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Agus Ruíz José Luis Alcobendas Julio César Mario Gas Paco Azorín Sergio Peris-Mencheta Shakespeare Teatro Teatro Bellas Artes Tristán Ulloa

Julio César

Título: 
Julio César

 
 

Autor:
William Shakespeare

Lugar:
Teatro Bellas Artes

Elenco:
Mario Gas (Julio César)
Sergio Peris-Mencheta (Marco Antonio)
Tristán Ulloa (Bruto)
José Luis Alcobendas (Casio)
Agus Ruíz (Casca)
Pau Cólera (Decio)
Carlos Martos (Metelo)
Pedro Chamizo (Octavio)

Versión:
Paco Azorín


Escenografía:           Iluminación:                    Audiovisual:
Paco Azorín            Pedro Yagüe                 Pedro Chamizo

Vestuario:                Sonido
Paloma Bomé        Orestes Gas 

Dirección:
Paco Azorín 

 
Andaba detrás de este “Julio César” desde hacía mucho tiempo, siguiendo su paso por diferentes teatros y con ganas de que recalara, por fin, en la capital. Un elenco como este y con una función de tal envergadura no podía dejarse pasar.

No hace falta que le cuente a nadie qué es lo que narra este texto de Shakespeare, tan solo contar que la versión que ha realizado Paco Azorín está ambientada en un tiempo indeterminado que, a juzgar por el vestuario de Paloma Bomé y la escenografía del propio Azorín, se pretende que sea lo mas cercana posible a nuestros días.
Un montaje con aires de grandiosidad, de líneas rectas, de una frialdad aséptica, y con claras referencias masculinas, no hay mas que ver el obelisco que preside la escena; nos desafía a presenciar una propuesta basada, tal como el propio director expresa en el programa de mano, en el actor y la poética de la palabra; centrándose en los pasajes claves de la función original, condensándola en un torrente de hora y media que vomita hechos, aunque quizá peque en la excesiva condensación de acontecimientos, convirtiéndolo casi en una enumeración de momentos.
Para mi gusto la función, a pesar de su clara intención de hacer que el espectador saboree los versos del autor, es plana en emociones; creo que la propuesta de Paco Azorín no llega a calar en el espectador. 
Hay algo en la cadencia con la que están tratadas las situaciones que hace que uno incluso llegue a desconectar de lo que está sucediendo en escena. El dramatismo queda apagado por una sucesión de escenas que a mi me dejaron con las ganas, y es una lástima porque creo que el trabajo de algunos intérpretes, no todos, no por elevar la voz o gritar uno transmite emociones más potentes, es bastante notable, pero no percibí armonía en el conjunto. Todos saben su partitura y manejan su instrumento con profesionalidad, pero no llegan a empastar para crear la sinfonía pretendida.
Me agradó encontrarme con un Bruto, interpretado por Tristán Ulloa, diferente. Uno va con una idea preconcebida y desde el mismo instante en el que irrumpe en escena, ya te das cuenta que no tiene nada que ver con lo que se espera, y es de agradecer poder encontrarse con una vuelta de tuerca en un personaje como este.
Lo mismo sucede con Sergio Péris-Mencheta, la contundencia con la que se presenta en escena su Marco Antonio hace que hasta el mismísimo Julio César se haga pequeño. Su actitud, su forma de decir el texto, hacen que uno pueda disfrutar de su interpretación a pesar de lo insípido del montaje.
Ambos sí lograron interesarme y deleitarme con sus trabajos, en ellos sí percibí esa poética de la que habla el director.
Y sería injusto no destacar la labor de José Luis Alcobendas y Agus Ruíz, que se entregan, en mi opinión, con energía, atractivo y solvencia a los personajes que les ha tocado en suerte.
Lástima que el acabado, tan bello estéticamente, quede desperdiciado en un montaje que, siempre bajo mi punto de vista, pueda ser olvidado nada más abandonar el teatro.

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Bárbara Lennie Breve Ejercicio Para Sobrevivir La Pensión de las Pulgas Lautaro Perotti Santi Marín Teatro

Breve Ejercicio Para Sobrevivir

Título:
Breve Ejercicio Para Sobrevivir

Autor:
Lautaro Perotti
(Basado en textos de Tenneesse Williams)

Lugar:
La Pensión de las Pulgas

Elenco:
Bárbara Lennie
Santi Marín

Producción:
Factoría Madre Constriktor

Director:
Lautaro Perotti

Llevo unos días que todo lo que estoy viendo en teatro está dejándome el alma hecha jirones, parece una exageración y una cursilería, pero es como he quedado tras dos días paseándome entre Porteras y Pulgas
El pasado lunes me acerqué a descubrir el interior de esta joya escondida entre las paredes de La Pensión de las Pulgas. «Breve Ejercicio Para Sobrevivir» con la que Lautaro Perotti mete su mano dentro de nuestro pecho, rozándonos el corazón y alojando una brizna de desconsuelo latiendo ahí dentro…
Ya véis, así empiezo la crónica…
Lautaro Perotti crea desde la mas absoluta sencillez una historia de necesidades, de dependencias, de vidas quebradas; que habla de sentimientos que se desbordan hacia el interior.
Uno asiste, creo que con mas pudor que nunca, a un instante de la vida de dos seres perdidos; tan rotos que ni si quiera sienten fuerzas suficientes para intentar recomponerse; que se aferran uno al otro en un intento desesperado por seguir sobreviviendo, arrastrándose a través de una vida que no les quiere en ella, porque eso es lo que uno siente, que la vida no les quiere y les vapulea intentando sacudírselos de encima.
Es desasosegante sentir tanta desesperación en sus palabras, esas que no llegan a salir con fluidez, que se quedan como anzuelos en la garganta, pero sobretodo duele ver la desesperación en sus silencios, en sus ojos.

Una habitación patas arriba, revuelta y sucia, como sus propias vidas. Allí transcurre este fragmento de vida del que a penas si sabemos qué sucede antes y del que aterra pensar cómo va a continuar cuando se haga el oscuro.
Dos vidas manchadas de miedo; tanto, que a uno le impide expresarse sin tartamudear y a la otra la incapacita para atravesar los límites del salón donde se encuentra atrapada. Miedo a vivir la vida que les ha tocado y miedo a dejar de vivirla.

Los diálogos se tropiezan, son torpes, rápidos, violentos, como unas manos que aletean desesperadas por asirse a algún lugar que les haga sentir seguros por un instante, pero que resbalan y caen sin lograrlo.
Bárbara Lennie y Santi Marín dan vida a estos dos personajes que cada vez que los pienso, y ya han pasado un par de días desde que vi la función, me encogen algo por dentro.
Hay tanta verdad en lo que nos entrega Bárbara Lennie, que cuesta hablar sobre ello sin sentir que es insuficiente. Sus ojos, dicen incluso mas que el texto del que ha hecho la adaptación Lautaro Perotti. Y Santi Marín compone un personaje tan real, tan extrañamente cercano, que hace que pierdas la perspectiva como espectador.

Uno siente la necesidad de abrazarlos, de mecerlos tranquilizadoramente entre sus brazos, aún a sabiendas de que no hay un final feliz… la caída ya se ha iniciado y no hay punto de retorno para ellos dos; pero aún así sientes la necesidad de acompañarlos, apretándoles cálidamente la mano, para que se olviden de su miedo al menos hasta que todo haya acabado, ofreciéndoles algo de luz en su final. Sensación descorazonadora por nuestra posición como mudo espectador.

Una función que te desgarra algo por dentro, pero que nadie debería perderse.
Hay que ir verla, sentirla y sorprenderse días después con el mismo nudo en la garganta que cuando dejamos a estos dos seres en algún rincón perdido de La Pensión de las Pulgas.

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Carmen Mayordomo Claudio Sierra En Un Entreacto Radio Intimidad Iván Ruiz Flores Orquídeas y Panteras Teatro Icaro

En Un Entreacto Radio – Programa 8

Hemos vuelto de las vacaciones de Navidad con muchas ganas de seguir adelante con «En Un Entreacto Radio», traeros lo mejor del teatro y poder ofreceros un programa que transmita la pasión que sentimos por el Teatro.

Siempre hemos dicho que En Un Entreacto Radio está abierto a todo aquel quiera venir a contarnos sus proyectos y en este programa los Entreacteros que han querido pasar por el estudio de GetafeVOZ y dar cuerpo a nuestra sección «Teatreros en Getafe» han sido los miembros de Teatro Ícaro, para hablarnos de cómo es eso de trabajar dentro de una compañía de teatro amateur, sus luces y sus sombras, y acercarnos su inminente estreno «Orquídeas y Panteras».

Después nos sentimos realmente emocionados de poder recibir en el estudio a los «Imprescindibles» de esta quincena, parte del equipo de «Intimidad», obra que se representa actualmente en la Sala TÚ. Ellos son Iván Ruíz Flores, Carmen Mayordomo y Claudio Sierra. Con ellos estuvimos charlando largo y tendido, y sobretodo divirtiéndonos con su compañía. Fue una de esas charlas que transmiten un ambiente tan agradable que no quieres que acaben.
¡Da gusto ponerte ante los micros con invitados como estos!

No dejéis de escuchar nuestra vuelta a la carga tras las fiestas porque merece la pena escuchar todo lo que nos contaron.

¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio!

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Ángel Burgos Esperanza Elipe José Luis Santos Juan Antonio Lumbreras Locos Por El Té Mª Luisa Merlo Oscar de la Fuente Quino Falero Rocío Calvo Teatro Teatro Alcázar

Locos Por El Té



Título:

Locos Por El Té
Autor:
Patrick Haudecouer
Danielle Navarro
Adaptación:
Julián Quintanilla
Lugar:
Teatro Alcázar (Cofidís)

Elenco:
Mª Luisa Merlo
Juan Antonio Lumbreras
José Luis Santos
Esperanza Elipe
Óscar de la Fuente
Ángel Burgos
Rocio Calvo

Escenografía y Vestuario:
Elisa Sanz

Iluminación:
Alfonso Ramos

Ayudante de Dirección:
Rocío Vidal

Director:
Quino Falero
Después de la intensidad con la que hemos comenzado el año teatral, me hacía falta un poco de “aire fresco”, así que nos acercamos por el Teatro Alcázar (Cofidis) para ver qué nos tenía preparado Quino Falero con este “Locos Por El Té” con el que acaba de comenzar su andadura.
Esta comedia de Patrick Haudecouer y Danielle Navarro que ha triunfado tras su reposición en los escenarios franceses, ganadora del Premio Moliere de comedia del año 2011, nos invita a pasar y presenciar los últimos ensayos de una compañía de teatro que anda continuamente al filo del desastre. 
Una diva de la escena y de la sobreactuación (Mª Luisa Merlo), un actor que no lo es y que con cada gesto genera un nuevo desastre (Juan Antonio Lumbreras), un secundario hiperactivo y muy «del método» (Óscar de la Fuente) , un veterano actor que no deja de sugerir “cambios” (José Luis Santos), una directora inglesa que no sabe dónde se ha metido (Esperanza Elipe), un técnico sin pelos en la lengua (Ángel Burgos) y una “sastra” con muy malos humos y limitados conocimientos sobre su profesión (Rocío Calvo), son los integrantes de este “Locos Por El Té”. 
Tal como dice Mª Luisa Merlo, esta función es un “Juguete cómico” donde se percibe lo bien que se lo pasan en escena todos los integrantes de la función y al que hay que ir sin más pretensiones que la de pasar un rato divertido. Desde el mismo comienzo la locura se desata y ya no hay momento de descanso, los personajes comienzan a poner en marcha este caótico carrusel, sacando toda una batería de tics y “manías actorales” llevadas al extremo (¿o no tan extremas?) que hacen que el patio de butacas esté totalmente entregado.
Confieso que el vodevil no se encuentra entre mis géneros favoritos, soy un poco “especialito” en cuanto al tipo de comedia y me cuesta entrar; quizá es por eso que la primera parte me pareció un tanto floja, es cierto que es cuando te entregan las claves para comprender la locura posterior, pero creo que le cuesta comenzar, me faltó algo de ritmo en el planteamiento y creo que hay ciertos momentos a las que aún hay que encontrarle el tono para que acabe de cuajar; ¡Ojo! Hay que tener en cuenta que aún están en las previas y las comedias van tomando cuerpo a base de representaciones. 
Todo esto no quita para que la viera divertido, apreciando el agotador trabajo de los actores, el de alguno de ellos es extenuante, como el de ese fantástico Juan Antonio Lumbreras o el alarde físico de Óscar de la Fuente (¡guau!), y el encaje de bolillos que Quino Falero realiza para sacar adelante la cantidad de gags que se suceden en escena.
Pero si hablamos de la segunda parte, la cosa cambia. El momento en el que se estrena la función que estos personajes preparan, está lleno de cabriolas, con un ritmo vertiginoso y plagado de instantes de una locura absurda y desquiciada, que me divirtieron y provocaron que soltara más de una carcajada. El caos parece que no tiene fin con ese arsenal de artillería pesada que acaban por soltar hasta el mismísimo último minuto.
Así que ya sabéis, si estáis buscando una función con la que divertiros sin mayor preocupación que la de soltar unas buenas carcajadas, esta puede ser vuestra opción.
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Alicia González Bárbara Santa-Cruz Carles Francino Chejov Consuelo Trujillo David González El Huerto de Guindos Germán Torres La Casa de la Portera Nacho Fresneda Raúl Tejón Sabrina Praga

El Huerto de Guindos

Título:
El Huerto de Guindos

Autor:
Antón Chejov

Adaptación:
Raúl Tejón

Lugar:
La Casa de la Portera

Elenco:
Felipe G. Vélez (Fer)
Nacho Fresneda (López)
Alicia González (Dunia)
David González (Tomás)
Sabrina Praga (Ania)
Consuelo Trujillo (Andrea)
Bárbara Santa-Cruz (Valeria)
Germán Torres (Jaime)
Carles Francino (Pedro)

Música Original:
Mir Blib

Coreógrafa:
Luchy López

Ayundate Dirección:
Gabriel Cuenca

Dirección:
Raúl Tejón

Es maravilloso sentir como espectador la magia del teatro aparecer. A lo mejor es mucho exagerar, pero creo que la mayoría de las veces que lo he sentido ha sido asistiendo a una representación en La Casa de la Portera. No en todas, pero si es el lugar donde lo he podido palpar, sabiendo con certeza que eso era lo que me estaba pasando. Quizá lo de la cercanía, el ambiente en el que uno se sumerge o quizá que por suerte tenemos en Madrid un lugar donde suceden estas cosas.
Ayer, por fin, pudimos asistir a La Casa de la Portera para ver «El Huerto de Guindos», versión de «El Jardín de los Cerezos» de Chejov realizada por Raúl Tejón, quien a su vez también la dirige. 
Para un teatrero como yo podría ser motivo de sonrojo decir que mi acercamiento mas intenso a la obra de Chejov está teniendo lugar ahora, desde que que asisto a la casa de esta portera que me tiene enamorado, sin embargo pienso que es algo maravilloso. Sí, había visto otros montajes y había leído textos suyos, pero nunca lo había vivido con esta pasión; nunca es tarde para descubrirlo, aunque sea a golpe de casualidad, y menos si lo hacemos de la mano de gente que lo ama y lo cuida con tanto cariño como José Martret con «Iván-Off» o Raúl Tejón y este «Huerto de Guindos». ¿Hay algo mas bello que descubrir el teatro que viéndolo?
«El Huerto de Guindos» es una pieza hecha con una sutileza y una exquisitez que emociona. Uno asiste a los acontecimientos casi como un habitante mas de la casa. La cercanía a los personajes, el sentir sus respiraciones, el poder ahondar en el brillo de sus ojos, el detectar un movimiento casi imperceptible de sus manos ante las palabras de los otros, hacen que sientas como la función está palpitando vida.
Aparentemente no pasa nada, el tiempo transcurre y las historias que Raúl Tejón engarza desde el propio Chéjov son tan pequeñas, tan sutiles, que aparentemente no tienen mayor trascendencia y, sin embargo, cuando uno sale tras la función cae en la cuenta de que lo que ha pasado es tan grande como la propia vida. Te das cuenta de ello por el dolor de corazón que se te ha colado dentro, porque durante hora y media la historia de esta familia ha ido calándonos, silenciosa, oprimiéndonos el alma hasta sentir la tristeza en primera persona. No es algo desgarrador que te hace gritar de desdicha, es algo pequeño, un desconsuelo que te atenaza por dentro impidiéndote articular palabra sin que las lágrimas te desborden los ojos, un dolor propio.
Hay que felicitar a Raúl por haberse sabido rodear de semejante equipo de actores y actrices. Logran algo casi imposible, nueve actores respirando la función al mismo son sin un solo desafine. 
Si a veces hablamos de engranajes que funcionan con precisión, este es un claro ejemplo de ello. No es solo lo que sucede en la acción principal, si no lo que se percibe tras las paredes, lo que sucede en segundo plano, los susurros, esas apariciones fugaces que aportan riqueza a la historia, que dan cuerpo y que suman. La sutileza, la verdad que se percibe en las distancias cortas, se paladean con tanto gusto que uno a penas puede reprimir el impulso de tocar a los actores, regalarles una caricia, abrazarles o incluso darles un bofetón… ¡Qué belleza!
Consuelo Trujillo o como hacer que quepa la grandeza del teatro en una salita. Un privilegio ver su trabajo desde tan cerca.
La presencia de Carles Francino; es maravilloso degustar su Pedro, qué preciso todo cuanto aporta a ese «caballero despeluchado», qué voz, qué intenciones, cuánta verdad. Absolutamente fascinante.
Bárbara Santa-Cruz, un torrente de energía contenida en constante ebullición. ¡Cuánto cuenta su mirada y sus silencios!
Nacho Fresneda que hace que la frontera entre la vida real y la función se diluyan y se confundan. ¡Y nos encanta que así sea!
Alicia González y David González ese respiro, ¡aunque no sepamos a qué huele!, a tanto drama. Disfrutar con sus apariciones es quedarse corto.
Compro cuanto Sabrina Praga quiera venderme de su Ania. Me ha encantado comprobar el crecimiento de esta actriz desde Iván-Off hasta este huerto.
Ver a Germán Torres trabajando es algo que no puedo evitar disfrutar, lo que transmite su presencia cuando aparece en escena es algo que me encanta y aquí vuelve a suceder. Solo su lágrima final abrazado a Consuelo Trujillo ya vale el precio de la entrada.
Y Felipe G. Vélez… ¿Qué puede decirse de un trabajo como el suyo? Su Fer es el resumen de este drama, el retrato de qué fue todo aquello y lo que acaba por ser… La ternura y la calidez de su personaje hacen que la emoción acabe desbordánose dentro de nosotros.
Ya lo dije anoche en un tweet post-función, ¡ellos son magia!
«El Huerto de Guindos» ha vuelto a provocar en mi aquello que viví la primera vez que visité La Casa de la Portera, un sentimiento que te agarra las tripas por dentro y que no creo que me suelte por mucho tiempo.
Si alguien quiere saber qué es hacer buen teatro sin ningún tipo de artificio, que vaya a ver este «Huerto de Guindos» porque lo tendrá en una gran dósis. ¡Bravo!
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Alberto Puraenvidia Autostop Carlos Be Fran Arráez Juan Caballero Mentxu Romero Teatro Teatro Lara The Zombie Company

Autostop

Título:
Autostop

Autor:
Carlos Be
(Basado en un relato de Milan Kundera)

Lugar:
Teatro Lara

Elenco:
Mentxu Romero
Juan Caballero

Vestuario:
Reme Gómez

Escenografía:
Alberto Puraenvidia

Iluminación:
Jesús Antón

Producción y Ayudante de Dirección:
Sara Luesma

Dirección:
Fran Arráez

Me encanta asistir a los montajes de The Zombie Company y ver las reacciones de aquellos espectadores que desconocen el terreno en el que se adentran; las caras de estupefacción con la que salen son dignas de ver, y es que Carlos Be tiene el poder de hacer que todos nos sentimos un poco estupefactos cuando nos sumergimos en sus mundos. Asistir al estreno de uno de sus textos es como volver a perder la virginidad. Te sientes inseguro, excitado, esperando con ansiedad el momento; sientes que te invade una mezcla entre miedo y entusiasmo y, llegado el momento, te entregas con cierto temor sabiendo, por lo que te han contado, que puede doler, pero que lo acabarás por gozar… ¿Sentirse satisfecho al acabar? ¡Ahí ya cada uno con su experiencia! Yo cuento la mía.

Ayer asistimos al estreno de “Autostop”, nueva producción de esta compañía que no ha dejado de parir montajes, cada uno con su estilo y todos con el mismo, el de su autor, Carlos Be. En esta nueva función, basada en un relato de Milan Kundera, nos adentramos en un peligroso juego que, con un aparente tono inicial de inocente socarronería, nos presentan a una pareja que durante un viaje cargado de intenciones románticas se descubre a si misma…
Si quieres que tu pérdida de virginidad en “Autostop” sea única y genuina, te aconsejo que no sigas leyendo porque quizá pueda «spoilear» parte de la función.
Es curioso como uno se entrega con entusiasmo al juego que Carlos Be y Fran Arráez, director del montaje, nos proponen. Uno sabe que la aparente armonía e idealidad de los personajes se va a ver truncada en cualquier momento por alguna circunstancia que sacará a la superficie su verdadera naturaleza. Hurgar en la herida nunca trajo nada bueno… y si además jugamos con fuego, lejos de cauterizar esa herida, lo que haremos será ahondar en ella y acabar perdiéndonos dentro, como si fuera una caverna de tierras movedizas.
Partiendo de una colorida y preciosista premisa, nacida del vestuario de Reme Gómez y la escenografía creada por la brillante mano de Alberto Puraenvidia; reflejo de esa artificiosidad con la que estos personajes han decidido decorar toda su “mierda”; vamos desgarrando, a golpe de juguetonas cuchilladas, esas “vidas estupendas” en las que se encuentran atrapados estos dos seres, para despertar el dolor tan corrompido y repulsivo que se revuelve en su interior. Una “mierda” que es simple y llanamente la liberación de ellos mismos y sus verdaderos sentimientos.
Un trabajo por parte de Juan Caballero y Mentxu Romero muy arriesgado, no tanto por su desnudez física, si no por la emocional, por el paso de esa artificiosidad de la que hablaba antes, a la visceralidad de sus interpretaciones y, por supuesto, la absoluta entrega en respuesta a lo que Fran Arráez les propone.
No creo que cualquier actor se atreva a exponerse y dar tanto de la manera que ellos lo hacen. Pasar de la aparente insustancialidad de la comedieta inicial al desgarro final de una manera tan despojada de prejuicios, hacen que aplauda la valentía con la que se entregan. 
No es un montaje fácil y nada convencional, de hecho no creo que todo el mundo soporte mirar dentro de la habitación a la que nos invitan The Zombie Company, pero este es su estilo y es lo que defienden. A mi particularmente me gusta y me entrego cada vez con más curiosidad a sus propuestas, pero no sé si esta es la obra apropiada para dar el salto del Off al On. Confieso que me encanta ver montajes tan arriesgados en las tablas de un gran teatro y no en su hall o en su sala pequeña. Es como ver cumplida parte de una utopía que muchos compartimos.
Mi mayor temor es pensar que no encaje con el tipo de público que acostumbra a acercarse por el Teatro Lara, ojalá me equivoque. El tiempo lo dirá y espero que sea lo suficientemente justo con ellos.
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Personales Repaso anual

Un Repaso (incompleto) a las INTERPRETACIONES del 2013.

En mi anterior crónica hablaba en conjunto, de los montajes que en general mas me han gustado y los que me gustaron menos, pero hay interpretaciones que merecen ser mencionadas de manera individual y que quiero destacar en otros 13 puntos «Incompletos» para el 2013:

1.- María Pastor en «El Fantástico Francis Hardy, Curandero» o «Duet For One». Ella es de esas actrices que arrasan con tu alma. Una GRANDE de la escena escondida en la Guindalera.

2.- La sobrenatural Inma Cuevas (¡ella si que es omnipresente!) que tanto en «Cerda», en «La Nieta del Dictador», como en «MBIG», da auténticos recitales de interpretación.
3.- Pablo Derqui único y poderoso motivo por el cual destacar esta versión de «Roberto Zucco» que nos llegó a finales de verano.
4.- Carmen Barrantes un absoluto cartoon viviente que nos hizo disfrutar y valorar su trabajo tanto en «Cabaré de Caricia y Puntapié» como en «Lo Que Sé Del Amor». Sin olvidarme, por supuestísimo, de Jorge Usón también con «Cabaré de Caricia y Puntapié» y «Feelgood».
5.- Todoterrenos que aún están por descubrir al gran público como Pablo Cabrera, «Mejor Dirección Novel», «El Secreto de las Mujeres», «¿A Quien te Llevarías a una Isla Desierta?», «La Hermosa Fea»… o Carles Cuevas con «Que Nadie Se Mueva» o «El Secreto de las Mujeres».
6.- La gente de «La Función por Hacer» sin excepción Cristóbal Suárez, Miriam Montilla, Israel Elejalde, Teresa Hurtado de Ory, Manuela Paso y Raúl Prieto. No puedo decir mas que este equipo logra hacer con su trabajo, que una sala de teatro vibre como un único ser vivo.
7.- El gran Antonio Velasco que consiguió robar a En Un Entreacto una carta de amor con «Secundario» o divertirnos con el infantil «Quijote, La Leyenda Secreta».

8.- La increíble The Zombie Company, los cojas por donde los cojas, dentro y fuera de su universo. Carmen Mayordomo en «Intimidad», «Ayer» o «Elepé»Iván Ugalde en «Elepé» o «Ayer» o el gran Fran Arráez en «Elepé», sin olvidarme de Juan Caballero en «Silenciados», «¿A Quién Te Llevarías a una Isla Desierta?» o «Tres Segundos» junto a Mentxu Romero. ¡Qué mano, querido Carlos Be!. A ver si en este 2014 por fin entro en una de esas Peceras

9.- O el estupendo David Tortosa en «Cuando Fuimos Dos» junto a Felipe Andrés que además nos volvió a regalar una trabajadísima interpretación en el «El Fantástico Francis Hardy, Curandero».

10.- Las dolorosas y escalofriantes interpretaciones de Luna Paredes y Alberto Gómez en «Fuente Ovejuna – Ensayo Desde La Violencia» no pueden olvidarse en este repaso, al igual que esa doble Fernanda Orazi de «La Realidad».
11.- Por supuesto no me pienso dejar sin mencionar a ni uno solo de los miembros de «El Rey Tuerto», Xesc Cabot, Miki Esparbé, Alain Hernández, Ruth Llopis y Betsy Túrnez . Porque lo que ellos logran a través de una comedia tan ácida y divertida, lo consiguen contados profesionales.
12.- O las grandes Pepe Ocio, Rocio Calvo, Daniel Pérez Prada, Rocio Muñoz-Cobo o Maribel Luis de MBIG logran que la magia del teatro cale dentro del espectador a escasos centímetros de distancia.

13.- Álvaro Morte, Sara Gómez y Esteban Jiménez nos hacen volar con «Tres Sombreros de Copa» y junto a la gente del anterior punto, han hecho de este final de año, algo apoteósico.

Por supuesto que ha habido otros puntos destacables en este año, como la proliferación de autores contemporáneos en nuestra cartelera, gente como Paco Bezerra, José Padilla, Juan Carlos Rubio, Fernando J. López, Denise Despeyroux o Carlos Be, por mencionar solo unos pocos, que afortunadamente están siendo reconocidos y viendo en escena sus textos…¡Una suerte para todos nosotros!
O la apertura de nuevos espacios teatrales como por ejemplo Nave73, Sala TU, El Escondite, El Burdel a Escena, El Sol de York, La Pensión de las Pulgas que enriquecen la variedad cultural de la ciudad, tan cruelmente apaleada por ciertos poderes que provocaron el cierre de salas como el Teatro Arlequín, El Teatro Arenal o Garaje Lumiere

En difinitiva, el 2013 se marcha dejando un sabor agridulce, con regusto revolucionario, pero sobretodo con la sensación de haber hecho muy buen trabajo; confiemos que se consolide en el 2014 a pesar de tener el listón tan alto y de las zancadillas que algunos quieran poner por el camino.

Sinceramente, deberíamos sentirnos afortunados de poder presenciar y disfrutar tan buenos trabajos como los que ha habido este año, los mencionados aquí y muchos otros que han quedado fuera… Recordad que esto solo es un repaso «incompleto», y muy personal, de lo que ha dado de si este 2013 para En Un Entreacto.

¡Gracias por tan buenos momentos! ¡Nos vemos al año que viene!

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Personales Repaso anual

Un Repaso (incompleto) a los MONTAJES del 2013.

Se acaba el 2013 y lo termino con un deseo:
Me encantaría pedir unas gotitas de omnipresencia (y un bolsillo mas saneado) para poder ver todo el teatro que me interesa. Lo digo porque en este 2013 he tenido la fortuna de presenciar montajes absolutamente brillantes, que como amante del Teatro me han aportado infinidad de cosas, pero a la vez me he perdido otros, por diferentes motivos, que han deslumbrado especialmente y que han hecho que me tire de los pelos por no haber llegado a verlos…
Pero bueno, como de lo que se trata es de hablar de lo que sí he podido ver, aquí va mi repaso «incompleto» a este 2013.
Mi lista particular de los 13 mas incompletamente destacables:
1.- El regreso de «La Función Por Hacer», ocupa el primer lugar sin lugar a dudas. Uno de esos Kamikaze por mantenerlo como parte de su repertorio!

placeres que todo teatrero que se precie debería vivir sí o sí. ¡Gracias a Kamikaze Producciones por mantenerla en repertorio!

2.- La (breve) llegada a Madrid de «El Rey Tuerto», ¡cuánta falta hace teatro hecho de esta manera! ¡Bravo por la gente de La Sala Mirador por programar cosas con tanto acierto!
3.- Disfrutes tan delicados y deliciosos como «La Lengua Madre». (No busquéis la crónica porque muy a pesar mío, nunca llegué a escribirla. Otro motivo por el que deseo unas gotitas de ubicuidad para ver teatro y escribir sobre él, mientras también dedico tiempo a mi trabajo alimenticio al otro lado del espejo)
4.- Explosiones como «El Intérprete» que dejan a uno con el alma electrizada y completamente colgado de un colosal Asier Etxeandía.
5.- Puñetazos en el estómago como esa «Intimidad» de Iván Ruiz Flores, dolor sordo que habita en la cartelera madrileña.
6.- Cualquiera de los montajes que habitan y han habitado La Casa de la Portera, lugar al que no he ido todo lo que quisiera, cosa de la que me arrepiento enormemente, pero que en cada visita me ha dejado un sabor teatral sabrosísimo. (Cerda, Elepé, Secundario, Sagrado Corazón 45…) O esa hermana recién nacida que es La Pensión de las Pulgas, tan hermosamente bien parida y que además ha llegado, no con un un pan bajo el brazo, si no con un diamante de kilates infinitos como es MBIG.

7.- Ver que hay compañías y/o productoras humildes que siguen creyendo en sus proyectos con ganas y empuje, a pesar de los pesares, véase los casos de Diágoras Producciones o CriaCuervos.

8.- El 2013 también ha generado casualidades teatrales, como la de poder ver dos versiones de «Fuente Ovejuna» que dejan sin aliento. La de Alma Viva Teatro por su crudeza y la de La Joven Compañía por su valiente osadía.
9.- Montajes tan necesarios como «Silenciados» o «Cuando Fuimos Dos». y otros que llegaron tan cerca del corazón como «La Realidad» o «En Construcción».

10.- Montajes impactantes tanto en su contenido como en su estética, que se enganchan a la memoria como la «Antígona» de Rubén Ochandiano

11.- Comedias tan exquisitas y con un espíritu teatral tan grande que deberían ser ejemplo de cómo hacer este oficio, como la superlativa «Tres Sombreros de Copa» de 300 Pistolas o ese fantástico «Cabaré de Caricia y Puntapié» con unos insuperables Jorge Usón y Carmen Barrantes.
12.- Pequeñas joyas escondidas en el hall del Teatro Lara; sé que no he visto las grandes estrellas de la temporada, pero «Planeta Gómez Kaminsky» fue todo un disfrute. (A ver si a partir de Enero consigo ver esos otros tesoros que aguardan en este pluriempleado hall)

13.- Viajar a los barrios de la periferia y encontrar una sala como Kubik Fabrik en Usera, son placeres añadidos para los teatreros. Ahí hemos podido descubrir montajes como «La Nieta del Dictador» o «Penal de Ocaña» de Nao D’Amores.

También ha habido sus puntos oscuros dentro del 2013:

1.- Ese montaje de «Yerma» de Miguel Narros, donde la sobreactuación mató al sentimiento.

2.- Montajes pretendidamente críticos como «Capitalismo. Hazles Reir», con uno de los repartos mas espectaculares de la temporada y que, sin embargo, resultó ser un montaje absolutamente fallido. Creo que es la propuesta mas caótica, errante y aburrida de la temporada.

3.- Insultos al teatro musical como «Perdona Bonita, Pero Lucas Me Quería A Mi».

4.- Producciones grandilocuentes como «¡Ay, Carmela! El Musical» que apostaron por un reparto de gran calidad, dentro de un montaje desaprovechado, hueco y tramposo.

5.- Propuestas de espectáculos unipersonales estancados en un humor que huele a rancio como «Mejor Viuda Que Mal Casada».

6.- «Roberto Zucco», una de las obras mas esperadas y que mas insatisfacción dejó en mi como espectador, salvando al maravilloso Pablo Derqui del que me declaro admirador totalmente entregado. Una función de la que salí triste porque podría haberme llegado a conquistar, pero que se quedó en un fuego artificial fallido.

Por suerte el balance del año, como veis en los puntos de una y otra lista, ha sido mucho mas positivo que negativo, aunque si que ha habido algún que otro montaje mas que ha dejado mucho que desear, no tenéis mas que mirar entre mis crónicas, pero que no quisiera incluir en esta misma lista y hacer  sangre de manera injusta. Los que si están es porque consiguieron hacer que saliera enfadado tras la función.

Pues esto es lo que ha dado de si el teatro visto por En Un Entreacto en este 2013. Un repaso incompleto en el que no están todos los que vi, ni todos los que me hubiera gustado ver…
Solo deseo que el 2014 sea tan suculento como ha sido este año, y disfrutar de muchos mas momentos perdido en patios de butacas.
¡Viva el Teatro!

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El Huerto de Guindos En Un Entreacto Radio GetafeVoz José Martret La Casa de la Portera La Pensión de las Pulgas MBIG Raúl Tejón

En Un Entreacto Radio – Programa 7

Este año 2013 lo despedimos en «En Un Entreacto Radio» con un gran programa dedicado a dos de los espacios teatrales del Off Madrileño mas importantes y con mayor repercusión.

La Pensión de la Pulgas, lugar de reciente apertura donde nos recibieron José Martret y Alberto Puraenvidia, que nos concieron una maravillosa entrevista donde nos desvelaron muchos detalles de este espacio que estamos seguros va a reventar el panorama teatral en los próximos meses y nos hablaron del montaje que actualmente se representa allí «MBIG». ¡Una amplísima entrevista que no tiene desperdicio!
También tuvimos el enorme placer de recibir en el estudio a Raúl Tejón, que vino a hablarnos de «El Huerto de Guindos», función que ha adaptado y dirigido y que actualmente se representa en La Casa de la Portera, hermana mayor de La Pensión de las Pulgas. Una de esas entrevistas en las que uno se siente especialmente cómodo con el invitado y que esperamos os suponga el mismo disfrute que nos supuso a nosotros.

Un programa de mucha altura para acabar este año, y comenzar el siguiente, con la ilusión de haceros llegar cada quincena mas teatro y con mayor calidad desde GetafeVOZ.

¡Felices Fiestas! Nos vemos al año que viene diciendo eso de «¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio

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300 Pistolas Anna Hastings Álvaro Morte Carlos de Austria Esteban Jiménez Miguel Mihura Nave 73 Sara Gómez Teatro Tres Sombreros de Copa

Tres Sombreros de Copa

Título:

Tres Sombreros de Copa

Autor:
Miguel Mihura

Versión:
Álvaro Morte

Lugar:
Nave 73

Elenco:
Álvaro Morte
Sara Gómez
Esteban Jiménez
Anna Hastings
Carlos De Austria

Vestuario:                          Iluminación:              Escenografía:
Blanca Clemente             José Mora                 Blanca Clemente
                                                                             Álvaro Morte

Música:                             Coreógrafa:
José Villalobos                Fredeswinda Gijón

Dirección:
Álvaro Morte

Ir a ver Tres Sombreros de Copa despierta en mi un sin fin de aromas del pasado. 

Fue una de las primeras obras que me dieron a leer en el instituto, una de las primeras que ensayé y con la que aprendí a jugar en escena; también fue una de las primeras funciones que recuerdo haber visto en un teatro «Grande» con un fantástico Luis Merlo como Dionisio… 
En fin, que cuando se me puso delante la posibilidad de volver a recuperarla, no quise resistirme.
Siempre he pensado que algo de este texto de Mihura se me escapaba, supongo que la lectura de un jovenzuelo de 15 años quedaba un tanto limitada a lo que el gran Miguel Mihura escondía tras sus frases, y ver esta propuesta ha sido como si encendieran una luz que dejara a la vista todas las esquinas de una habitación que había estado hasta entonces en penumbra. 
Es difícil de explicar sin ver la función, pero el trabajo tan laborioso que han realizado para lograr la intención correcta a cada una de las intervenciones es tan magnífica, que aún me hace sonreir rememorar ciertos momentos del montaje que Alvaro Morte y el resto del equipo de 300 Pistolas ponen en escena. La propuesta que se traen entre manos es tan fresca y atractiva que no se puede pasar por alto.
Comienza la función y uno ya es consciente de que lo que va a presenciar no tiene nada que ver con la idea que podría llevarse preconcebida ante este texto. Ellos optan por jugársela a lo bestia, «Tirando pa’lante» y ¡vaya que sí!, la apuesta les sale redonda.
Jamás se me hubiera ocurrido pensar que Miguel Mihura pudiera convertirse en la esencia palpitante de los Hermanos Marx. Que todo aquello que ellos llevaban a cabo en sus películas, ese ritmo endiablado, lleno de dobles inteciones, de velocidades imposibles y malabarismo casi sobrehumanos, esos juegos con el absurdo tan efectivos, ¡y ese humor tan maravilloso! pudieran estar presentes dentro de un texto como este, y menos subido a un escenario, con la precisión con la que esta compañía lo lleva a cabo.

Solo puedo decir que gocé todos y cada uno de los minutos.
Cada vez que la función amenazaba con languidecer, remontaba con una nueva cabriola, un nuevo guiño o un truco que hacía que nuestras orejas de espectador se volvieran a erguir para no perder detalle de aquello que ocurre en los recovecos del mundo de 300 Pistolas.

Los actores son piezas de un engranaje que funciona con absoluta exactitud. Todo está calculado al milímetro y realizado con una gustosa limpieza. Las coreografías, los movimientos, la minuciosidad en los detalles, el acierto en los gestos mas insignificantes, hacen de este montaje un trabajo impecable.Uno los mira con embobamiento, hasta el punto casi de babear.
Esas interpretaciones de triple salto mortal, hacen que den ganas de aplaudir a cada cierre de cuadro. Siempre hay un «mas difícil todavía» que hace que cuando te quieres dar cuenta, te encuentras sentado en el filo de la grada provocado por el entusiasmo que nos genera cada nueva escena. Como si fuéramos niños pequeños.
Esteban Jiménez es en sí mismo un parque de atracciones, no hay personaje de los que cae en sus manos durante esta función, que no sea un regalo para el espectador, es el delirio personificado y siempre impecable.
Sara Gómez nos obsequia con el sabor agridulce de su Paula, que trae con tanta delicadeza. En ella podemos intuir la mirada triste del payaso, esa lágrima que nunca resbala porque no hay tiempo ni lugar donde dejarla. y a la vez tan divertida… la coordinación y el trabajo con sus compañeros es admirable. Hace de lo complicado un juego sencillo. Bellísima.
Anna Hastings es un soplo de aire que revuelve la escena cada vez que aparece tras el telón, juega con ganas y nosotros lo disfrutamos a manos llenas.
Carlos De Austria hace una cosa que a mi me parece muy complicada de lograr, y es llegar a dirigir la mirada del espectador para que este esté pendiente de sus puntos de vista en los momentos adecuados. Generoso cediendo el foco a sus compañeros, pero sabiendo lucirse en las escenas que le toca defender.

No se ha perdido ni un ápice de la magia y la candidez del original, todo lo contrario, se ha enriquecido de tal manera que creo que el trabajo que ha hecho Álvaro Morte con la adaptación y la dirección son de lo mejorcito que he visto en bastante tiempo. Al igual que su interpretación de Dionisio. Ofrece una visión tan renovada de este personaje, tan enriquecida, que es un placer haber disfrutado tanto descubriendo aspectos desconocidos, para mi, de este personaje.

Siempre valoramos los dramas, las tragedias y las funciones que te desgarran por dentro, pero Álvaro logra con esta comedia un trabajo absolutamente artesanal, rematado con un gusto exquisito
¡Lástima no haber llegado a ver lo que hicieron con El Perro del Hortelano!

Ya os podréis imaginar que os la recomiendo con ganas. Incluso creo que es una de esas funciones que aficionan a ver teatro a aquellos que se resisten. Atrapa desde el comienzo, hace que uno se divierta con ganas y que en ocasiones se emocione, está hecho todo con una ternura y una pasión tan grandes que traspasan y calan.
300 Pistolas son muy necesarios, son el teatro de Barraca resucitado y, eso, es una belleza.
¡Vayan a comprobarlo por sí mismos a Nave 73!

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