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Guillermo Llansó Juanma Romero Gárriz Karlos Aurrekoetxea Marta Alonso Prisionero en Mayo Sala TU Teatro

Prisionero de Mayo

Título:
Prisionero en Mayo

Autor:
Juanma Romero Gárriz

Lugar:
Sala TÚ

Elenco:
Guillermo Llansó (Abel)
Marta Alonso (Nuria)
Karlos Aurrekoetxea (Eric)

Vestuario:
Ana Bernal

Escenografía:
Elizabeth Stark

Sonido:
Paco Ramírez

Iluminación:
David Benito

Dirección:
Juanma Romero Gárriz

La Sala TÚ acoge en estos días «Prionero de Mayo», función escrita y dirigida por Juanma Romero Gárriz, texto multipremiado y con un extenso recorrido por diferentes salas, en el que se nos presenta a Abel, prionero modélico, dentro de lo terrible que se le presume de su pasado, que vive encerrado cumpliendo condena y que hasta el momento ha vivido con cierta serenidad su encierro, apoyándose en Nuria, su carcelera, la cual siente más que simpatía por el reo; hasta que irrumpe en su vida Eric, una especie de profeta loco que es encerrado junto a él y que hace que el aparentemente apacible transitar de su existencia carcelaria de un giro inesperado.
Un texto lleno de lirismo que habla sobre la lucha por la supervivencia, del amor, de las atracciones, de los deberes adquiridos y la necesidad que tenemos de encontrar a alguien que nos muestren un camino por el que poder marchar y que justifique nuestro rincones más oscuros. Un texto que en ocasiones se ahoga en si mismo y que acaba por resultar un tanto descafeinado para lo mucho que promete en su planteamiento.
El montaje es interesante de ver, tiene una buena progresión, aunque el reverso tenebroso que se les intuye a los personajes a penas si asoma y es precisamente lo que estamos deseando que aparezca durante todo el tiempo. 
Eric es un tipo inspirado en la figura de Charles Manson, sin embargo, solo atisbamos la parte más superficial y tópica de este ser, quedándonos con las ganas de ahondar en sus profundidades, aquellas que, sin embargo, en Abel vemos mostradas con más claridad y de forma más aterradora, e incluso superadas por aquellos personajes que solo asoman a través de las cartas y las grabaciones, punto fuerte sin lugar a dudas de toda la función.
Me parece muy interesante ver el viaje en el que se embarcan los personajes, cómo la afabilidad se ve emborronada por la demencia de otros que vienen cargados de discursos caóticos y de una poética malsana y enfermiza, que hace tambalearse los cimientos de quien se ha construido su propio castillo en el que aprender a expiar sus pecados. 
Lástima que prime la amabilidad y las ganas de agradar en la forma de tratar el tema y que cuando, por fin, ocurren cosas que parece que van a hacernos bajar a los infiernos de los personajes, todo se retraiga de una manera un tanto tímida.
¡Ojo! La función en ningún momento me aburrió, me parece que tiene el germen de una buena historia con mucho que mostrar. La aterradora personalidad de Eric, que atrae a las masas y provoca reacciones tan siniestras, es digna de ser visitada, al igual que la extraña dependencia de Nuria la carcelera «Delicadeza» por Abel y la de este por Eric y su séquito de perversos fanáticos que le escriben a diario. Ahí hay momentos en los que se podría escarbar y daría miedo todo lo que uno podría encontrar, pero para mi gusto todo queda un tanto diluido.
Guillermo Llansó, Marta Alonso y Karlos Aurrekoetxea realizan un muy buen trabajo, dentro de lo marcado por Juanma Romero, dando veracidad a sus personajes y otorgándoles profundidad, ofreciendo destellos de toda esa oscuridad que tanto me hubiera gustado poder disfrutar de pleno y dándonos una actuaciones muy interesantes. Gran duelo interpretativo entre Guillermo Llansó y Karlos Aurrekoetxea.
Una historia que dentro de la oscura situación que plantea, es inofensiva. Recomendable para aquel espectador poco acostumbrado a que le zarandeen, pero que tenga ganas de ver unas buenas actuaciones.

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Alfonso Mendiguchía Alfpache Producciones Chema Moro Patricia Estremera Sala TU Teatro Tierra de Nadie

Tierra De Nadie

Título:

Tierra de Nadie

Autor:
Alfonso Mendiguchía

Lugar:
Sala TÚ

Elenco:
Patricia Estremera (Rita Hervaz)

Voces en off: 
Manuel Pavón, David Tortosa, 
Reme Gómez, Luz Valdenebro y Fran Perea

Asesor de Movimiento:
Alberto Velasco

Producción:
Alfpache Producciones

Ayudante de Dirección:
Chema Moro

Dirección:
Alfonso Mendiguchía

Desde En Un Entreacto intento siempre dar a conocer pequeñas piezas que habitan en las salas del Off de Madrid, que quien me lea (si es que hay alguien ahí), sienta curiosidad o al menos sepa de la existencia de estas alternativas al teatro mas comercial. Ofreciendo desde aquí una ventanita desde la que poder asomarse para que les vea todo aquel que quiera mirar.
Propuestas que viven con la ilusión de llegar a ser conocidas por el público. Que conllevan una cantidad de trabajo y de sacrificios, que muchas veces no llegamos a valorar simplemente por el desconicimiento del gran público.
«Tierra de Nadie» es una de esas propuestas que luchan por asomar la cabeza. 
Hacia la primera mitad del 2013 Alfpache Producciones lanzó un teaser con el que llamar la atención de programadores y ahora, en el mes de Enero, han conseguido verla nacer para un escenario, el de la Sala TÚ que le ha brindado la oportunidad de dar sus primeros cuatro pasitos.
Una historia escrita por Alfonso Mendiguchía y protagonizada por Patricia Estremera, llena de ilusión, de sueños y de superación e incluso de sinsabores y desilusión. Quizá podríamos decir que es una función que habla sobre la maduración.
Nos habla de Margarita, bueno, de Rita, una chica que decide liarse la manta a la cabeza y pelear por su sueño, el de ser actriz. Abandonar la comodidad de un hogar y una familia para probar suerte en la gran ciudad.
A modo de monólogo, Rita nos habla, saltando en el tiempo (y en el escenario) de sus ansias de sacarle todo el jugo a la vida; yendo y viniendo entre recuerdos y situaciones, nos adentramos en su universo particular, donde Rita Hayworth tiene un protagonismo especial, como modelo de lo que nuestra (Marga)Rita quiere llegar a lograr. A lo largo de la función la vemos tropezarse, levantarse, sonreír, luchar, cantar, bailar, volver a caer, amar, pelear y siempre con el brillo en los ojos de la pasión por la vida. 
Lo que en algún momento de la función puede parecer una vida llena de puertas cerradas, es un canto a la vida, a la lucha por nuestros sueños, a la firme convicción de que cada uno debemos crearnos nuestra propia aventura.
Una escenografía que es el portal de entrada al mundo de Rita y que de alguna manera me recordó, por su estructura inclinada, a las Torres Puerta Europa de Madrid; desde donde ella contempla el mundo como si de una funambulista se tratara, igual que su admirado Le Petit Philippe, toda una metáfora que resume su filosofía de vida.
El texto, aunque a veces es excesivamente explicativo, posee una belleza que refleja la cotidianidad de una manera positiva y luminosa que hace que uno salga contagiado de la energía de su protagonista. Con ganas de vivir la vida con todo lo que nos traiga.
Es cierto que tiene un comienzo un tanto confuso, que cuesta engancharse al ritmo de Rita, pero Patricia Estremera enseguida te gana, mirando directamente a los ojos del espectador, haciendo que empaticemos con sus circunstancias. La personalidad de su personaje es un tornado de pasión que quizá aturulla un poco, pero también es cierto que así son las personas que viven con la firme convicción de que hay que comerse la vida a bocados.
Ardua tarea la de que tiene Patricia Estremera, mantener durante toda la función un ritmo tan alto, revoloteando por diferentes momentos y cambiando de estado de ánimo a golpe de foco, a lo largo de hora y poquito que dura «Tierra de Nadie».
Una pequeña golosina a la que nos invitan Alfpache Producciones y que hemos saboreado con gusto y mucho cariño porque sabemos el trabajo que ha llevado lograr ponerlo en escena y que esperamos y les deseamos que sean las primeras de muchas mas.
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Carmen Mayordomo Claudio Sierra Intimidad Iván Ruiz Flores Nahia Láiz Rikar Gil Sala TU Teatro

Intimidad

Título:

Intimidad
Autor:
Iván Ruiz Flores
Lugar:
Sala TU
Elenco:
Carmen Mayordomo
Claudio Sierra
Nahia Láiz
Rikar Gil
Diseño Escénico:
Iván Ruiz Flores
Noelia Rosa
Producción:
Aniur Creativos Audiovisuales
Ayudante de Dirección:
Noelia Rosa
Dirección:
Iván Ruiz Flores

Da un pudor infinito transformar en palabras lo que provoca Intimidad en quienes lo presenciamos, hay que tomar aliento y decidirse a dar el paso porque si no, puede, que nunca lo hagamos.
Esta primera obra escrita por Iván Ruiz Flores, quien también la dirige, es un tajo en la yugular de la realidad. Un golpe seco que te nockea sin contemplaciones y te deja sin respiración.
Un espacio ínfimo, una quietud desesperante, unas miradas huidizas que duelen cuando se posan en nosotros, la voz de los personajes, esas voces que calan poco a poco en nuestro interior y convierten a los actores en primeros planos desasosegantes de una realidad desesperanzada. Hay momentos de la función que ahogan el alma, como si nos zambulléramos en un mar nocturno y, al estar sumergidos en él, no supiéramos hacia donde dirigirnos para encontrar la superficie en la que poder volver a respirar porque solo hay negrura.
Cuatro actores en escena, atentos a lo que dicen unos y otros, pero sin a penas interactuar entre ellos, solo leves gestos, miradas de soslayo, quizá un ligero estremecimiento. Cuatro monólogos ásperos en los que el espectador hunde su curiosidad aún a sabiendas de no encontrar nada amable en ellos. Cuatro vidas resquebrajadas y un solo nexo de unión, la Intimidad del título.
Hablan sobre esas pequeñas cosas que laceran nuestras vidas, esas pequeñas cosas que condicionan el resto de nuestras acciones y que hacen que tomemos determinaciones nunca imaginadas. Pero son cosas cotidianas, guardadas muy adentro, de las que a veces ni reparas en comentar por lo nimias que pueden resultar a los demás, pero que dentro de nosotros toman una importancia desmedida, tanto como para que nuestras vidas se conviertan en otra cosa.
Carmen Mayordomo, Claudio Sierra, Nahia Láiz y Rikar Gil son los cuatro actores que prestan su carne y su alma a esta experiencia que nos hizo salir mudos, turbados, e incluso avergonzados, de la sala. Cuatro actores que hacen algún tipo de conjuro sobre los que presenciamos esta función que deja clavado en la butaca al espectador una vez terminada la función y en estado de shock. Yo salí de la sala rápido, con ganas de que me diera el aire, de tomar una bocanada grande y volver a respirar con normalidad, y de paso agarrarme a mi vida de nuevo y apretarla fuerte para no dejarla escapar.
Una obra dura, áspera y dolorosamente real. No hay momento en ella que te deje tomar resuello para continuar. Una vez que comienza te sujeta por la nuca y te obliga a mirar, aún sabiendo que no quieres ver lo que te muestra, pero que te obliga para que seas consciente de que «eso» que ves, existe, y está presente en nuestro día a día. Aunque almas optimistas como la mía, que salen vapuleadas, aún encuentran un resquicio de esperanza en sus últimas palabras.
La recomiendo con muchas ganas, y a la vez con miedo, porque es hacer que otros miren a lo que a ti te costó tanto sostener la mirada.
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