles No Existen

Título:

Los Miércoles No Existen

Lugar:
El Sol de York

Autor:
Peris Romano

Elenco:
Gorka Otxoa    – Mónica Regueiro
Diana Palazón  – Dani Muriel
William Miller  – Javier Rey
Irene Anula      – Armando del Río
Eva Ugarte       – Bárbara Grandío
Luís Callejo      – Marta Solaz

Músicos:
Alberto MatesanzEsther Rodríguez

Dirección:
Peris Romano

Hace unos días tuve la oportunidad de regresar a la sala «El Sol de York», sala que ha irrumpido con fuerza en el panorama teatral de la capital, ofreciendo una programación de calidad y que está rompiendo moldes en cuanto a la forma de trabajar con las compañías que allí representan. Un equipo de gente que trabaja con ganas y muchísimo entusiasmo, que se preocupan por darse a conocer, por dar a conocer los montajes que ofrecen y que se esfuerzan por crear un público propio para la sala, manteniendo un contacto directo y muy caluroso con los espectadores. Toda una labor que merece ser correspondida por todos los que nos consideramos «teatreros».

Esta vez la visita fue para ver «Los Miércoles No Existen», obra escrita y dirigida por Peris Romano, conocido director y guionista de cine y televisión, que se lanza a los escenarios para traernos una historia con un regusto generacional en la que nos cuenta la vida de seis personas que se entrecruzan a lo largo de cinco años para transformarlas en lo que ninguno esperaba.
Quizá la propuesta a primera vista suene algo comercial y de la sensación de «ya visto», pero enseguida uno se da cuenta que el poder de esta función radica precisamente en ese primera piel que Peris Romano nos muestra a modo de cebo; ya que nos atrae por esa supuesta sencillez, pero en el momento que uno ocupa su butaca y se apagan las luces, todo cambia y nos adentra en un juego de instantes claves que juguetean y estimulan la mente del espectador que se ve en la obligación de ir desmadejando, a golpe de carcajada, las situaciones que se le plantean.
Me gustó mucho el enfoque que se le da a todo para que la energía con el público esté siempre activa, desde el mismo comienzo en el que nos olvidamos de locuciones para pedir que apaguemos los móviles (Aunque aún hay personas que ni con esas se dan por aludidas…), hasta la idea de usar todo el espacio de la sala como escenario en el que transcurren las historias, habiendo ocasiones en las que tenemos a los actores a escasos centímetros. 
La función parte desde un punto concreto de la vida de estas personas, con lo que no se nos permite ni un momento de adaptación; la vida de estos personajes, como la de todos nosotros, lleva un ritmo concreto que hay que agarrar al vuelo y seguir la estela desde el comienzo para captar qué es lo que está sucediendo. Aunque a primera vista parezca complicado, no lo es y si alguien se pierde, ellos se encargan de dejárnoslo claro con una particular cronología de los hechos (No desvelo nada, ya sabéis que prefiero que aunque sean detalles mínimos, haya que descubrirlos «in situ»)
Disfruté mucho del espíritu que se desprende de la obra, de sus personajes, de ese aroma generacional con el que tanto me identifiqué; en sus comportamientos, en esas actitudes. Hay algo en «Los Miércoles No Existen» en lo que me encuentro muy reflejado. Puede que sea en ese aire de presunta inmadurez que llevamos impreso la gente de mi generación o la sensación de estar aún por encontrar nuestro hueco dentro de todo esto… También capté cierto aire de aquellas comedias españolas de los 90 en las que se presentaban a los personajes aferrados a la rebeldía de no querer ser parte de lo establecido y la urgencia de encontrar ese «algo» que nos hace especiales frente al mundo, e incluso el cachondeo y el surrealismo de ciertos intentos de comedia musical que, como ya he dicho, me hicieron pasarlo a lo grande porque, a pesar de ser un montaje hecho por profesionales ya consolidados, uno nota el espíritu de «colegueo» y eso nos lo hace aún mas cercano. A veces es bueno romper con la solemnidad para llegar al público, y esta función es la prueba de ello.
http://youtube.googleapis.com/v/TG–wZg12gg&source=uds
Aún no os he comentado que además hay dos repartos diferentes para poder ver la función y que la música es en directo, cosa que lo hace aún mas cercano si cabe. Yo vi el elenco integrado por Gorka Otxoa, Diana Palazón, William Miller, Irene Anula, Eva Ugarte y Luís Callejo y con Alberto Matesanz como músico/cantante de la función. 
Un reparto sólido y muy divertido que deja al terminar la función un regusto muy positivo. Un trabajo actoral complejo y muy bien resuelto por el tempo de comedia que lleva, por la forma de ponerse y quitarse los personajes, como esos mandiles que usan a veces en escena, y por la frescura que irradian; en momentos su actitud me recordaba al entusiasmo con el que uno se entregaba a las escenas que se preparaba cuando estudiaba en la escuela de interpretación y me encanta ver eso.
Mas allá de que pueda tomarse como una comedia ligera, que tampoco es nada negativo, uno va a poder ver una serie de personajes que poco a poco van  ganándote y que con su desamparo frente a la vida no puedes mas que regalarle tu simpatía.
Ahora lo que corresponde es ir a ver al otro reparto y tener una nueva visión de lo que ya hemos visto, que estoy seguro que merece la pena. En El Sol de York nos lo ponen fácil porque después de ver la función te dan un flyer con descuento para que puedas volver y te salga a mitad de precio.
¡No os la perdáis!
Categorías
Dario Fo Día Internacional del Teatro

¡FELIZ DIA DEL TEATRO!

Hoy, día 27 de Marzo, se celebra el Día Internacional del Teatro. Un día que todos los que lo amamos debemos conmemorar y defender; da lo mismo desde el lugar que lo hagamos, desde encima del escenario, una butaca, entre cajas, desde la mesa de luces o de sonido… El teatro es nuestro nexo de unión y tenemos que luchar unidos por preservarlo.
Últimamente se respiran aires putrefactos que intentan defenestrarlo. Algunas voces se han levantado en su contra, intentando que vuelva a ser algo detestable, lleno de personajes repudiados por la sociedad en vez de ser una puerta abierta hacia el conocimiento, hacia la libertad de expresión, pero sobretodo algo que se hace por y para el pueblo. Que nos da alas.
Es el momento de alzarse, cada uno desde su posición, y luchar por limpiar su nombre, de evitar que la palabra «cómico» sea utilizado de manera despectiva o como insulto. Luchar por mantenerlo a flote, que vuelva a ser aquello que los «poderosos» temían porque removía conciencias, porque descubrían nuevas vertientes de pensamiento que hasta el momento habían sido vetadas a las clases mas deprimidas. Que vuelva a estar al alcance de todos. Y si no se consigue porque siguen pisoteándolo, pelear y usarlo como látigo que agite conciencias, desde los lugares donde menos esperen encontrárselo y desde ahí volver a ganar terreno para volver a ocupar el lugar que se merece.

El dramaturgo y Premio Nobel Dario Fo ha sido el encargado este año de escribir el manifiesto que conmemora este día y lo expresa con toda claridad:

«Hace mucho tiempo, el poder tomó una decisión intolerante contra los cómicos, a los que expulsaron del país. Actualmente, actores y compañías teatrales tienen dificultades para encontrar escenarios públicos, teatros y espectadores, todo por culpa de la crisis.

Los dirigentes, por lo tanto, ya no está preocupados por controlar a aquellos que los citan con ironía y sarcasmo, ya que no hay sitio para los actores, ni público al que dirigirse.

Por el contrario, durante el Renacimiento, en Italia, los que gobernaban tuvieron que hacer un esfuerzo imporante para mantener a raya a los cómicos, pues reunían a un público abundante.

Se sabe que el gran éxodo de actores de La Commedia dell’Arte tuvo lugar en el siglo de la Contrarreforma, cuando se decretó el desmantelamiento de todos los espacios teatrales, especialmente en Roma, donde fueron acusados de ofender a la ciudad santa. En 1697, el Papa Inocente XII, bajo la presión de insistentes requerimientos del sector más conservador de la burguesía y de los máximos exponentes del clero, ordenó la eliminación del Teatro Tordinona que, según los moralistas, había acumulado el mayor número de representaciones obscenas.

En la época de la Contrarreforma, el cardenal Borromeo Carlos, que estuvo activo en el norte de Italia, se consagró a la redención de los niños milaneses, estableciendo una distinción entre el arte, como máxima expresión de educación espiritual y el teatro, como manifestación profana y vanidosa. En una carta dirigida a sus colaboradores, que cito de memoria, se expresa más o menos así: “Los que estamos a favor de la erradicación de las malas hierbas, hemos hecho lo posible por quemar textos que contienen discursos infames, para extirparlos de la memoria de los hombres, y al mismo tiempo perseguir a todos aquellos que divulgan esos textos impresos. Evidentemente, mientras dormíamos, el diablo maquinó con renovada astucia. ¡Hasta qué punto es más punzante en el alma lo que los ojos pueden ver que lo que puedan leer en los libros de ese género! ¡ Hasta qué punto es más devastador para las mentes de los adolescentes y de los niños la palabra hablada y el gesto apropiado que una palabra muerta impresa en un libro! Por lo tanto, urge expulsar de nuestras ciudades a esas gentes del teatro, como ya hicimos con las almas indeseables”.

Por lo tanto, la única solución a la crisis se basa en la esperanza de que se organice una gran caza de brujas contra todos nosotros y especialmente contra la gente joven que desea aprender el arte del teatro: una nueva diáspora de cómicos que, desde tal imposición, sin lugar a dudas, provocará beneficios inimaginables para el bien de una nueva representación».

¡Feliz día del Teatro! ¡Viva el teatro! (Y si puede ser con un 13% menos de IVA como mínimo, mejor que mejor)

Categorías
Asier Etxeandia Álvaro Tato El Intérprete Enrico Barbaro Gherardo Catanzaro musica musicales Tao Gutiérrez Teatro Teatro La Latina

El Intérprete

Título:
El Intérprete
Lugar:
Teatro La Latina
Dramaturgia:
Álvaro Tato
Elenco:
Asier Etxeandia
Músicos:
Gherardo Catanzaro (Piano)
Tao Gutiérrez (Percusión)
Enrico Barbaro (Contrabajo)
Dirección Musical:
Tao Gutiérrez
Producción:
Factoría Madre Constriktor
Dirección de Escena:
Álvaro Tato, Lautaro Perotti y Santiago Marín
Ayer asistí a una de esas noches que se convertirán por derecho propio en inolvidables, de las que uno se guarda dentro de su chistera particular por lo mágicas y especiales. De esas que después todos comentan y tú sonríes pensado «Yo estuve allí».
Ya advierto que no pienso tener medida a la hora de escribir esta crónica. Primero porque no me apetece y la emoción no me lo permite y Segundo porque Asier Etxeandía no se merece ningún tipo de comedimiento, él no lo tuvo anoche, no hay porqué tenerlo ahora.
La verdad que ya íbamos predispuestos a ver algo con tintes de poder llegar a ser GRANDE. El recital en el Ambigú del Matadero ha sido tan comentado y recomendado por todos, que era de idiotas dejar pasar la ocasión de unirse a esta legión de «amigos invisibles» que tiene nuestro, desde ahora amado, Hombre Lobo-Asier.
Es casi imposible describir la cantidad de sentimientos que a uno se le disparan mientras está viviendo «El Intérprete». Desde el primer minuto Asier nos hace partícipes de este espectáculo. Este es «su» espectáculo, pero también lo hace nuestro invitándonos a adentrarnos en sus recuerdos, a vivirlos, a sentirlos, con lo que si ese espectáculo es suyo y nos invita a meternos en él, aceptamos a acabar siendo también suyos, ¿y quién se puede resistir a que así sea? Los que anoche estábamos allí desde luego que no.
Que alguien te coja de la mano y te pasee por un repertorio en el que se entremezclen Kurt Weill, Madonna, Chavela Vargas, David BowieCarlos Gardel, Rolling Stones… No es que lo aceptes como lo mas normal, si no que  acabas por rogar para que así sea, porque estás deseando con todas tus fuerzas que te haga vibrar, y eso es algo que lo consiguen muy pocos. Asier tiene ese «don» de poder ser un «ángel tentador» o un «demonio purificador» que te zarandea, te manosea, que te besa el alma, que te agarra de las entrañas con una sonrisa seductora, que provoca que se te salten las lágrimas de la emoción y que acabe carcajeándose de ello porque todo es efecto del momento.
Nos invita a andar por la cornisa del tiempo junto a él, y es cierto que da vértigo, pero él se encarga de sujetarnos por la cintura mientras nos susurra al oído canciones llenas de melancolía y desamor, convenciéndote para que saltes junto a él y en esa caída libre gritar hasta que se te salga el alma por la boca a golpe de un adrenalítico rock & roll. Quizá pueda asustar un poco que alguien te abra las puertas a lo prohibido y te deje entrar sin restricciones, pero ya lo dice él: «No me tengas miedo, solo soy un actor», así que ¿por qué no vamos a entrar en el juego?
Valiente puede ser un buen adjetivo para calificarlo e incluso suicida, porque lo que hizo anoche fue lanzarse de cabeza con todas las consecuencias, abriéndonos los brazos a su universo particular y solitario donde la mayoría de nosotros también hemos habitado. Nadie tiene la elegancia y la clase que exuda Asier Etxeandia, tan pronto te recita un poema de amor como da un golpe de cadera y nos lanza al lado mas oscuro de la vida de ese niño que nos habla desde el Bilbao de 1984, pero siempre cercano, muy próximo a todos los amigos invisibles que acudimos invocados anoche.

Con este entusiasmo no quiero olvidarme de Álvaro Tato en la dramaturgia y en la dirección de escena que comparte con Lautaro Perotti y Santiago Marín, que son los responsables de canalizar esta explosión de sentimientos y recuerdos. Y, por supuesto, el superlativo trabajo de esos tres maravillosos músicos que contribuyeron a llenar de magia el Teatro de La Latina. Tao Gutiérrez en la percusión, que además lleva a sus espaldas la dirección musical del espectáculo, Enrico Barbaro en el contrabajo y Gherardo Catanzaro en el piano. Impresionante como suena esta banda, como acompañan y contribuyen a que Asier cree ese universo de Niño Perdido con el que tanto gozamos anoche. Imposible quedarse quieto en la butaca y no unirse a la bacanal musical que nos propusieron los cuatro artistas ayer por la noche, ayer 22 de Marzo de 2013, una noche para no olvidar.
Categorías
3 Segundos Agustín Jiménez Carles Harnillo Carlos Be Emilio Williams Fanny Gautier Festival La Alternativa Isabel Prinz Jesús Ortega Juan Caballero Juan Carlos Rubio Mentxu Romero Sala Triángulo

Tres Segundos

Título:
Tres Segundos

Lugar:
Sala Triángulo

Autores:
Juan Carlos Rubio
Emilio Williams
Carlos Be
Carles Harillo
Jesús Ortega

Elenco:
Isabel Prinz
Fanny Gautier
Mentxu Romero
Juan Caballero
Miguel Ángel Calvo
Josi Cortes
Agustín Jímenez (Voz en Off)

Música:
Juan Antonio Simarro

Asesor de Movimiento:
Alberto Arcos

Vestuario:
Guadalupe Valero

Dramaturgia y Dirección:
Jesús Ortega

El pasado Jueves, mientras estaba viendo la función «Tres Segundos» de Jesús Ortega en la Sala Triángulo, me sentí transportado; volví a recuperar sensaciones de mi niñez, cuando mi padre se paseaba por la casa con su transistor escuchando a Manolo Molés, a mi abuela hablándonos del consultorio de Elena Francis, el «Carrusel Deportivo» en el coche, de regreso a casa tras un domingo en la Sierra madrileña o de cuando mi madre nos daba de desayunar los fines de semana y nos ponía la radio para que escucháramos el programa en directo de «El Gran Musical» con todas esas actuaciones y esos locutores que me hacían sentir la emoción que se vivía tras los altavoces de mi casa… Cuando se apagaron las luces de la sala y comenzó la «rentransmisión» de la obra, vinieron de nuevo todas esas sensaciones de golpe.

«Tres Segundos» es una propuesta diferente e interesante de poder presenciar. Una propuesta en la que se mezcla el costumbrismo madrileño con la modernidad de los textos, todo ello hilvanado con un toque de melancolía venido de la voz de Agustín Jiménez.
Recuperar la fórmula del Radio-teatro y que además no solo lo puedas escuchar a través de las ondas, si no que puedas estar ahí y poder ver al actor preparado, marcando la entrada y representando una lectura dramatizada, es algo que aunque a simple vista parezca algo insustancial, tiene su interés y aplaudo la idea que ha tenido Jesús Ortega de llevarlo a escena. Nadie mejor que él para hacerlo, que sabe perfectamente de lo que habla. Es un complejo trabajo actoral que requiere de un gran esfuerzo, ya que como se supone que lo estamos escuchando, el cuerpo no debe «contar» demasiadas cosas, haciendo que la herramienta mas poderosa sea la voz. Una voz que nos debe transmitir todas las sensaciones que la historia requiera.

En «Tres Segundos» se nos ofrece la oportunidad de adentrarnos en una comunidad de vecinos de un edificio del centro de Madrid, de esos en los que actualmente se mezclan habitantes de los de toda la vida con nuevos inquilinos que aportan su «sal» a la vida de la vecindad. Unas vidas que de puertas a fuera imaginamos de una manera y que muy posiblemente de puertas para adentro sean totalmente diferentes, pero eso es algo que debéis averiguar por vosotros mismos cuando visitéis este programa de radio-teatro que en Mayo estará en la programación de la sala y que ahora hemos podido presenciar unos pocos con motivo del Festival La Alternativa que está teniendo lugar en la capital.

La función se compone de cinco historias de cinco autores diferentes, Carles Harnillo«El Síndrome Spears», Emilio Williams «La Biografía de… Delawere!», Carlos Be«696», Jesús Ortega«Remitec» y Juan Carlos Rubio «Un Cuento de Hadas». Todas ellas unidas a través de la narración de Agustín Jiménez y la música de Juan Antonio Simarro. Cinco textos con cierto toque de comedia amarga que a mi me divirtió.
Unos textos funcionan mejor que otros, unos actores son mas conscientes que otros del tipo de fórmula que están ofreciendo, pero el conjunto es interesante de ver, tan solo le falta un puntito de cuerpo y ensayo… cosas de los estrenos que son totalmente solucionables.

Uno de mis momentos favoritos dentro de la función, sin spoilear nada, es el texto de Carlos Be, que está lleno de una ironía agudísima y una mala leche lanzada con todo descaro, muy propia para el momento que vivimos y que a mi me hizo pasármelo en grande. Tanto Mentxu Romero como Juan Caballero se divierten representándolo y eso se nota. También es cierto que es el único de los textos que cuenta con dos actores, y el apoyo entre ellos hace que todo tenga un ritmo mucho mas dinámico; pero para voces que realmente te hacen creer que estás dentro de un programa radiofónico son las de Isabel Prinz y Fanny Gautier, que con esas modulaciones, esas intenciones, se respiraba el ambiente perfecto del radio-teatro. En mas de una ocasión cerré los ojos, me limité a escucharlas, y me sentí sintonizando lo que buscaba.
También me gustó el desquiciamiento en el texto de Emilio Williams, pero confieso que me quedé con ganas de mas de lo que ofrece el final de su texto.
Y como administrativo que soy en mi vida al otro lado del espejo, no pude dejar de sentirme identificado con lo que cuenta «Remitec» de Jesús Ortega… Quién no haya tenido esos pensamientos, que tire la primera piedra.

No puedo terminar esta crónica sin dejar de comentar algo que, aunque sé que me voy a meter en donde no me llaman, quisiera expresar.
Sé que esta es la propuesta del director, a mi me gustó y la respeto e incluso la aplaudo, pero pensando ya en casa sobre la función, caí en la cuenta que a mi había algo que me faltaba en la función para hacerla mas redonda… La presencia física de ese narrador que une las historias. Quizá hubiera habido mas ambiente radiofónico si cabe y su punto de vista hubiera conectado mas con el público; pero ya digo que solo es una apreciación mía que quería dejar caer con todo el respeto hacia la propuesta y el trabajo realizado, y sin intención alguna mas que plasmar en palabras el pensamiento que me surgió.
 
Un bonito homenaje a la radio que retoma un camino que, ojalá, se explote mas a menudo como género teatral porque da para contar muchas mas cosas. Estad atentos porque en Mayo podréis disfrutarlo.

Categorías
Carles Alfaro Carlos Chamorro CNTC Cristobal Suárez Edu Soto El Lindo Don Diego Javivi Natalia Hernández Oscar de la Fuente Raúl Prieto Rebeca Valls Teatro Teatro Pavón Vicenta Ndongo

El Lindo Don Diego

Título:
El Lindo Don Diego

Lugar:
Teatro Pavón

Autor:
Agustín Moreto

Elenco:
Javivi Gil Valle (Don Tello)
Raúl Prieto (Don Juan)
Rebeca Valls (Doña Inés)
Natalia Hernández (Doña Leonor)
Carlos Chamorro (Mosquito)
Vicenta Ndongo (Beatriz)
Edu Soto (Don Diego)
Cristobal Suárez (Don Mendo)
Óscar de la Fuente (Criado)

Escenografía:                             Vestuario:                              Iluminación:
Paco Azorín                               María Araújo                       Pedro Yagüe

Versión:                                      Dirección:
Joaquín Hinojosa                      Carles Alfaro

Confieso que a veces las parafernalias excesivas me atraen de manera desmedida. Soy como los pequeños insectos que acuden a las luces brillantes y se ponen a revolotear alrededor. No me importa admitirlo, es algo que me sucede de siempre y me va a seguir pasando. En cuanto veo algo que es excesivo me apetece verlo.
Pues algo así es lo que me sucedió con esta función, con «El Lindo Don Diego», vi fotos de lo que iba a ser el montaje y desde ese momento ya quise asistir a una de las representaciones. No sabía muy bien de qué iba la función, pero sentía que me apetecía verla por descubrir que mas había ahí a parte del envoltorio. Siento que todo suene tan superficial, pero si os dijera lo contrario, estaría mintiendo con un bellaco. Pasado el momento de deslumbramiento, ya me fijé en el reparto que tenía y me apeteció aún mas.
Felicito desde aquí a la gente de marketing porque conmigo han conseguido provocar el efecto deseado.
«El Lindo Don Diego» es una función que disfruté desde el mismo momento en el que dio comienzo. Un texto adaptado por Joaquín Hinojosa, comprensible desde el principio. Con un verso y unas rimas sencillas, personajes muy bien dibujados y una trama interesante de seguir y muy divertida. 
Todo gira alrededor de Don Diego, personaje que vive una realidad paralela a la del resto de personajes. Vive inmerso en un narcisismo galopante que le ciega ante los verdaderos hechos que se van sucediendo a su alrededor. Tanto es así que el resto de personajes, encorsetados en las normas de obediencia de la época, se las tienen que ingeniar para conseguir convertir en ventaja lo que en un principio les juega a la contra.
Una delicia de función que gracias a la dirección de Carles Alfaro, lleva un muy buen ritmo en los acontecimientos y que hace que el espectador permanezca divertido en su butaca.
Ciertamente, como dice en el programa de mano el propio Joaquín Hinojosa, los personajes se ciñen a la obediencia jerárquica, sin salirse de la norma. Sin embargo hay en sus palabras cierta visión que resulta muy actual, en sus comportamientos, en sus pensamientos… Eso hace que el espectador se sienta mas identificado o, en cierta forma, reconfortado ante la posible nebulosa en la que uno tiende a perderse por momentos a causa del verso.
Al comienzo de la crónica me declaraba amante de los excesos y en esta función hay ración doble de ellos, aunque tan sumamente cuidados que es un placer deleitarse con ellos. Me parece muy acertado el contrapunto entre lo recargado del vestuario de María Araújo, con la sobriedad, tanto de la iluminación  de Pedro Yagüe como la escenografía de Paco Azorín, que juegan con la limpieza escénica y los diferentes planos; haciendo que el foco recaiga en el lugar exacto donde el director requiere nuestra atención, y haciendo que la trama baile entre pasarelas oscilantes, escaparates y espejos, que sitúan al espectador en diferentes planos, incluso colocándonos en ambos lados de esos espejos en los que los personajes juegan a ser lo que no son o a admirarse de lo que creen que son. Espejo que finalmente devolverá un reflejo doloroso y desestabilizador como lección moral a su protagonista.
Muy agradado de descubrir a Edu Soto y a Carlos Chamorro fuera de sus facetas televisivas, Edu Soto nos dibuja a la perfección un Don Diego que lleva con mucha delicadeza el amaneramiento de su personaje sin dejarle caer en lo afeminado e interpretándolo con muy buena mano y Carlos Chamorro hace de su Mosquito un maravilloso personaje de gracioso que nos conduce al espectador por una trama urdida con gran inteligencia y por el que nosotros nos dejamos llevar con ganas. Trabajo muy destacable también el de Raúl Prieto con ese atormentado Don Juan y Cristobal Suárez con la serenidad de su Don Mendo, acertadísimos ambos en sus papeles y ya con ganas de disfrutarlos en otros nuevos proyectos.
Salí encantado con las maravillosas interpretaciones de las tres mujeres del reparto, Natalia Hernández que es un auténtico bicho de escenario y a la que siempre es un gusto ver y escuchar como dice el texto. Vicenta Ndongo que arrasa la escena con su energía y de la que me encantó la forma de jugar su Beatriz y Rebeca Valls que hace que su Doña Inés traspase al patio de butacas con un humor que roza el exceso, pero que sin embargo fluye con naturalidad. Las tres me provocaron las ganas de que volvieran a escena una y otra vez.
No puedo dejar sin mencionar a Óscar de la Fuente, que aunque su personaje aparente poco peso dentro de la trama, él hace que siempre esté brillando y dando su punto de vista, ¿qué sería de Don Diego sin la nebulosa de perfume en la que es bañado incansablemente por su criado mientras este opina con su mirada y su actitud sobre todo lo que sucede alrededor?
Quizá Javivi es de todos ellos el que quede mas gris dentro del conjunto, puede que debido al papel que le ha tocado en suerte.
En definitiva, este es un muy buen montaje, hecho con muchísimo gusto e interpretado por un equipo de actores que hacen del verso algo cercano y apetecible. 
Ahora terminan en Madrid tras un gran éxito, pero  recomiendo que todo el que pueda se acerque a verles al Festival de Teatro Clásico de Almagro que es su siguiente fecha.
Categorías
Derbi en la morgue Entrevistas Javier Enguix Juanjo González Manuel Maestro Microteatro

Derbi en la Morgue – Charla con Javier Enguix

Siempre es curioso pasarse por Microteatro. El ambiente que se respira, la gente que se deja caer por allí y, sobretodo, la posibilidad de poder ver el teatro que se ve allí.

Seguro que muchos de vosotros ya sabéis de lo que hablo porque este tipo de propuesta se ha extendido por todo el territorio nacional y sé de otras provincias donde también tienen espacios en los que se programan «micro-obras».

Para los que aún no sepáis de lo que hablo, «Microteatro» es como un «multiteatro» donde solo se programan «cortos» teatrales. Donde los creadores dan rienda suelta a sus ideas menos convencionales para que salgan a la luz o para sacar al mundo el germen de lo que posteriormente pueda ser una función de larga duración, como ya ha habido varios casos.
Así que no es de extrañar que si recibo una llamada para recomendarme uno de los montajes que allí se están viendo, vaya sin pensármelo demasiado. 
Esta vez la pieza que llamó a las puertas del blog fue «Derbi en La Morgue», escrita y dirigida por Manuel Maestro, producida por Juanjo González e interpretada por Javier Enguix quien se prestó a charlar un rato con En Un Entreacto y hablarme sobre las sensaciones que le provoca estar inmerso en este proyecto.

Javier Enguix es un actor valenciano conocido para el gran público por ser Gustavo Olavide en la exitosa serie «Amar en Tiempos Revueltos», serie de la que me comentó que tiene muy gratos recuerdos y en la que trabajó muy a gusto. Pero su trabajo no comenzó ahí, él ya trabajó anteriormente en series para la televisión valenciana y ha formado parte de grandes musicales que se han representado en nuestra cartelera, como «Hoy No Me Puedo Levantar», «Víctor o Victoria», «El Rey de Bodas», «Chicago», «Cantando Bajo la Lluvia» o «Sietes Novias Para Siete Hermanos»… Actualmente, a parte de «Derbi en la Morgue» está inmerso en los ensayos de la versión musical de «Ay, Carmela» que se estrenará a comienzos de Abril en Madrid.

Mientras esperábamos a que finalizaran las sesiones de diario de Microteatro y pudieran entrar a montar la escenografía, nos sentamos a charlar un rato y que Javier me contara un poco de qué trata la obra que está representando y las sensaciones que le provoca trabajar en este espacio tan peculiar.

La función nos sitúa, como bien dice el título, en una  de las salas de una morgue donde un trabajador de la misma espera a que vengan a identificar un cadáver. Ese día justamente se juega un Madrid-Barça, con lo que la espera se hace mas larga de lo acostumbrado, provocando cierta intranquilidad en el empleado que aguarda junto al cadáver… y ya se sabe que, cuando uno está intranquilo, le da por pensar muchas cosas, aparecen dudas, miedos y la espera puede hacerse eterna.

Javier nos comenta que todo surgió a raíz de que su amigo Manuel Maestro le comentara que tenía una idea para presentar a Microteatro y ver si eran programados con ella. Se lo comentó para que él, Javier, la representara; les llamaron para comunicarles que habían sido seleccionados para representar la función en el mes de Marzo. Por ese entonces Javier estaba en un momento de parón y le pareció buena idea entrar en el proyecto porque, como bien dice, a parte de ser trabajo, participar en este tipo de propuestas hace que el actor se mantenga en activo y ayuda a regresar a la esencia de esta profesión, algo de lo que algunos actores parece que se olvidan cuando comienzan a trabajar en grandes proyectos y que no debería ser así. El caso es que se pusieron manos a la obra, contando con la ayuda de Juanjo González, que ya tiene experiencia en producir piezas de este tipo y llegaron a las sesiones golfas del mes de Marzo, representando los miércoles y jueves a partir de las 23,30h.

Le comenté a Javier que me llama mucho la atención verles trabajar en estos espacios porque es una vuelta de tuerca mas en lo tocante a la interpretación, ya que evidentemente no es lo mismo enfrentarse a un patio de butacas de cualquier teatro que estar encerrado en una habitación con 1, 2 o 10 personas de las que a penas te separa medio metro. Y Javier me decía que así era, que el concepto del Microteatro hace que la cuarta pared desaparezca por completo, que las sensaciones de sentir a los espectadores tan próximos hacen que tengas que estar mucho mas alerta e interpretar con mucha mas veracidad, ya que estás expuesto hasta el mas mínimo detalle. Además de estar obligado a tener siempre las pilas cargadas porque nunca sabes si cuando comienzas la representación tienes una persona mirándote o está el espacio abarrotado; y eso influye mucho. Tanto en él como en los espectadores, pues o se desinhiben mucho o pueden estar tan tímidos que generan en el actor una tremenda inseguridad por no saber si el pase está funcionando o está fallando.
También me decía que es interesante tener cuatro pases seguidos porque en cada uno de ellos las energías son diferentes y tiene que adaptarse a ello, reconduciendo el texto; que aunque siempre es el mismo, los silencios y las reacciones pueden variar en función a lo que él se encuentre cuando da comienzo la pieza. Además que lo de estar solo en escena le da una cierta sensación de vértigo, pues no tiene apoyo de nadie y un momento en blanco puede llegar a ser muy angustioso… Aunque por otro lado, confiesa, no hay problema de poder reconducirlo todo a «su» manera, puesto que no hay nadie a quien pueda entorpecer y el público está abierto a lo que él les quiera contar.

Enseguida tuvo que bajar a la sala a montar la escenografía y a concentrarse para el primero de los pases, pero puedo decir que el rato de conversación dejó muy buen sabor de boca y con ganas de, no tardando mucho, poder conversar mas extensamente con Javier sobre sus trabajos anteriores y los nuevos proyectos que le ocupan.

Mientras, os recomiendo que vayáis a visitar esta morgue porque en cuestión de 15 minutos vais a pasar de la risa al escalofrío en la espalda sin daros cuenta. Un texto que guarda momentos de humor muy negro, con un Javier Enguix que viaja por un buen puñado de estados de ánimo que a nosotros, como público, nos llegan y hacen que lo que para él es una larga espera, para nosotros pase volando. Un divertido y, en ocasiones, inquietante paseo en el tren fantasma que seguro vais a disfrutar.

Categorías
Alberto Delgado Carles Magnet Daniel de Vicente Doriam Sojo Festival La Alternativa Luz de Paz Mónica Regueiro Sala Triángulo Silvia Vivó Teatro

Cordón Umbilical

Título:
Cordón Umbilical

Lugar:
Sala Triángulo

Autor:
Daniel de Vicente

Elenco:
Alberto Delgado (Javier)
Silvia Vivó (Laura)
Doriam Sojo (David)
Mónica Regueiro (Lucía)
Carles Magnet (Alberto)
Luz de Paz (Ana)

Música Original:
Pascal Gaigne

Escenografía:
Ana Garay

Iluminación:
José Manuel Guerra

Dirección:
Daniel de Vicente


Un año mas vuelve el Festival La Alternativa a Madrid, como viene siendo habitual desde el año 1989. Festival donde se da salida a propuestas  teatrales, de danza e incluso performance. Las salas que acogen estos espectáculos son la Sala Tú, La Casa de la Portera, Garaje Lumiere, Sala Tarambana, Bululú 2120 y Sala Triángulo que es donde se representan la mayoría de los montajes, como es el caso de «Cordón Umbilical» que ayer tuvo su estreno absoluto gracias al apoyo del Festival.
«Cordón Umbilical» está escrita por Daniel de Vicente, joven escritor que se ha lanzado de cabeza a dirigir su primer texto teatral. En el que trata el tema de las relaciones familiares. Tema que da mucho juego y que él nos muestra en un texto mas que interesante.
En este caso se nos sitúa, como punto de partida, en la celebración del 25º aniversario de bodas de los padres de Ana, que junto a su novio David, lo celebran entre brindis y discursos emotivos; hasta que Ana decide que es el momento de dar otra «buena» noticia… Momento en el que esta familia entra en un juego de claroscuros donde se dice mas con lo que se calla que con lo que se habla. Una maraña de relaciones entrecruzadas que atrapan a los personajes y que les hace obrar de manera muy diferente a lo que dicen.
El planteamiento y el texto están llenos de giros que nos hacen bailar entre la comedia y la tragedia, con unos diálogos inteligentes, en ocasiones chispeantes, y con mucho ritmo. Aunque llegando al final plantea ciertas lagunas que enturbian la resolución de algunas tramas. 
Hay momentos íntimos, dolorosos, ruines, divertidos, seductores… y todo destila un regusto a insatisfacción que, cada uno a su manera, los personajes luchan por sacudirse de encima; y que a mi me resultó muy atractivo.
No me gusta hablar mucho de lo que se ve en la función cuando se asiste al día del estreno porque los nervios no son buenos compañeros y la novedad no es el reflejo de lo que se podrá ir viendo según vayan apareciendo nuevas funciones. (Desde aquí felicito al equipo porque ya sé que después de su paso por La Alternativa tienen abierto un nuevo camino que les supondrá un trampolín en su camino), pero creo que es justo comentar sobre lo que se está viendo en estos momentos, que al fin y al cabo es lo que uno se va a encontrar estos días cuando visiten la Sala Triángulo.
La escenografía me gustó, me pareció sencilla y bastante elegante, con un tratamiento estudiado y bien desarrollado para las transiciones y la diferenciación entre los diferentes espacios; aunque algunos elementos del atrezzo deberían sustituirse por otros que estén mas acordes con el conjunto (Ese cenicero en la habitación del hotel y esos vasos de plástico en la cena entre los amigos, aunque son detalles mínimos, chirrían)
La interpretación de algún miembro del reparto cae en ciertas obviedades que desajustan el resultado final y hacen que me asalte la duda de saber si eso es debido a la dirección primeriza o es un tema mas actoral debido a, bajo mi punto de vista, algún error de casting. Lo siento, soy enemigo de esos momentos en los que los actores «hacen que» o montan el «teatrito» dentro de la propia función.
Quedé encantado con la interpretación de Mónica Regueiro que afronta su personaje con firmeza y con mucha naturalidad (muy de agradecer).
También me quedo con la química y la fluidez de algunos cuadros, donde se ve que los actores están cómodos y seguros, con un camino claro. Doriam Sojo y Carles Magnet, aunque haya que cuidar esos amaneramientos excesivamente forzados, tienen algunos de esos momentos, al igual que Alberto Delgado con la ya mencionada Mónica Regueiro.
El resultado es una comedia de enredo entretenida de ver, pero de la que me fui sintiendo que tiene mucho mas trasfondo del que aparenta y que se ha quedado pendiente de explorar. De todos modos, hay que darle espacio, que la función respire y ver cómo va creciendo después de estos primeros pasos.
Categorías
Antigona Berta Ojea Carlos Dorrego David Kammenos Jean Anouilh Matadero Najwa Nimri Nico Romero Ramón Garu Rubén Ochandiano Sergio Mur Teatro Toni Acosta

Antígona

Título:
Antigona

Lugar:
Naves del Español – Matadero

Autor:
Jean Anouilh

Elenco:
David Kammenos
Najwa Nimri
Berta Ojea
Toni Acosta
Sergio Mur
Rubén Ochandiano
Nico Romero
Ramón Grau (Piano)

Iluminación:
Juan Gómez-Cornejo

Espacio Escénico:
Shiloh Garrel

Vestuario:
Berta Grasset e Iratxe Sanz

Versión y Dirección:
Rubén Ochandiano
Carlos Dorrego

Hasta ahora, acudir al Matadero siempre ha sido sinónimo de ver montajes que se salen de lo corriente; confieso que eso me estimula y me encanta. A veces han sido mas acertados y otras menos, pero saber que la función que uno va a ver no es lo que uno tiene en la mente, apetece.
Así sucede con esta «Antígona» dirigida y adaptada por Rubén Ochandiano y Carlos Dorrego, que desde que vi ese diseño de cartel realizado por Iago Martínez ya despertó mi curiosidad.
¡Qué espacio tan increíble el de la Sala 1 de Las Naves del Matadero! Con tantas posibilidades y a la vez tan amenazador en su inmensidad. Un espacio que invita a que los creadores derrochen imaginación en sus propuestas. Un espacio que con «Antígona» está muy bien jugado. 
Aunque me siguen molestando los micrófonos y lo siento, sé que en espacios tan enormes son necesarios, pero me despistan mucho y en ocasiones me sacan de la función.
Me llamó mucho la atención lo actual del texto, como las palabras escritas por Jean Anouilh siguen tan alarmantemente vigentes. Casi parecía que estuvieran escritas y encajadas a propósito en el montaje. Tan llenas de significado en estos tiempos que corren y  muy bien aprovechadas por Ochandiano y Dorrego, que las utilizan como látigo castigador ante una actualidad tan putrefacta como el cadáver de Polinice
Un texto que, aún sin haber visto Antígonas anteriores, el espectador va a poder saborear con todo el sentimiento que el libreto guarda dentro.
Me encanta la poética utilizada en el montaje, cómo se han dibujado los personajes y como los han absorbido cada uno de los actores, cómo se ha creado una atemporalidad acorde con lo que se muestra y con la denuncia ante el estancamiento en el que nos sumimos la sociedad y los seres humanos  (¡cómo!) . Una poética a veces dulce y otras rematadamente grosera, pero siempre apropiada.
Una serie de personajes ricos en matices y tan bien dibujados que resultan hipnóticos tanto en conjunto como por separado y que llenan su universo de detalles que ayudan a que «Antígona» sea siempre una, pero tenga múltiples lecturas. 
Si tengo que poner un «pero» a algo de este montaje es a esos sobretítulos del final, creo los espectadores somos conscientes durante toda la función de los paralelismos y no veo necesario ese subrayado a algo que ha estado en nuestras mentes durante todo el tiempo que dura la representación. Cuestión de gustos. 
Al igual que esos saludos finales tan distantes… ¿Por qué? ¿No es mejor, cuando la función finaliza, tener al público mas próximo y poder sentir su aprobación o su rechazo desde mas cerca? ¿Por qué el actor queda mas distante de su público que los propios personajes? Supongo que es cuestión de estética y a lo mejor es una nimiedad, pero para mi los saludos finales son tan importantes como el resto de la función y me dicen mucho.
La verdad que no sabía que era la primera vez que Najwa Nimri se subía a un escenario para hacer teatro; dibuja una Antígona llena de presencia y de fuerza que a mi me parece que resuelve perfectamente. Nunca he escuchado un «Over The Rainbow» tan cargado de rabia y tan roto. Tan lleno de significado que, en momentos, llega a estremecer.
Es un gusto poder descubrir la cantidad de matices que Rubén Ochandiano regala a su personaje. Lo enriquece tanto que no hay problema a la hora de entrar en el juego de verle como Creón. Se nota que lo disfruta, que lo paladea y que le apetece.
Muy agradado con la interpretación de Toni Acosta que compone un personaje perdido en la duermevela de la madrugada y en los vapores del alcohol, haciéndola parecer ligera y anodina, para que así, sin que lo esperemos, nos golpee con el peso de sus intervenciones. Disfruté mucho de su enorme presencia en escena.
David Kammenos nos habla por boca del autor, Anouilh. Casi todo el tiempo en francés y adoptando el rol de moderno juglar, nos seduce hablando y cantándonos a los ojos (¿Quién no se entrega escuchándole cantar con esa voz?), para llevarnos de la mano por la función, entrando y saliendo de ella a su antojo. Un acierto.
Creo que Nico Romero está impresionante. Da tanto miedo como que un Rottweiler te lama la cara, aparentemente todo está bien, pero sabes que a la voz de su amo va a arrancarte la cara a mordiscos, sin contemplaciones. Gran idea la de retratar/denunciar la postura de los cuerpos de seguridad de esta manera.
Breves, pero mas que interesantes intervenciones las de Berta Ojea y Sergio Mur, imprescindibles para entender el sentido del conjunto de «Freaks» que componen la foto de este reino y de los que uno se queda con ganas de disfrutar mas.
A mi particularmente me ha gustado mucho la propuesta de esta Antígona y recomendaría que se fuera a ver. Es una función acorde al momento que vivimos e incluso oportuna y necesaria. Un retrato cruel con mensaje de fortaleza y libertad. Un grito de rebeldía ante la desesperanza.
Podría estar escribiendo largo y tendido, hablando tanto de lo que me ha dicho el montaje en si como el libreto, pero lo mejor es que cada uno saque sus conclusiones y después disfrute de un buen debate; si alguien puede acudir el 28 de Febrero a ver el encuentro con el público, que no se lo pierda porque promete ser mas que interesante escuchar de primera mano los entresijos de esta producción.
Categorías
Bombín Teatro Federico García Lorca Joaquín Gómez La Casa de Bernarda Alba Sala La Usina Teatro

La Casa de Bernarda Alba

Título:
La Casa de Bernarda Alba

Lugar:
Sala La Usina

Autor:
Federico García Lorca

Elenco:
Lucía Acedo Peque (Prudencia)
Cristina Arnau (Angustias)
Elena Cecilia Blázquez (Bernarda)
Maty Gómez (Poncia)
Sara Ibancos (Adela)
Lorena Jiménez (Martirio)
Caridad Lainez Casanova (La Criada)
Isabel Menéndez (María Josefa)
Claudia Ruiz (Amelia)
Miriam Tejedor (Magdalena)

Dirección y Puesta en Escena:
Joaquín Gómez


Por cosas del destino parece que mi siguiente crónica tenía que volver a ser para hablar de una función de Federico García Lorca. Confieso que tras el traspiés de «Yerma» iba temeroso, porque creo que hay autores que son muy complicados de llevar a escena; por lo intenso de sus textos y lo complejidad de mostrar la naturaleza humana sin caer en estereotipos o clichés, pero no por ello voy a dejar de acudir a conocer la propuesta de diferentes compañías.
Desconocía la labor de Bombín Teatro hasta que Joaquín Gómez, director de la compañía, se puso en contacto conmigo para el estreno de su versión de «La Casa de Bernarda Alba». Un montaje sencillo, cercano, sin mas intención que la de acercarnos a este clásico español de una manera honesta y sin grandes pretensiones, pero que agrada ver.
Un montaje que en momentos resulta asfixiante y que hace sentir que el espectador, debido a la cercanía con las actrices, está igualmente prisionero en la oscuridad de los principios y tradiciones de Bernarda. Una escenografía, en blanco y negro, sin un punto de color nada mas que los que el director desea destacar, y una luz cruda y en ocasiones escasa, que ayuda a mostrar el ambiente sombrío y austero en el que los personajes de Lorca guardan su luto, aprenden a (sobre)vivir con sus tradiciones; donde ocultan sus miserias y viven sus pesares.
Si bien es cierto que en algunos momentos se nota la falta de rodaje de la función, quiero destacar los que mas me gustaron, como ese primer monólogo, desgarrador y tan valientemente interpretado por Caridad Lainez Casanova como La Criada, declarando su amor por el fallecido marido de Bernarda o las intervenciones de Isabel Menéndez como María Josefa, que al comienzo provocó que mirase su interpretación con la ceja levantada y con ciertos prejuicios y que, sin embargo, me sorprendió en su segunda aparición con una gran energía y una presencia de la que deberían aprender alguna de las otras actrices que pueblan el reparto. 
También me gustó la forma en la que Lorena Jiménez va destapándonos a Martirio y sus intenciones, aunque haya momentos que el personaje se le fuera y tuviera que trabajar por retomarlo…
Hay algunas cosas que deberían estar mejor y que ayudarían a crecer enormemente esta función, no voy a negarlo; puntos en los que se nota que el montaje no está del todo pulido, como ese constante vagar injustificado de algunas actrices por la escena, la intención un tanto confusa de algunas intervenciones o el miedo al contacto físico en los momentos mas tensos. Es necesario que la violencia en algunos momentos de esta obra se desate con toda su contundencia, sin miedo e intentando sobrecoger al espectador, la cercanía es un arma de doble filo en este caso… o, si la opción es mostrarla contenida, que sea mas patente, pero que nunca quede evidencia al espectador de que lo que sucede es que las actrices tienen miedo a hacerse daño entre ellas porque mata la atmósfera conseguida. Prueba de lo bien que funcionan los personajes en este montaje es ese cuadro llegando casi al final de la función en el que las hermanas pelean, Martirio y Adela. Ahí las actrices consiguen un nivel de tensión que atrapa, y hacen que el texto fluya con toda su intención. Ese buen trabajo y la buena ambientación en la escena hacen que se sienta el ahogo desesperado por el cual se llega al trágico final. Perfecta elección la de Elena Cecilia Blázquez como Bernarda, con un rostro severo y una actitud castrante que define al personaje nada mas aparecer en escena y que cuenta con una buena replica en la Poncia de Maty Gómez (de lo mejor de esta función).
Creo que es un montaje que debería seguir siendo trabajado porque tiene el germen de una buena producción y que además cuenta con unas actrices con ganas de sacarlo adelante. Estaré atento a los integrantes de Bombín Teatro y a su evolución porque creo que tienen cosas muy interesantes que contar.
Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar