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El Loco Sueño de Una Noche de Verano

Título:

El Loco Sueño de Una Noche de Verano
Lugar
Teatro Arenal.
Elenco:
Alberto Árcos (Puck)
Carmelo Peña (Oberón)
Laura Soría (Titania)
Rafael Estepa (Lisandro)
Ainhoa Tato (Hermia/Flor de Guisante)
Chechu Moltó (Demtrio/Batuta)
Fanny Sánchez (Elena/Flauta)
Koldo Ribote (Yoyo)
Marina Hodgson (Duquesa)
Fernando Martín (Duque)
Versión y Dirección
Carmen Galisteo.
Hacía mucho tiempo que no iba a ver un infantil, tenía ganas de llevar a mis primillos a ver algo. Ya que el primo mayor es un teatrero empedernido, hay que comenzar a meterles el veneno y llevarles a ver cosas, acordes a su edad, pero que les comiencen a estimular las ganas de ver teatro.
La oferta en la capital es muy amplia, pero hubo una función que prevalecía por encima de las demás por un tema de debilidades. «El Loco Sueño de Una Noche de Verano», versión infantil del clásico de Shakespeare, fue la elección.
Los niños iban entusiasmados con la idea de ver una historia de duendes, hadas y conjuros mágicos. Aunque confieso mi temor a que el enredo que se crea con los humanos de la historia, les pudiera perder en la historia. Nada mas lejos de la realidad, la versión de Carmen Galisteo resuelve muy bien y abrevia todo de una manera que, sin dejar de contar la historia, todo se comprede sacando la esencia a este clásico.
Cuando pensé en escribir esta crónica, pensé que, ya que está hecha para ellos, que fueran mis chicos los que me guiaran y me dijeran qué son las cosas que mas les llamaron la atención.
Destacaron la escenografía que, aunque sencilla, a los chicos les llama la atención. Eso de encontrarse con un libro gigantesco que sirve de decorado, les gustó. Pero lo que mas les gustó fueron las canciones, yo los contemplaba en la oscuridad e inconscientemente se les iba el cuerpo, ¡se movían al ritmo sin quererlo! Al igual que con los momentos de lucha, se inclinaban hacia adelante sin pestañear, y estaban divertidamente nerviosos viendo como Puck se confundía con los encargos del rey de los duentes o siendo partícipes de los conjuros con los que Oberón les instaba a repetir con él para que fueran realmente eficaces.
Cuando salimos les pregunté qué personajes les había gustado mas y, como no podía ser de otra manera, les encantó el Puck de Alberto Árcos y el hada Flor de Guisante de Ainhoa Tato, al igual que se reían mucho con la Duquesa de Marina Hodgson y su aire pijo; aunque cuando a la salida se encontraron con los personajes para saludarles en persona, no dejaban de mirar a todos, deslumbrados. Y si eso sucede es porque el trabajo de todo el elenco ha estado bien. Confieso que yo también me divertí mucho.
Así que si alguien piensa que a sus pequeños les puede gustar ver esta obra, que no lo dude. Ellos van a pasar un rato muy divertido y para los adultos es muy agradable ver como ellos se quedan embobados ante lo que sucede en escena. Eso sí, ya solo estarán este próximo fin de semana…
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El Sueño de Una Noche de Verano


A veces es mejor quedarse con el buen sabor de boca que te deja un recuerdo a querer repetir la experiencia pasado un tiempo. Al menos eso es lo que me pasó anoche viendo «El Sueño de Una Noche de Verano» en el Teatro Alcázar de Madrid.

Vuelvo a los recuerdos de antaño… A veces pienso que soy el abuelo cebolleta! jejejeje Recuerdo que vi a la Compañía Morboria representando esta obra hace 10 años, cuando estaba estudiando teatro clásico con Zampanó Teatro. Fue en el Teatro Federico García Lorca de Getafe… (Ese teatro tan maravilloso y tan desaprovechado… ya hablaré de eso algún día)
Fue una experiencia increible, puesta en escena, energía actoral, texto… fue toda una lección de teatro, algo que me hubiera encantado representar, pero así, tal cual lo vi! Tanto me marcó que cuando vi la programación de los Veranos de la Villa de este año, ni lo dudé, reservé entradas para poder volver a verlo, estaba ansioso, deseando tener ese reencuentro con aquella experiencia teatral tan bonita que tuve… Sin caer en la cuenta que esto no es como ver una película que te haya gustado… aquí interviene mucho el factor humano de la compañía, el paso de los años y que yo ya no soy el inocente estudiante de teatro clásico que se le llenaban los ojos con todo lo que le ponían por delante…

Los actores están muy bien, representan sus personajes con mucha credibilidad dentro de lo que esta obra permite (Seres mágicos, palurdos medio culturetas y nobleza casta y enamoradiza) y sobretodo me quito el sombrero a esa proeza de interpretar varios personajes de la función! Es algo que siempre he admirado y que valoro muchísimo. Aunque si que me quedé con las ganas de un Puk mas enérgico y con mas expresión corporal… Lo siento, pero al ser un personaje que siempre he querido interpretar, tengo en mi mente algo idealizado al ser que está a las órdenes de Oberón y soy muy crítico.

La caracterización es impresionante!!! Me encantaría poder ver todos esos trajes y máscaras de cerca, poder estar presente en el momento en el que los actores se los ponen, en el proceso de transformación de actor a personaje. Qué riqueza de detalles y de seres! Aunque eché en falta los momentos en los que Puk, el sátiro, se transformaba en murciélago, cuando lo vi por primera vez, me impactó mucho, aunque si es cierto que descolocaba un poco y no se sabía, al haber tantos seres diferentes, si era el mismo Puk o era otro ser… pero bueno, es que el traje me fascinó.

Si es cierto que la música no me cuadraba demasiado, no veía demasiada diferencia entre la que sonaba cuando estábamos viendo a los seres «reales» y cuando veíamos a los seres «fantásticos», no ayudaba en el avance la función, ni a crear una atmósfera adecuada y con la mala acústica del Alcazar (Al menos desde la zona en la que el público del patio de butacas está bajo el techo del entresuelo) uno tendía al despiste.

La verdad es todo estaba bien, pero algo no acababa de encajar anoche en la función. No sé si un mal día, como dije antes el factor humano interviene mucho en el teatro, o qué podía ser. Es como cuando tienes todos los ingredientes para conseguir una gran comida, pero no se le consigue dar el toque adecuado para que sepa todo lo suculenta que podría ser… Era como si el director hubiera hecho que los actores estuvieran demasiado apoyados en el final, hacían la función demasiado lineal para terminar en unos fuegos artificiales espectáculares (El público se entraga de lleno a la representación de los «palurdos»). Como contando demasiado con que el público que va a ir a ver la función es un público facilón, al que si le das una buena ración de carcajadas al final, se olvida de lo que fue el resto… y eso no tendría que ser así. La obra tiene muchos ingredientes ricos para que el público se quede encandilado con ella, enredos llevados al límite, personajes pasados de vueltas, seres mágicos con los que llenar los ojos del espectador…

No sé, la verdad que tengo cariño a la obra en sí y a la compañía Morboria en particular (a los que seguiré de cerca porque me gusta el tipo de teatro que hacen y por donde lo llevan), trato de encontrar qué es lo que no funciona, por justificar el que no me llenara lo que vi, pero anoche me quedé con la sensación de que hacemos demasiado grandes los recuerdos, es así como deberían permanecer y no intentar volver a revivirlos porque después pasan estas cosas…

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