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Constelaciones Fernando Soto Fran Calvo Inma Cuevas Nick Payne Teatro Lara

Constelaciones

Título:
Constelaciones

Autor:
Nick Payne

Lugar:
Teatro Lara

Elenco:
Inma Cuevas
Fran Calvo

Escenografía e Iluminación:
The Blue Stage Family

Ayudante Dirección:
Daniel Gallardo

Dirección:
Fernando Soto

Una historia de amor puede crear infinitos caminos, puede ir por diferentes derroteros, puede ser la más bella o la más desastrosa de las historias, incluso puedo no ser. Todo depende del momento, la circunstancia; esa casualidad que haga que todo estalle y se convierta en lo inesperado.
«Constelaciones», texto escrito por Nick Payne, es el punto inicial de todas esas historias que pudieron ser y no fueron o todas esas historias que parecía que no iban a poder ser y finalmente fueron.
En esta función uno transita entre universos paralelos y lo que puede ser un cruce de miradas casual e inocuo, puede convertirse en la más bella historia de amor, en el destino de nuestras vidas.
¿Os imagináis el sin fin de posibilidades que se nos abren por delante en nuestras vidas? Y de todas ellas nosotros escogemos una, tan solo una con la que vivir, pero ¿y si pudiéramos observar lo que hubiera podido ser de nosotros si hubiéramos escogido, voluntaria o involuntariamente, otra opción? Pues eso es «Constelaciones», y más te vale haberte abrochado bien el cinturón de seguridad de tu butaca porque el viaje se vuelve de vértigo.
Todo comienza con un intento por chuparse el codo propio y las consecuencias cósmicas que eso conlleva… Dos personajes, tan solo dos, que se desdoblan y se reinventan a cada latido, que van y vienen, que encuentran diferentes pliegues en el espacio-tiempo y viven y reviven una y cien veces su historia de amor, cada una de una manera distinta, pero todas igual de probables. Una gozada de texto que nos hace reír, que expresa todo un caleidoscopio de sentimientos humanos, alegría, desenfado, desilusión, sorpresa, tristeza, dolor… pero sobretodo y por encima de todo AMOR. Y todo ello con la sencillez de una escenografía mínima que varía a golpe de luz.

No creo que haya nadie que asista a esta función y no se vea reflejado en ella… es más, y que no ansíe poder tener la oportunidad de volver a tirar los dados, aunque solo sea por curiosidad, y ver qué otra opción se nos  hubiera podido poner por delante en el camino. Es como esos libros de «Elige tu propia aventura», que leíamos de pequeños, hecho teatro.

Un delicioso enjambre de «Y si fueras…»dirigido por Fernando Soto con una precisión y un sentido del ritmo maravillosos. Algo hay en la función que deja entrever que en este equipo todos son actores, aunque en estos momentos ostenten el rol de director y ayudante del mismo; la delicadeza y la minuciosidad con la que se lleva a cabo la puesta en escena lo deja patente.

Esta historia podía haberse convertido en un pegote, en una paja mental bien grande y, sin embargo, es un camino en el que el «Más difícil todavía» sucede a cada línea de diálogo, y eso es gracias a lo inmensos que están sus dos protagonistas, Inma Cuevas y Fran Calvo. Juegan las situaciones con un nivel de cercanía tan potente que nos conquistan desde la primera mirada que comparten entre ellos. Un trabajo complejo el de estos dos actores que hacen un tándem inmejorable, pendientes todo el tiempo uno del otro, de los gestos, de las palabras, de las miradas; con unas coreografías repletas de marcas invisibles para el espectador y, sin embargo, esenciales para vertebrar este montaje.
Fran e Inma, Inma y Fran, se transforman en dos funambulistas que convierten el arte de la repeteción en algo fascinante de contemplar y digno de aplaudir.

«Constelaciones» es una historia que sabe a esa miel que tanto tiene que ver con sus personajes, pero que además nos aguijonea con el dolor del destino. No se la pierdan.
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Ariana Martínez CNTC Constelaciones Don Juan Tenorio En Un Entreacto Radio Fran Calvo GetafeVoz Inma Cuevas Teatro Lara Teatro Pavón

En Un Entreacto Radio – Programa 30

Desde En Un Entreacto Radio seguimos fieles a nuestras quincenas teatrales.
Como siempre hacemos, en nuestro programa número 30, nos lanzamos a por estos 70 minutos en los que nos colamos entre los recovecos de las artes escénicas, acercándoos toda la actualidad teatral desde nuestro rincón de GetafeVOZ.
Esta quincema volvimos a haceros nuestras sugerencias particulares desde la cartelera. Trayendo los montajes que a nosotros nos parece que no hay que perderse. Ya sabéis que son muchos más, lo nuestro solo es una pincelada entre la inmesa oferta que os espera.
Los primeros invitados de este programa fueron Inma Cuevas y Fran Calvo que vinieron a charlar con nosotros sobre «Constelaciones», montaje con el que regresan a Madrid, concretamente al Teatro Lara. Pudimos descubrir de su mano los Universos Paralelos y sus múltiples opciones, pero no solo eso, además disfrutamos de su cercanía y nos divertimos coversando de, entre otras cosas, Coplas en inglés y alguna primicia que nos regalaron, pero para saber de qué hablamos deberéis escuchar el programa…
Y acabamos el último programa del mes de Enero con la visita de Ariana Martínez, actriz que interpreta a Inés de Ulloa en el «Don Juan Tenorio» que ha montado Blanca Portillo con la CNTC y que actualmente podemos ver en el Teatro Pavón, y que en breve reanudará su gira por toda España. 
Ariana ha sido una de las primeras invitadas que nos ha abierto las puertas a un montaje de gran formato, hablándonos de cómo se trabaja en ellos y además con semejante directora. Una charla que dio para emocionarnos, reirnos y descubrir una actriz a la que hay que seguir muy de cerca.
Un programa que nos dejó una maravillosa energía positiva como colofón a una deseada y disfrutada charla entre amigos entreacteros.
¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio!
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Bruno Ciordia Fran Calvo Jano Sanvicente La Pensión de las Pulgas LaCanoa Teatro Stephen Belbel TAPE Teatro Yolanda Vega

TAPE

Título:
TAPE

Autor:
Stephen Belber

Lugar:
La Pensión de las Pulgas

Elenco:
Jano Sanvicente (Vincent)
Fran Calvo (Jon)
Yolanda Vega (Amy)

Vestuario:
Moon Vives

Espacio Escénico:
Oscar Merino

Traducción:
Yolanda Vega

Dirección:
Bruno Ciordia

El pasado viernes, mientras las calles del centro de Madrid se encontraban colapsadas de señoras y señores que acudían a las procesiones de Semana Santa, un pequeño grupo de almas teatreras fuimos convocadas en La Pensión de las Pulgas para el estreno de “TAPE” función de Stephen Belbel y llevada a escena por LaCanoa Teatro.
Sabía de la existencia de la película y estuve tentado de verla antes de asistir a la función, pero pensándomelo mejor, preferí tener mi primer contacto con el montaje que ha dirigido Bruno Ciordia. Otorgándole a Vincent, Jon y Amy, los personajes de la función, los rostros de Jano Sanvicente, Fran Calvo y Yolanda Vega. Y por supuesto para llegar completamente «virgen» a verla, que eso me pasa en muy pocas ocasiones y es una sensación que me encanta disfrutar siempre que puedo.

La función transcurre en la habitación de un motel, en la que se hospeda Vincent, de una ciudad en la que se celebra un festival de cine; él es un «don nadie» amigo de la juventud de Jon, que actualmente es director de cine y que se encuentra en esa misma ciudad para presentar su película.  Vincent le cita en la habitación con la intención de resolver un asunto que quedó pendiente diez años atrás; asunto este en el que también se encuentra involucrada Amy, antigua amiga de ambos, que casualmente vive en esa misma ciudad. Dando como fruto un reencuentro de viejos amigos que destapará un suceso al que, aparentemente, durante estos años no le han prestado mayor atención y que, sin embargo, les mantiene a los tres anclados en el pasado.
Bajo esta premisa uno ya se frota las manos deseoso por ver qué es eso que remueve los fangos del pasado de estos tres personajes.

Lo que uno no espera es que la función arranque con el ritmo con la que arranca… No sé qué es lo que hicieron cuando se representó en la Kubik Fabrik, ni que harán cuando se represente, en un futuro próximo, en el Teatro Lara, con este inicio de función; lo que sí sé es que es suficiente para después correr a ocupar asiento en la siguiente sala, donde se encuentra la habitación y ver qué pasó «después de»
Este montaje sabe utilizar con una sabia mesura los espacios que brinda la Pensión y el desconcierto de los asistentes para sumergirnos como parte activa del prólogo que abre la función y pasar posteriormente a ocupar nuestro rol de anónimo voyeur que siempre nos ofrece este espacio.

Un montaje fantásticamente dirigido por Bruno Ciordia, que nos lanza un texto picado, de acciones sin pausa y gran ritmo; que no deja ocasión para recolocar las ideas, tal como le sucede a Jon en el encuentro con Vincent, haciéndonos entrar en su mismo juego, descubriendo los giros al mismo tiempo que los propios personajes. Atractivo que nos mantiene en vilo durante toda la función y que nos absorbe en una espiral de situaciones que van tomando intensidad y velocidad, hasta que nos encontremos con un frenazo en seco.
Un cúmulo de asuntos no resueltos que nos hacen descubrir unos seres con algo clavado en su interior, como un siniestro síndrome de Peter Pan que no les permite avanzar con libertad. Viejos pliegues que han intentado ocultar, pero que, como la basura que uno barre bajo la alfombra, siempre acaba por aparecer.

Jano Sanvicente nos ofrece un perdedor de una hiperactividad extrema, que en ocasiones nos produce repulsión y que en otras nos lleva a empatizar con su torpeza. Imprimiéndole un extraño carisma que, a veces asusta y otras enternece. Difícil asunto el de mantener tan arriba el ritmo de este personaje que Jano resuelve con soltura.
Fran Calvo ofrece una seguridad a su personaje que poco a poco va dejando ver, y casi oír, cómo se resquebraja. Es un placer la forma en la que hace fluir el texto; con la intención precisa y el giro apropiado para que ni una sola de las líneas de diálogo quede vacía. Lo mismo le pasa a Yolanda Vega que, además tiene la cualidad de hacer que el espectador pueda apreciar la limpieza y la claridad de su interpretación. Con esto no digo que los dos actores masculinos no la tengan, pero en ellos el juego es el contrario, es la turbiedad, la suciedad que va en aumento según se van restando capas.

Una función recomendable, con un texto inteligente, en ocasiones divertido, en otras tenso, que desde el comienzo juega con el espectador a mantenerle en vilo para acabar explotándonos en la cara.

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Antonio Velasco Fran Calvo La Casa de la Portera Mon Hermosa Personales Secundario Teatro Teatro de Poniente

Secundario

Título:

Secundario

Autor:
Mon Hermosa

Lugar:
La Casa de la Portera

Elenco:
Antonio Velasco

Producción:
Teatro de Poniente

Director:
Fran Calvo

Después de ver «Secundario» y ponerme a escribir sobre la función, no sé si hacer una crónica o escribir una declaración de amor a Ginés, el protagonista de esta pieza maravillosa que interpreta Antonio Velasco.
Salí tan encandilado por todo lo que cuenta, pero sobretodo por como lo cuenta, que ahora mismo lo que me invade son las ganas de hacer el atillo y largarme con él y revivir aquella raza maravillosa de actores que fueron los Cómicos de la Legua.
Venga, por qué quedarme con las ganas, ¿no?

Querido Ginés, 
Tú seguramente no me conoces, pero soy José, y el pasado domingo me tocó en suerte el papel de «Espectador Nº 4» en La Casa de la Portera, digo este número porque cuando recogí la entrada para verte antes de mi había otras tres personas, así que me tocó en suerte ese papel. La verdad es que en esta ocasión el papel me ha venido estupendamente bien, no he tenido que fingir ni forzar, simplemente me he dejado llevar y, bueno, ahí está el resultado. 
Confieso que hay otras veces que me dan ganas de salir corriendo y renunciar al papel de espectador, pero esta vez… la verdad es que me hubiera gustado alargarlo mas, pero los papeles tienen su duración y punto, ¿no?
Supongo que a mi me pasa como te suele pasar a ti, que a veces pasamos desapercibidos ante el deslumbramiento que provocan los protagonistas, pero te juro que estaba ahí, haciendo el papel designado e intentando hacerlo de la mejor de las maneras. Lo que sí te puedo asegurar es que el final, antes de mi mutis, lo hice perfecto; aplaudí con todo el sentimiento, desde dentro, como si se me abriera el pecho… No sé si llegaste a notarlo, pero yo me marché muy satisfecho.
¿Sabes? No me quejo de mi suerte, de que me haya tocado el «Espectador Nº4» porque de esa manera he podido disfrutar mas de lo que nos contabas. Incluso en algún momento me dejé llevar y se me olvidó que aquello era una función y la emoción se me salía por los ojos, pero bueno, de esa manera también se puede disfrutar, ¿no?
Ginés, estar ahí sentado, atento a todo lo que nos contabas provocó dentro de mi una avalancha de sentimietos y recuerdos, me hizo reafirmar que el alma de cómico no se apaga por mucho que se le eche tierra por encima. 
Me acordé de la primera vez que me decidí a dejarlo todo por «artistear»… Te vas a reir, pero la primera vez fue cuando le dije a mi madre que me marchaba de casa con cuatro o cinco años; el circo había llegado a mi ciudad, y decidí que ahí estaba mi lugar y le dije que me marchaba con ¡el circo de Ángel Cristo!. Supongo que nadie se lo va a creer, pero ese recuerdo permanece muy nítido en mi cabeza. Recuerdo que lo tenía todo pensado, tan solo tenía que recoger cuatro cosas en casa de mis padres y acercarme a la carpa, enrolarme con ellos, y comenzar a recorrer otras ciudades. Yo quería salir ahí, delante de todos y hacer mi número ¿Qué número? Pues no lo sé, pero alguno me darían y yo estaría encantado… Y, ya ves, lo que son las cosas, ahora mi número es el 4, el de Espectador Nº4. Un buen número que me ha traído hasta aquí para que me recordaras ese momento tan bonito y que ha marcado el resto de mi vida. Y es que desde entonces no he dejado de sentir dentro de mi ese «bulle bulle» de tirarme a la carretera y vivir como un Cómico de la Legua, no quiero el papel de galán, con ser un Secundario es mas que suficiente, además que no encorseta ni limita tanto, y lo llevaría con todo el orgullo, como lo haces tú. Un sueño que aún de adulto acaricio como algo maravilloso de vivir y que escuchándote a ti me ha hecho comprobar que no soy el único «tarado» que piensa estas cosas… Qué maravillosa locura, ¿verdad?
Confieso que me emocionó mucho escucharte hablar de ti, de tu familia de artistas, de los momentos vividos. 
Me asombré de la cultura tan grande que hay dentro de un alma teatrera, esos conocimientos adquiridos a base de vida… y si no es así… ¡pues uno se la inventa! que el espectador está ahí y se lo cree porque para él no existen los textos escritos, existen las palabras dichas por el actor y ¿quién puede decirnos que lo que dices no es así?

Te juro que salí de la función pensando en ese niño decidido a hacer el atillo, porque salí con el mismo sentimiento de hace treinteypico años, el de tirarme a la carretera para vivir de lo que el corazón pide, con todo lo que eso conlleva.

Qué belleza saber cómo es el sentir de un secundario, pero dicho de la manera que tú lo cuentas, con esa sencillez, esa felicidad mezclada en los sinsabores, o esos momentos agridulces llenos de una sonrisa de comprensión… esa forma de vivirlo. 
Aprovechar la intensidad que otorga el anonimato de la escena, poder convertirte en una esponja humana y gozar de tu momento de foco, o aprender a ganártelo y pelearlo, y después seguir gozando del trabajo de los compañeros. Memorizar personajes, crearlos a tu manera, pulirlos a tu antojo y sacarlos cuando a uno le viene en gana.
Pero sobretodo vivir la vida con las ganas y el sentimiento tan bello con el que tú vives la tuya. Un ejemplo de que no hay papeles pequeños si no actores que no saben aprovecharlos.

A mi también me gustaría que, cuando me toque bajar el telón de mi función, allá donde caigan mis cenizas, salga una flor hermosa y fuerte de raices porque así lo siento desde mi alma de cómico, puesto en el otro lado del espejo, pero cómico al fin y al cabo.

En fin, Ginés, que no quiero molestarte mas. A ver si algún día nos tomamos un café juntos y seguimos la charla, mas de tú a tú, dejando a un lado los papeles que nos ha tocado. Pero de momento debes seguir adelante con tu función, que yo me he saltado el libreto y me he venido arriba. Tan solo decirte que he sentido la belleza de tu trabajo y ha calado por aquí dentro, muy hondo, y pensaba que quizá quisieras saber de ello.

Un fuerte abrazo,

Jose.
Bueno, cuando uno necesita hacer algo, debe hacerlo… Os pido disculpas si esto no es lo que esperabais, pero es la libertad que me otorga el blog y me he aprovechado de ello.
Tan solo felicitar la labor de Antonio Velasco por generar tal cúmulo de sentimientos, a Fran Calvo por dirigir con tanta sensibilidad y cariño este texto de Mon Hermosa que es una absoluta delicia y espero que, aunque la temporada finalice ya mismo en La Casa de la Portera, a Ginés aún le queden funciones que seguir representando en nombre de José Sacristan y sus indisposiciones.
¡Qué bonito trabajo y que sentimientos tan hermosos despierta!
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