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Daniel Acebes El Secreto de las Mujeres En Un Entreacto Radio GetafeVoz Pablo Cabrera Rocío Muñoz-Cobo

En Un Entreacto Radio – Programa 33

Estaba vez En Un Entreacto Radio quiso dedicar la temática de su programa al lado más femenino del teatro.
El pasado día 8 de Marzo, como ya es habitual, se celebró el Día Internacional de la Mujer, y nosotros, a nuestra particular manera particular, quisimos hacer un programa totalmente dedicado a ellas.

Por un lado tuvimos el enorme placer de contar con Rocío Muñoz-Cobo, que vino a hablarnos de «Alma», montaje inspirado en «Persona» de Bergman, que Arturo Turón ha puesto en escena, adentrándonos en su interior de la mano de Rocío, con la que además tuvimos el enorme placer de conversar sobre su carrera e incluso vivir un momento muy emotivo, pero para averiguarlo, debes escuchar el programa.

Y por otro lado contamos con la presencia de dos grandes amigos del programa Daniel Acebes, que lucha mano a mano con David Tortosa por ser el invitado que más veces a venido a nuestro estudio de GetafeVOZ, y Pablo Cabrera que charlaron con nosotros sobre «El Secreto de las Mujeres», comedia musical que analiza entre carcajadas la guerra entre sexos. Una despedida de programa como nos gusta, sintiéndonos en compañía de la familia Entreactera.

Además dimos nuestro habitual repaso a la cartelera madrileña y nuestro personal punto de vista sobre la actualidad cultural.

¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio!

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Carles Cuevas Carmen Pardo Daniel Acebes Diagoras Producciones El Secreto de las Mujeres Emilio Verdejo Fredeswinda Gijón Marta Arteta Nayra Petrini Pablo Cabrera Teatro del Arte Yann Charpentier

El Secreto de las Mujeres

Título:

El Secreto de las Mujeres

Lugar:
Teatro del Arte

Versión:
Daniel Acebes

Múscia y Letras:
Yann Charpentier
Emilio Verdejo

Elenco:
Daniel Acebes
Fredeswinda Gijón
Marta Arteta
Carles Cuevas
Pablo Cabrera
Nayra Petrini

Vestuario:
Daniel Maya

Coreógrafa:
Nayra Petrini

Escenografía:                                                       Producción:
Diágoras Producciones                                       Diágoras Proyectos Artísticos, S.L.

Dirección Musical:                                                Dirección:
Emilio Verdejo                                                   Carmen Pardo
                                                                          Daniel Acebes


En una época en la que estamos apunto de vivir en la capital una avalancha de musicales «Jukebox» y «requetereposiciones» imagino que generado por la crisis y el maldito 21% matataquillas y cierrateatros, nadie se atreve a embarcarse en la aventura de renovar los títulos que podemos ver; así que cuando uno sabe que se va a estrenar una comedia musical de cosecha propia, no puede por menos que sentirse atraído y tener la tentación de acercarse a verla. Un poco de savia nueva es muy de agradecer.
«El Secreto de las Mujeres» es una comedia musical, que no un musical, codirigido por Carmen Pardo y Daniel Acebes, que llega al Teatro del Arte con la sana intención de hacernos pasar un rato muy divertido. Una comedia ligera, llena de color, con un texto que juega con el surrealismo, la esquizofrenia y la realidad distorsionada, al borde de la misoginia, de un personaje profundamente trastocado por haber vivido el exceso de un entorno femenino.
La función viene de la mano de la valiente y ecléctica Diagoras Producciones, de quien ya hemos podido disfrutar otros montajes y siempre con un resultado mas que notable; y que esta vez se ha embarcado en la difícil tarea de crear un musical desde cero.

Una función absolutamente disparatada, donde las situaciones están sacadas de quicio, pobladas de personajes estereotipados y llevados mas allá del límite, a los que identificamos con claridad, hecho que provoca que soltemos mas de una carcajada.
Al comienzo es cierto que asusta oír el tipo de barbaridades que sueltan por la boca los personajes, pero enseguida uno comprende y entra en el juego de la exageración y la caricatura que nos propone el texto, haciendo que te olvides de todos los prejuicios, dejándote llevar por ese universo tan particular al que nos invitan a viajar.
Una obra llena de colorido y de muy buena energía, donde además de contar con un divertido texto, también cuentan con canciones creadas por Yann Charpentier y Emilio Verdejo, quien también se encarga de la dirección musical.
Canciones que sirven como pinceladas para las escenas, que son absolutamente pegadizas (Han pasado dos días desde que vi la función y aún saltan solas en mi cabeza), pero que en algunos momentos resultan prescindibles, pues no aportan demasiado, incluso frenan el ritmo de la historia. Otras, sin embargo, dan dimensión acertadamente a los personajes y a sus «taras» psicológicas, pero sin duda, frente al texto, es la parte donde se nota que el montaje aún cojea.
Antes de entrar en este tema, advierto que la función la vi el día del estreno y la valoración es un tanto subjetiva pues los nervios no son los mejores compañeros. Aún hay que hacer reajustes que, estoy convencido, harán que todo vaya a mejor con el transcurrir de las funciones, pero en la función del estreno faltó contundencia en el sonido. En un musical o en una comedia musical, las canciones deben dar brillo y aquí, el sonido de la sala era excesivamente opaco, haciendo que cayera el nivel conseguido, desluciendo la labor de los actores que incluso se les notaba tímidos a la hora de entrar en los coros y de ejecutar las coreografías creadas por Nayra Petrini, supongo que por la imposibilidad de escuchar con claridad. Aunque no todo es culpa del volumen de la música, falta en general potencia vocal y eso si que debe tener una solución urgente porque, al cantar sin micrófonos, cuando los problemas de sonido se hayan solventado, puede ser todo un impedimento para la buena marcha del espectáculo.

Salvando este tema, los seis actores hacen un muy buen trabajo. Es una gozada ver como se dejan la piel en escena, como consiguen que la función tenga un ritmo endiablado y los 90 minutos de espectáculo vuelen. Crean unos personajes con tanta personalidad, a pesar de ser absolutamente caricaturestos, que uno no sabe con cual quedarse.
Daniel Acebes hace un auténtico tour de force, a penas si sale de escena, canta, baila, salta y se desquicia a escasos centímetros del público y sin dar un solo síntoma de desfallecimiento, todo lo contrario, parece como si se retroalimentara de ese esfuerzo que conlleva llevar el peso de la función sobre sus espaldas. Dibuja un personaje lleno de tics que perduran y aumentan durante la función y logra que hagamos con sumo placer el viaje a través de la mente de su personaje.
Fredeswinda Gijón nos ofrece un ramillete de personajes adorablemente sobreactuados que me dejaron boquiabierto y que van a hacer las delicias de todos los que asistan a ver la función, tan llenos de vida, de detalles, tan disfrutables… que estás deseando que vuelva a aparecer en escena.
Pablo Cabrera siempre ha demostrado la solvencia como actor que tiene, da lo mismo lo que le echen. Lo resuelve todo con tanto gusto y demostrando un peso escénico tan grande, que es imposible no disfrutar viéndole trabajar. Y en esta función vuelve a suceder, y además hay que añadir que es todo un descubrimiento escucharle cantar.
Nayra Petrini, que además de ser la responsable de las coreografías del montaje, nos ofrece una especie de «Campanilla» gamberra y juguetona que se pasa la función revoloteando por la escena, haciendo algo muy bonito que es el subrayar el trabajo de sus compañeros sin robar foco y haciendo una composición muy entrañable de un personaje que es una delicia mirar.
Carles Cuevas es otro intérprete que como Fredeswinda, nos trae uno de esos personajes con los que te quedes al final de la función, que te conquista nada mas aparecer en escena y te apetece seguir viéndole; él opta por jugar con la contención exagerada de su personaje, que lucha por no dejar salir toda la potencia, si no que la dosifica sabiamente para que lo disfrutemos de principio a fin.
Marta Arteta es de esas actrices que uno no sabe muy bien porqué, pero según pisa el escenario presiente que nos va a dar algo mas de lo que en principio aparenta, y así es, tiene una gran energía que maneja con gracia y que nos lleva desde el comedimiento a la exageración sin demostrar esfuerzo alguno. Juega con ganas sobre el escenario y el resultado como contrapunto a la locura del personaje de Daniel es perfecto.

En general los seis logran que disfrutemos en escena. Realizan un trabajo enorme y muy divertido y que con el pasar de las funciones creo que van a lograr que este montaje brille en todos sus aspectos.
Carmen Pardo y todo su equipo afrontan este reto con mucha valentía, explorando nuevos caminos por los que antes no habían transitado y eso es muy placentero de encontrar para los que amamos el teatro. No todos los profesionales apuestan por un riesgo como el de esta producción en los tiempos que corren y yo espero y deseo que esa apuesta haya sido por un caballo ganador.
No dejéis de pasaros este verano por el Teatro del Arte y ver «El Secreto de las Mujeres» porque os prometo que os lo vais a pasar en grande, os vais a olvidar de las preocupaciones y saldréis con muy buen sabor de boca.
Y a todos los que visitéis Madrid este verano. No solo en la Gran Vía se hace teatro, investigad y descubrid estos pequeños bombones que nos tienen preparados en el resto de salas porque merece la pena descubrirlos y disfrutarlos.

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Garaje Lumiere Gonzalo Grillo Ignacio Mateos Jota Linares Maggie Civantos María Hervás Mejor Dirección Novel Pablo Cabrera Paco Anaya Teatro

Mejor Dirección Novel

Título:

Mejor Dirección Novel

Lugar:
Garaje Lumiere

Autor:
Jota Linares
Paco Anaya

Reparto:
Pablo Cabrera (Iván)
Maggie Civantos (Leo)
Gonzalo Grillo (Esteban)
María Hervás (Eme)
Ignacio Mateos (Adrián)

Escenografía e Iluminación:
Chon López

Ayudante de Dirección:
Lydia Ruíz

Dirección:
Jota Linares

Mucho estaba tardando yo en acercarme por Garaje Lumiere a curiosear qué es lo nuevo que Jota Linares nos tenía preparado. Después del agridulce pero maravilloso sabor de boca que nos dejó a medio Madrid con «¿A Quién Te Llevarías A Una Isla Desierta?» y la placentera orgía de risas llenas de vísceras que nos regaló con su último corto «Ratas», no podía por menos que acudir a esta nueva cita.
Jota Linares junto a su inseparable amigo Paco Anaya han ideado un libreto que mezcla el cine, los amigos en la treintena y los secretos a voces. Un cocktail que se ha convertido en marca la casa.
En esta ocasión la función nos sitúa, literalmente, en la fiesta de la premiere de «Cuatro Septiembre al Año», la primera y exitosa película de Eme Betancourt, jovencísima directora que da con la clave para lograr que con su primera incursión en el cine, sea nominada nada menos que a 7 Goyas. Todo es perfecto hasta que sus cuatros «mejores» amigos se juntan y, entre copa de champán y copa de champán, descubren que tienen mucho mas que ver con la película de lo que ellos pensaban… y hubieran deseado.
Con este libreto Jota Linares y Paco Anaya demuestran la buena mano que tienen para dibujar personajes heridos, en constante conflicto interior y con ganas (y mucho miedo) a una segunda oportunidad. Personajes que a pesar de haber llegado a la treintena se sienten perdidos como adolescentes, insatisfechos en su posición y desconcertados ante la posibilidad de dar un paso equivocado. Me atrevería a decir que es casi un retrato generacional, pero sacándole de encima todo lo grandilocuente que pueda llevar ese término, tan solo es la invitación a echar un vistazo para que cada uno saque sus propias conclusiones.
Con unos diálogos certeros, que no dan puntada sin hilo; donde lo que aparentemente parece una nimiedad, algo ligero, e incluso con cierto tufillo a topicazo, acaba por abofetearnos y descubrirnos que viaja mucho mas adentro nuestro de lo que nos estamos creyendo. 
Una comedia con un poso amargo que deja que nos relajemos, comencemos a divertirnos y cuando ya nos tiene desprevenidos ¡Zas! Nos sacude haciéndonos ver que, lo que a nosotros nos está provocando la risa, es justamente lo que desgarra el alma de estos cinco personajes.
El conjunto es brillante, pero si agarramos el bisturí, diseccionamos ese «todo» y vamos viendo sus partes de manera individual, descubrimos unas escenas con un aroma absolutamente especial, donde los diálogos mas inverosímiles, a veces sucios, petardos, íntimos, otras inocentes o demoledores, pueden llevarnos a descubrir asombrosos matices escondidos en los personajes, asombrosos y posiblemente hasta un poco perturbadores, y es que estos diálogos están dichos en muchos momentos a la cara del espectador, arrojándonoslos a bocajarro, como si se nos exigieran una respuesta  (Habría que preguntarle a los actores lo que ven en nuestras caras en esos momentos porque debemos ser auténticos «poemas») Esta función tiene un grado de intimidad tan vívida que da hasta pudor.
El ritmo y la estructura cinematográfica es claramente un sello de su director, que apuesta por ilustrar la historia a golpe de secuencia, incluso la iluminación y la distribución de la escenografía hace del escenario un pequeño set de rodaje. Tan solo echo en falta algo de música que subraye ciertos momentos de la función, pero esto es apreciación mía, supongo que el que no esté es una razonada y justificada elección del director.
Me encanta el teatro de Jota porque hace reencontrarme con actores con los que disfruto mucho viéndolos trabajar. 
Actores como Pablo Cabrera que se lanza de cabeza a sus personajes y los llena de tanta que vida y tanta cercanía que, aún conociéndole en persona, consigue desconcertarme por la verdad que les entrega. Cada trabajo suyo es una demostración mas de lo grande que es, el dominio que tiene sobre la escena y lo lejos que puede llegar.
Maggie Civantos tiene una luz en su interpretación que enamora, hace del gesto mas pequeño un dibujo completo de la personalidad de su personaje. Una actriz que me fascina por su valentía y su forma de jugar en escena, que arriesga y que uno no puede dejar de mirar. Me gusta mucho su forma de trabajar y dar sentido a los diálogos.
María Hervás es la energía escénica personificada. No sé si ella llegará a leer esto o no, ni si le gustará, pero es mi Uma Thurman particular, tiene un magnetismo que le hace capaz de interpretar del mas barriobajero al mas glamuroso de los personajes. Regala a su «Eme» los aires de gran Diva en ciernes tan apropiados para conseguir dibujar esa soledad y confusión que necesita su personaje. 
Y los recién llegados al equipo, Gonzalo Grillo e Ignacio Mateos, dos descubrimientos mas que me quedo con todo el gusto del mundo. La energía que Gonzalo entrega en escena es muy potente e Ignacio   dice tantas cosas a través de sus ojos y desprende tanta sensibilidad que desarma.
Un elenco que funciona muy bien en el conjunto y que con su diversidad enriquecen la función. Tan solo un «pero» para alguno de ellos y es el cuidar la proyección de la voz, en los momentos mas íntimos se hace difícil escuchar con nitidez el texto y es una pena perderse ni una sola de las líneas.
Una función muy divertida, aparentemente ligera, pero con mucha «chicha» a la que hincar el diente. Con diálogos y situaciones deliciosas en su contundencia, que Paco Anaya y Jota Linares ponen en escena cuando otros muchos las cortarían ¡y a mi eso me encanta! y estoy convencido que a su reparto les pasa lo mismo porque eso se percibe desde las gradas del «Lumiere».
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Garaje Lumiere Isla desierta Jota Linares Juan Caballero Maggie Civantos María Hervás Pablo Cabrera Paco Anaya Teatro

Entrevista a Jota Linares y Pablo Cabrera – ¿A quién te llevarías a una isla desierta? 2ª Temporada.

Antes del verano tuve la suerte de encontrarme con un montaje que me caló muy hondo. El texto era un claro ejemplo de la desesperanza, de la amistad, del despertar a una madurez desconocida… Y es que me pasó algo que no siempre me ocurre, esta obra me dolió por dentro, hubo algo que se me desgarró e hizo que se me abrieran recuerdos que aunque escuecen, me provocan, a estas alturas del partido, sonrisas.
Con estas sensaciones tan despiertas, no podía quedarme en mi butaca quieto, quería conocer mas de cerca a las personas que me había hecho sentir de esa manera aquella noche de verano… y con el pretexto de su vuelta a Garaje Lumiere una nueva temporada, les propuse conocernos y charlar, que me contaran qué hay en el interior de esa Isla.

Jota Linares, director y co-autor, y Pablo Cabrera, nueva incorporación a este proyecto, se prestaron a pasar un rato con En Un Entreacto y responder a cuanto quisiera preguntarles. Desde ya les doy las gracias por ser tan generosos conmigo y contarme cosas tan interesantes. Sé que el resto del equipo también estuvo dispuesto a regalarnos un ratito, pero la salud y el trabajo no lo permitieron… A Juan Caballero, María Hervás y Maggie Civantos también les doy las gracias por hacer un trabajo tan bonito.
Nos encontramos en una terraza de Avenida de América, aprovechando los últimos resquicios de buen tiempo de la capital y entre risas, hablando de la próxima función, entré a saco con mi curiosidad.

  EN UN ENTREACTO.- Es curioso porque normalmente las obras de teatro son las que generan adaptaciones cinematográficas, sin embargo tú has hecho el camino a la inversa ¿Cómo surgió la idea de llevar a teatro el corto del mismo título?

 JOTA.- Fue en el 2006, era un guión de cine que estuvo apunto de hacerse, pero que se cayó en el último momento; incluso teníamos cerrado el reparto de la peli… se quedó en tierra de nadie. Aunque del casting surgieron buenos amigos con los que he trabajado mas tarde, como son Marta Hazas y Sergio Mur que iban a ser los Marcos y Marta originales. Paco y yo, Paco Anaya  es el coguinista, le cogimos mucho cariño a los personajes, a las situaciones y nos daba mucha pena pensar que nunca se iba a hacer. Después trabajamos en otros cortos y los dos maduramos, siempre decimos que es una historia que ahora mismo no haríamos… Paco ha ido por otros derroteros, mas hacia la comedia y yo me estoy politizando un poco mas, no cine social, es mas un cine crítico, pero siempre nos ha dado mucha pena dejar «La Isla» ahí, además que todo el mundo nos decía que era un texto muy bonito, que porqué no lo hacíamos y fue entonces cuando decidimos hacerlo obra de teatro; vimos que tenía posibilidades. Era fácil de adaptar porque todo ocurría en una única localización. Una noche nos propusieron hacerlo para la sala grande de Microteatro y lo adaptamos rápidamente, pero por finalmente no se pudo hacer porque quitaron la sala grande. Y como el reparto ya estaba hecho, una de las actrices, Maggie Civantos, me dijo que era una pena que no se hiciera, que probáramos en Garaje Lumiere. Lo presentamos y enseguida nos llamaron porque les había gustado mucho el libreto y nos programaron para dos meses, Mayo y Junio y fue el propio teatro el que decidió que prorrogáramos…

Fotografía de José Sanz

 EN UN ENTREACTO.- Ha funcionado fenomenal, ¿no?

JOTA.- Ha funcionado muy bien, tanto a nivel de espectadores como de crítica. No nos esperábamos esto… Y como funcionó tan bien, era triste dejarlo, aunque se fuera David (En la primera temporada el papel de Eze que ahora representa Pablo Cabrera, era interpretado por David Tortosa), aunque tuviéramos que buscar a otro prota, pero nos apetecía mucho. Hubo un momento que se plantearon muchas cosas sobre la mesa; la obra la había visto mucha gente y no sabíamos si iba a venir mas gente, si bajaría el número de espectadores… Lo del 21% de IVA nos preocupaba mucho… hay un momento que te planteas dos posibilidades, o que la gente no venga porque es caro y no ganemos nada o que la gente venga, pero que sea tan abusivo lo que tengamos que dar que sigamos sin ganar nada… pero al final nos decidimos porque era una cosa que nos apetecía, nos apetecía mucho a todos seguir y apareció Pablo…

EN UN ENTREACTO.- ¿Cómo apareció Pablo?

Fotografía de José Sanz

JOTA.- De la manera mas vieja, por casting.

PABLO.- Yo no pude ver “La Isla” en su momento, estaba con otro proyecto; y hablando con Juan (Caballero), le dije “Juan, no os he visto, ¿váis a volver?” y me dijo que sí y le pedí que me avisara porque tenía muchas ganas, había visto mucho trabajo de Jota, “3,2” me había gustado mucho…  Juan siempre me ha parecido un actor maravilloso, y tenía mucha ganas de verla… y mira, cosas de la vida, que estoy viéndola desde dentro. Cuando Jota publicó que estaba buscando un actor para sustituir a David, pensé “adelante” y allí me presenté, sin saber muy bien de qué iba la obra, pero con el equipo me bastaba. Así que me contestó, me hizo una prueba y aquí estoy… ¡Viendo la isla desde dentro y viviéndola!

JOTA.– Fue una cosa rara porque no era lo que buscaba… bueno, era, pero no era… Siempre lo hemos hablado Lydia y yo, Lydia es mi ayudante, lo que buscábamos era la ternura del personaje y viendo el “videobook” de Pablo vimos que nos la daba, dijimos “Sí, nos la inspira, pero es muy alto, no es rubio…» o castaño, que es algo que buscábamos para el personaje… es una tontería, pero habíamos pensado que tuviera los ojos verdes… pero hubo un momento que nos decidimos a probarlo… Lo que mas miedo nos daba era la altura porque en cine podemos falsearlo y en teatro no… Pero hizo la mejor prueba con diferencia y lo elegí. La prueba se la hizo yo solo, Lydia no estaba, pero en cuanto salí de la prueba la llamé y se lo dije…
 PABLO.– ¡Esa información yo no la tenía! Jajajaja
JOTA.–  Ha estado muy bien porque son de esas cosas que uno aprende, nosotros queríamos la esencia de Eze, un Eze que teníamos muy en la cabeza, y nos apareció uno que tiene la esencia, pero que a la vez lo ha cambiado bastante
Fotografía de José Sanz

EN UN ENTREACTO. A mi tu elección me llamó mucho la atención porque viendo a David Tortosa y a Pablo Cabrera en otros trabajos, no se me asemejaban en nada para interpretar un mismo personaje.

PABLO.– Yo no había visto la función, ni un DVD. No tenía una referencia de cual era el trabajo de David, tenía mi visión del personaje y es lo que les he ido enseñando y lo que les ha ido gustando y eso es lo maravilloso que tiene, porque otras veces te dan tu texto, un DVD y te dicen “tal día lo traes aprendido y hacemos un pase” y aquí no, aquí todos se han comprometido mucho, me han ayudado a incorporarme y de momento parece que está funcionando y es por eso que ha sido una sustitución/incorporación muy fácil para mi, a pesar de tener el listón tan alto como estaba.

EN UN ENTREACTO. Me da la sensación que esta incorporación, para el resto ha tenido que ser un poco retomar los ensayos desde el comienzo, ¿no?

JOTA.– Sí, lo que pasa que tanto María, como Maggie, como Juan, habían reposado los personajes estos dos meses y de repente han comenzado a dar cosas que antes no estaban dando. Los han hecho mas suyos y de esa manera ha sido partir un poco de cero para todos.

Fotografía de José Sanz

PABLO.– Pero como ellos tienen los personajes tan construidos y las escenas tan interiorizadas, en los ensayos solo tenían que darme un par de directrices y luego era seguir a María, a Maggie y a Juan. Y como ellos lo tenían todo tan claro, la escena subía sola. Teniendo un poco clara la escena, lo que pasaba, mirándoles a los ojos  a ellos y siguiéndoles, las escenas salían. Con ellos ha sido muy fácil.

EN UN ENTREACTO.-¿Ha habido alguna incorporación mas al montaje?
JOTA.– Hay cosillas, pero son cosas pequeñas, como la recuperación de la canción “Insurrección” de Manolo García que canta con Miguel Ríos. En el guión original tenía mucha importancia y hemos querido recuperarla, aquí no tiene el mismo peso, pero es un guiño a los compañeros del corto y a la gente que estuvo implicada al comienzo. Después hay pequeños detalles, que estaban ahí, pero que ahora han adquirido otra importancia u otras que han surgido que antes no nos habíamos planteado al hacer preguntas Pablo sobre su personaje  y que han hecho variar en algo al resto de personajes.
PABLO.- Pequeños matices.
Fotografía de José Sanz

JOTA.– Sí, pequeños matices. Yo creo que hay mas diferencia entre la primera función y la última de la primera temporada, que de la última a la primera de esta segunda.

PABLO.– Claro, eso algo lógico. Una obra es algo vivo, algo que evoluciona. Tanto Jota, como director, va descubriendo cosas y los que estamos dentro también vamos descubriendo cosas que durante los ensayos las has pasado por alto y que cuando ya estás mas seguro las vives mas. Te relajas y vas descubriendo cosas que antes no habías visto. Y eso es lo que lo hace tan bonito.
EN UN ENTREACTO.– ¿Qué diferencias ves tú, Jota, entre dirigir cine y teatro?
JOTA.- En este caso no mucha, pero porque esa era la novedad que nosotros queríamos incorporar a “La Isla” y era que fuera una película. Era el efecto que queríamos lograr con el público, trabajar con las luces y el espacio escénico. 
Por parte de Lydia y mía, la mayor diferencia era sobretodo la sensación de perder el control durante la obra, el no poder parar, bajar, cortar si algo está saliendo mal o querer matarlos si están haciendo lo que les sale de las narices, a pesar de haberles dicho que no… jajaja 
Para el tema de dirección lo que hice fue leer y quedar con gente de teatro que me indicara cuales eran los códigos teatrales, aunque como espectador ya los conocía. Pero hay momentos como el flashback que, aunque está hecho con luces y es todo teatral, está llevado de una manera muy cinematográfica…
EN UN ENTREACTO.- Yo que la he visto, puedo asegurar que entras totalmente en el código.
Fotografía de José Sanz

JOTA.– Sí, era básicamente hacer que el público tuviera la sensación de estar viendo una película. Quitando los cuatro monólogos que son mas teatrales, podría perfectamente hacerla en cine tal cual está… y es que su base es un guión de cine.

EN UN ENTREACTO. Pablo, tú que vienes de trabajar mucho teatro clásico, ¿cómo te sientes haciendo algo tan cercano y contemporáneo?
PABLO.- Yo siempre pienso que soy muy afortunado y que la vida me va llevando y tengo que dar gracias por muchas cosas… Creo que hace unos meses lo publiqué en Twitter, algo así como que me apetecía hacer un drama contemporáneo. En ese momento creo que estaba haciendo “El Perro del Hortelano”. Me encanta y es maravilloso hacer teatro clásico, pero ya he hecho “El Perro del Hortelano”, “La Hermosa Fea”, “Bodas de Sangre” que creo que es lo mas contemporáneo que he hecho… y de repente pienso que me apetece hacer algo así, como lo que estoy haciendo, y me vino caído del cielo. Para mi fue un”¡gracias!, me apatecía mucho un cambio de código«. 
También es cierto que me costó, el que de pronto me dijeran “Estás muy bien, pero estás muy teatral” y entonces mi cabeza hizo un cortocircuito y dijo “No entiendo nada… ¿Cuál es el problema? Estoy natural, pero estoy teatral… ¿cuál es el problema?” Fue un poco lo que me costó, creo…
Fotografía de José Sanz

JOTA.– Le rebajamos mucho, pero fue muy fácil. Le íbamos diciendo “Menos, menos, Pablo…” y cuando conseguíamos ese menos-menos, le decíamos “ahora nos lo creemos” y a partir de ahí trabajamos…

PABLO.– Mi personaje estaba muy claro, estaba muy bien escrito… No había problema de saber lo que a mi personaje le estaba pasando, todo venía hecho. Solo había que entrar en un código cinematográfico… yo he hecho muy poco cine, entonces era raro, yo pensaba “estoy en un escenario, ¿qué me estás hablando de cine…? No entiendo lo que me estás diciendo ¿cómo hago para lo que me estás pidiendo? Porque sé que tengo que proyectar la voz, se me tiene que oir, se me tiene que entender y tengo que dar algo que se me pueda ver desde la última butaca o grada, como es el caso” lo que mas me costó fue eso, pero después todo comenzó a fluir un poco mas y a disfrutarlo, y la verdad que da gusto, me apetecía mucho y para mi es un regalo el poder hacer esto. Ha sido un cambio que tenía tantas ganas que ahora lo que me queda es disfrutar de lo que nos queda.
EN UN ENTREACTO.-¡Claro! Ahora estáis programados hasta el 10 de Noviembre, todos los jueves, ¿no?
JOTA.- No, este es el último jueves y a partir de la semana que viene son todos los sábados. 
De momento hay que  ser cautos y ver como va reaccionando la gente, que somos conscientes de que la obra la ha visto mucha gente y además que la gente está dejando, por la situación actual, de asistir a estas cosas masivamente. Nuestra idea es continuar, pero hay que ir despacio porque no somos “El Rey León”…
PABLO.– Quizá esa es nuestra baza, que no somos “El Rey León”.  No todo el mundo puede pagar una entrada para verlo y de pronto nos ve y piensa, son 10€ que es un precio mas que razonable…¡Vamos!
Fotografía de José Sanz

EN UN ENTREACTO. Y contando con que habéis tenido tan buenas críticas, y la gente está acudiendo…

PABLO.– ¡Claro! Y cuando hay menos dinero, la gente se vuelve mas selectiva… y el boca a boca está funcionando muy bien… Definitivamente creo que es la baza que tenemos.
Y con esa determinación pasamos un rato charlando, con esperanzas de que el público reaccione y siga acudiendo a verles. Siempre con cautela, dejando que las cosas vayan por su cauce, siendo precavidos, pero sin perder el optimismo de saberse con un trabajo tan bonito entre manos.

Fotografía de José Sanz

Es cierto que la conversación duró mas y surgió el momento de preguntar a Jota y a Pablo por el tema de la subida de IVA. Dio para mucho y muy interesante, pero me vais a permitir que os haga una pequeña “jugarreta” y me lo reserve. Mis intenciones no son las de no publicarlo, si no todo lo contrario, quiero escribir algo especial con ello, con lo que ahora lo dejo guardado y en muy breve plazo de tiempo lo compartiré con todos.

Ahora solo quiero desearles el mayor de los éxitos y que el público siga saliendo tan emocionado de ver un trabajo tan bien hecho y con tanta honestidad.
De nuevo les doy las gracias por su tiempo y por querer compartir con “En Un Entreacto” un ratito de sus vidas para que todos podamos disfrutarlo.

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Daniel Acebes Diagoras Producciones Festival Teatro Antigua Mina Hector Vesga Hermosa Fea Lope de Vega Pablo Cabrera Raquel Alonso Susana Garrote Teatro Teatro Clásico

La Hermosa Fea

Título:
La Hermosa Fea

Lugar:
Festival de Teatro La Antigua Mina

Autor:
Lope de Vega

Elenco:
Daniel Acebes (Octavio/Gobernador)
Pablo Cabrera (Ricardo)
Hector Vesga (Julio)
Susana Garrote (Estela)
Raquel Alonso (Celia)

Producción:
Diagoras Proyectos Artísticos, S.L.

Dirección:
Juan Manuel Casero



Desconocía por completo la existencia del «Festival de Teatro de La Antigua Mina» y gracias al interés que tenía por ver «La Hermosa Fea» de Lope de Vega he descubierto un lugar a tener en cuenta para las siguientes ediciones. Una tarde, charlando con Pablo Cabrera, uno de los actores de este montaje, le pregunté que cuando iban a traer la función a Madrid; me dijo que lo mas cerca que iban a estar esta temporada era en este festival. Habló del emplazamiento, de lo curioso del lugar y de representar allí; así que despertó mi curiosidad y me acerqué a Zarzalejo para disfrutar de obra y entorno.
La verdad que es curioso llegar a lo alto de La Cruz Verde y descubrir un teatro en medio de la naturaleza. Que un camino de farolillos te acompañe hacia las gradas en mitad de la noche, bajo las estrellas, con el sonido de los grillos de fondo, ya te predispone para que al menos comiences la función receptivo y con ganas de magia…
En «La Hermosa Fea» Lope de Vega nos cuenta, en  tono de comedia, los enredos que el príncipe Ricardo provoca para que la duquesa Estela repare en él y se enamore. Su estrategia es ofenderla diciendo que es fea para luego hacerse pasar por otra persona y conseguir que la duquesa se enamore perdidamente del príncipe sin saber que es él, claro que la duquesa también tiene sus propios planes… ¿Quién se saldrá con la suya?
La función trata un tema que hoy en día sigue tan vigente como cuando el autor escribió la obra; el culto a la belleza y la vanidad del ser humano. Todos queremos ser admirados y halagados por los demás, pero en el momento que nos vemos ofendidos por un mal comentario, por pequeño que este sea, nuestro orgullo se revuelve, no aceptamos la crítica y lo que buscamos es contraatacar para vengar la ofensa.
Con un mínimo de escenografía y el marco de la mina, Juan Manuel Casero, director de la función, nos hace  disfrutar de los actores «a pelo». Es decir, ellos solos frente al texto; consiguiendo que nos sumerjamos fácilmente en la comedia y degustemos el verso de una manera sencilla y fluida. Haciendo que lo complicado del verso se vea fácil y divertido.
Los cinco actores están muy bien. Divertidos, comunicativos y, aunque el lugar les obliga a cambiar entradas y salidas del montaje original, muy resolutivos. Susana Garrote, Pablo Cabrera, Daniel Acebes, Raquel Alonso y Hector Vesga nos ofrecen cerca de una hora y media de comedia amable que aconsejo tanto a los amantes del verso como a cualquiera que tenga curiosidad por acercarse al teatro clásico.
Algo que me gustaría destacar a nivel particular es que los actores no utilizan micrófonos. Quizá a alguien le  parezca una tontería que haga esta reseña, pero es una cosa que cada vez escasea mas en los teatros y es algo que me molesta bastante. Llamadme purista si queréis, pero cuando un actor se forma, le enseñan dicción, proyección de voz, vocalización… y muchas veces nos encontramos con que algunos de los que se suben al escenario, no tienen ni idea de qué es eso y creo que es algo terrible para cualquier montaje. Aunque también es cierto que a veces el que proyecta la construcción del recinto es el que no tiene ni idea de como debe ser un teatro y construye naves industriales con una acústica nula… Así que cuando vas a ver una obra en la que los actores utilizan tan estupendamente bien su instrumento, como es el caso, uno se siente feliz de estar ahí y poder disfrutarlo.
Acaban de finalizar temporada, creo que de momento no hay fechas previstas, pero os dejo el enlace de la productora por si queréis consultar en un futuro Diagoras Producciones 
Si en algún momento oís hablar de esta obra cerca de vuestra localidad, no dejéis escapar la ocasión y acercaos a verla, no os va a defraudar.
Categorías
Amaya Curieses Destellos Emmanuel Cea Fernado Salvá Javier García Jorge Mayor Juan Carlos Herranz Nicolas SIrito Pablo Cabrera Pepe Maya Teatro Teatro Clásico Teatro Federico García Lorca Zampanó

Diecinueve. Proceso Contra Un Rey Felón

Título:
Diecinueve. Proceso Contra Un Rey Felón

Lugar:
Teatro Federico García Lorca

Autor:
Eduardo Fernández-Fournier

Elenco:
Juan Carlos Hernanz
Javier García
Pablo Cabrera
Jorge Mayor
Emmanuel Cea
Nicolas Sirito

Dirección:
Fernando Salvá





Desde que estuve estudiando teatro clásico con Amaya Curieses y Pepe Maya fundadores de Zampanó Teatro, no he vuelto a pisar el Festival de Teatro Clásico de Getafe. De esto debe hacer la friolera de 10 años… He estado muy desconectado de los eventos teatrales de mi ciudad durante mucho tiempo (mea culpa), aunque también he de decir que la ciudad tampoco es que se vuelque demasiado en hacer conocer este festival (Esto ya sucedía antes, no creáis. Hablo por experiencia); de hecho antes de escribir esta crónica me puse en contacto con la Concejalía de Cultura para que me facilitaran cualquier tipo de información sobre la programación de este año y darle, de forma desinteresada, algo de difusión a través de este blog y de la página que tengo en facebook, y la única respuesta que he obtenido por su parte ha sido el silencio… Así, mal vamos… 
Pero bueno, uno se considera amante del teatro, procura ver el máximo de montajes posibles, estar al tanto de todo lo que se cuece e intenta conocer y apoyar a los profesionales que se dejan la piel para sacar adelante los proyectos que con tanta ilusión ponen en pie.
Ayer, Teatro Destellos ofreció el estreno absoluto de este texto de Eduardo Fernández-Fournier, que intenta someter a juicio, mas allá de la historia, a Fernando VII cuando se declaró en contra de la Constitución de 1812. En la función nos encontramos con que el público es quien tiene que decidir si acusar al Deseado de haber cometido un Acto de Felonía o no. Es decir, si traicionó al pueblo o no. Los personajes nos trasladan a diferentes momentos de la vida del monarca, como cuando fue recluido por Napoleón, imponiendo a su hermano como soberano de España; o cuando Fernando VII intenta, a través de varias cartas, convencer a Napoleón de que es su aliado para recuperar el trono perdido, de como enfrentó a los miembros de su Corte o como accedió a que las tropas francesas entraran en territorio español cargando contra el pueblo.
La propuesta es muy original, aunque quizá peque de un exceso de datos y de por sentado que todo el acude a ver la función es conocedor de los hechos. Sabemos que es un hecho histórico y que lo que cuenta es sabido, mas o menos, por todos; pero hay tal cantidad de datos, nombres y fechas, que en algún momento uno se siente un tanto abrumado. Quizá si se optara por algo mas de sencillez, el ritmo de la función sería mas ágil… Aunque confieso que me sometí divertido al juego de creerme jurado «activo» y escuchar atentamente a las dos partes, atendiendo a la exposición de los hechos como si de mi decisión estuviera pendiente la condena del monarca.
Fernado Salvá nos propone un montaje en cierto modo «atemporal», sin mucho detalle que marque una época concreta, con módulos que los propios actores mueven para llevarnos a diferentes momentos y lugares. 
También utilizan proyecciones que nos indican el momento en el que nos encontramos, o como pruebas de la acusación. Proyecciones que son las protagonistas del momento mas crudo de la representación cuando se enumeran los diferentes crímenes de guerra, reflejados con grabados de Goya. Momento realmente espeluznante. 
Además, se nos ofrece un retrato  de un Fernando VII como prácticamente un pelele, sujeto a las decisiones de los demás, menospreciado por todos y en ocasiones zarandeado, literalmente, por el escenario como si de un elemento decorativo se tratara. Un Rey encorsetado en protocolos, impasible y acomplejado, que hastiado por todo este proceso, da la sensación que quiere que le dejen en paz, olvidado en la historia. No puedo evitar encontrar muchos paralelismos entre la función y el momento político actual… 
El elenco está muy bien, dan mucho dinamismo a la historia y es un placer escuchar un texto bien dicho y proyectado.
Pablo Cabrera está muy convincente como Fernando VII, sin salir a penas de escena, hace un gran trabajo actoral componiendo un personaje difícil de mantener durante todo el tiempo y que, sin embargo, el lo logra.
Jorge Mayor como Napoleón, muy suelto en escena y con mucha energía, ofreciéndonos una gran escena junto con Nicolás Sirito, donde se masca la tensión entre superior y súbdito y no sé sabe quien ejerce mas presión sobre el otro.
Emmanuel Cea nos ofrece un cambio de registro muy interesante entre los dos personajes que le toca interpretar tanto vocal como gestualmente hablando.
Al igual que se complementan muy bien Juan Carlos Hernanz y Javier García como Presidente del Tribunal y Abogado Defensor, que son los encargado de hacer que el público tome partido por un bando o por otro.
La función merece la pena ser vista y resulta interesante e incluso podría decirse que es muy instructiva. No todo el mundo conoce este momento de la historia y esta es una muy buena manera de hacerlo. Lástima que el público escaseara tanto… Claro que el partido de España – Francia de la Eurocopa no ayudó mucho.
Dejando a parte la obra, de la que ya digo que disfruté mucho, quiero hacer ciertos apuntes a los espectadores. Ayer, supongo que había mucho familiar y amigo del autor, director, actores, etc… y fueron a apoyar a su gente, aunque la función les diera un poco lo mismo, pero otros pagamos nuestra entrada y sufrimos en nuestras carnes el que hubiera gente en las butacas que, en otra situación, no se les hubiera ocurrido ir al teatro. 
Lo que voy a decir a continuación, no solo es por las molestias que sufrí ayer, si no un dato a tener en cuenta en general por todo aquel que vaya al teatro.
– Absténganse de ir al teatro con bebés, por favor. Ni el niño está cómodo, ni permite que los espectadores de su alrededor puedan disfrutar de la obra por la que han pagado. Y si el niño molesta, haga el favor de salir de la sala, hace un flaco favor a los actores que están trabajando. Aunque usted no lo crea, ellos oyen los ruidos del público y les desconcentra.
– Si es conocedor de la historia, deje las explicaciones para el entreacto o para el final. Mientras usted se las da de cultivado, hace que su acompañante pierda el hilo argumental y a los demás espectadores a los que sus murmullos les molesta, les da lo mismo su inteligencia; pagan por ver lo que sucede en escena, no por escuchar sus «enseñanzas».
– Si va al teatro, olvídese del móvil. Apáguelo y déjese invadir por la historia que le están ofreciendo, no sabe lo maravilloso que es abstraerse del mundo real por un rato. Seguro que sus amigos entenderán que no conteste a sus mensajes al instante y los destellos de su pantalla no distraerán a sus compañeros de butaca.
Siento comenzar dando la charla a los organismos públicos y acabar dando la bronca a los espectadores, quizá soy mas pedantillo de lo que pienso… pero me parece que vamos cayendo en una falta de respeto tan grande, que hay que decirlo en voz alta.
Adoro el teatro y odio el maltrato al que se le somete por todos lados.

Aún así, por favor, no os quedéis con la sensación negativa de mis últimas palabras. La obra es digna de ser vista, de ser disfrutada. El trabajo de todo el equipo artístico y técnico es lo que quiero valorar, y eso lo hago muy positivamente.
¡Viva el teatro!

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