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En Un Entreacto Radio – Programa 37

Comienza Junio y la temporada encara su recta final, pero nuestros amigos siguen visitándonos en nuestro estudio de GetafeVOZ, regalándonos esos instantes que tanto disfrutamos desde En Un Entreacto Radio.

Primero pudimos charlar con Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía, los padres de Los Absurdos Teatro, con los que hablamos sobre los cuatro montajes que tienen actualmente en cartel.

En la Escalera de Jacob de La Latina los jueves están con “A Protestar a la Gran Vía”. En los recién estrenados Teatros Luchana están los viernes y los sábados con “Demasiado al Este es el Oeste” y “Desnudo Nadie Es Perfecto” y los martes en el Teatro Lara «Manténgase a la Espera».

Y cerramos este programa recibiendo a Raúl Tejón y Germán Torres, dos de los intérpretes de IvanOff, la función que detonó el panorama teatral y que logró un giro en la forma de hacer teatro. Junto a ellos ha querido estar por teléfono José Martret miembro fundador de La Casa de la Portera que cerrará sus puertas a finales de mes, cumpliendo con un maravilloso ciclo que hemos disfrutado con emoción.
Un fantástico programa lleno de amigos y entusiasmo que también cierra un ciclo para nuestro espacio teatral.


¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio

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El Huerto de Guindos En Un Entreacto Radio GetafeVoz José Martret La Casa de la Portera La Pensión de las Pulgas MBIG Raúl Tejón

En Un Entreacto Radio – Programa 7

Este año 2013 lo despedimos en «En Un Entreacto Radio» con un gran programa dedicado a dos de los espacios teatrales del Off Madrileño mas importantes y con mayor repercusión.

La Pensión de la Pulgas, lugar de reciente apertura donde nos recibieron José Martret y Alberto Puraenvidia, que nos concieron una maravillosa entrevista donde nos desvelaron muchos detalles de este espacio que estamos seguros va a reventar el panorama teatral en los próximos meses y nos hablaron del montaje que actualmente se representa allí «MBIG». ¡Una amplísima entrevista que no tiene desperdicio!
También tuvimos el enorme placer de recibir en el estudio a Raúl Tejón, que vino a hablarnos de «El Huerto de Guindos», función que ha adaptado y dirigido y que actualmente se representa en La Casa de la Portera, hermana mayor de La Pensión de las Pulgas. Una de esas entrevistas en las que uno se siente especialmente cómodo con el invitado y que esperamos os suponga el mismo disfrute que nos supuso a nosotros.

Un programa de mucha altura para acabar este año, y comenzar el siguiente, con la ilusión de haceros llegar cada quincena mas teatro y con mayor calidad desde GetafeVOZ.

¡Felices Fiestas! Nos vemos al año que viene diciendo eso de «¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio

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Alberto Puraenvidia Boira Daniel Pérez Prada Inma Cuevas José Martret La Pensión de las Pulgas Maribel Luis MBIG Pepe Ocio R.Muñoz-Cobo Rocío Calvo Shakespeare

MBIG – La Pensión de las Pulgas

Título:
MBIG (Mc Beth International Group)

Autor:
José Martret
(Versión del texto de W. Shakespeare)

Lugar:
La Pensión de las Pulgas

Elenco:
Francisco Boira (Macbeth)
Rocío Calvo (Urd Bruja 1)
Manuel Castillo (Malcom)
Inma Cuevas (Camelia)
Victor Dupla (Ross)
Maribel Luis (Skuld Bruja 2)
Rocío Muñoz-Cobo (Lady Macbeth)
Pepe Ocio (MacDuff)
Francisco Olmo (Duncan)
Daniel Pérez Prada (Banquo)

Espacio Escénico:
Alberto Puraenvidia

Vestuario:
Lupe Valero
(Con la colaboración de Lorenzo Caprile)

Espacio Sonoro:
Antonio Martín

Dirección:
José Martret

Algo se había filtrado en los mentideros teatrales. Todos cuchicheaban que algo se estaba cociendo y que en poco tiempo saltaría la noticia; y todos, como niños buenos que no quieren quedarse sin su regalo, permanecimos sin alzar la voz. Hasta que pasado mediados de Noviembre saltó la noticia a las redes sociales, el propio José Martret soltaba la bomba ¡La Casa de la Portera iba a tener una hermanita! El parto estaba programado para el día 20 de Noviembre y, aunque las conexiones internáuticas ya no tienen ruidos, un clamor se alzó. El júbilo se desató y todos comenzamos a ponernos nerviosos, ansiosos por conocer mas sobre el retoño que traían al mundo  José Martret y Alberto Puraenvidia. Nos adelantaron que se llamaría “La Pensión de las Pulgas” como homenaje a la Bella Chelito, antigua habitante del inmueble donde abrirían las puertas de este nuevo paraíso teatral, y su cuplé “La Pulga”
Y es que estos chicos no dan una puntada sin hilo, cosa que no me extraña, habiéndose situado en la primera línea de batalla del teatro Off de Madrid, donde ya irrumpieron hace un par de años sacándose de la manga “La Casa de la Portera”. Dándole a la capital un toque de valiente distinción, tan refrescante, inteligente, demencialmente excitante, y sobretodo tan necesaria.
Ahora nos ofrecen la posibilidad de tener dos opciones donde elegir y entregarnos al goce de saltar dentro de la función. 
“La Pensión de las Pulgas” es un paso hacia delante en la evolución de esta idea de hacer teatro, un espacio cuidado al detalle, donde Alberto Puraenvidia nos sumerge en un ambiente mas luminoso, mas despejado, pero igualmente atractivo y estimulante para los que queremos “empaparnos” en la experiencia de vivir las historias casi en primera persona.
La noticia de la apertura de este nuevo espacio no podía venir sola, tenía que aparecer con el nombre del montaje con el que fuera a dar sus primeros pasos y no podía ser cualquier cosa… Debía ser algo que le hiciera justicia, que mostrara en todo su esplendor las galas de esta nueva criatura. 
Si en el estreno de la Portera fue Chejov quien nos abrió las puertas, en La Pensión de las Pulgas quien nos recibe es Shakespeare, con un Macbeth hecho a imagen y semejanza del espacio. Un montaje inspirado en los años 50/60 donde las ambiciones de las cortes y los reinos, se traspasan a las grandes empresas y que sorprendentemente (o no) siguen intactas. Los tiempos pasan, todo se transforma, pero nada cambia. El ser humano sigue estancado en las mismas batallas, por eso ahora en vez de llevar por título Macbeth, tal como su autor lo bautizó, José Martret ha pasado a llamarlo MBIG (Mc Beth International Group) Mucho mas acorde con la historia de ambiciones y finanzas que nos ha preparado.

Todo sigue igual, como decía antes, tan solo nos trasladamos de época y los significados y los intereses se convierten en otros que el público actual maneja con mas soltura.
Como banda sonora tenemos un hilo musical, apropiado para hacer de esta multinacional el lugar ideal en el que trabajar y sentirse asépticamente cómodo, hasta que pasamos al despacho presidencial y las conspiraciones vaticinadas por las mejores brujas «Macbethrianas» jamás vistas, se desatan a ritmo de los mercados y las finanzas.

Como digo, esas dos brujas, que son tres y a la vez son una, están encarnadas por las espeluznantes Rocío Calvo y Maribel Luis, dos siamesas teatrales que funcionan como una perfecta sinfonía de respiraciones, conjuros, jadeos y visiones que maravillan en todo momento. Decir que están perfectas, es quedarse con corto con ellas.
Francisco Boira nos deja casi respirar el aliento de un Macbeth desesperante, agónico en su culpabilidad, que aunque tiene algún momento que madurar, resulta estremecedor por su cercanía y realismo.
Apasionante y apasionada es la Lady Macbeth de Rocío Muñoz-Cobo, una primera imagen a lo Liz Taylor que se transmuta y acaba siendo devorada por sus propias ambiciones. Me sedujo  en su riesgo y entrega, uno de los platos fuertes de esta función.
Un comité empresarial presidido por un fabuloso Francisco Olmo, acompañado en su séquito por un excelente Víctor Dupla y por un tanto inseguro Manuel Castillo.
Mención a parte tienen Daniel Pérez Prada y Pepe Ocio que exprimen al máximo las energías de sus personajes llenando todo el espacio con su sola presencia, con un maravilloso crecendo que es un auténtico disfrute interpretativo, de esos que te dejan con hambre de mas.
Y, por supuesto, nuestro nexo de unión entre el espectador y esta tragedia, Inma Cuevas. Es lo mismo que esta actriz hable de mercados de valor, coberturas empresariales, o anunciar a Macbeth el avance de un bosque que viene a derrotarle; su «verdad» e implicación son máximas en todo momento y ardes en deseos de que pose sus ojos en ti para sentir completa esta experiencia de sumergirte en cuerpo y alma en un drama shakesperiano. El personaje que ella interpreta es el único agregado por la exquisita mano de Martret.

Se me llenan los dedos y la boca de elogios para esta nueva aventura que José Martret y Alberto Puraenvidia nos han regalado. 
Con esos ambientes tan perfectamente creados, con esa forma de envolver al espectador, de hacernos sentir inmersos en los universos que crean; deseosos de dar un paso mas allá y acabar fundido en el interior de sus mundos inventandos, de sus personajes. 
Han hecho que atravesar el portal de la Calle Huertas 48, se convierta en ese ansiado paso a otros mundos que todos siempre hemos deseado.

¡Larga vida a La Pensión de las Pulgas!
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Alberto Puraenvidia Chejov Iván-Off José Martret La Casa de la Portera Teatro

Iván-Off

Título:
Iván-Off

Lugar:
La Casa de la Portera

Autor:
Antón Chejov

Elenco:
Raúl Tejón (Iván)
David González (Miguel)
Sabrina Praga (Ana)
Roberto Corrocher (Constan)
Javier Delgado «Tocho» (Mateo)
Maribel Luis (Silvia Leyva)
Rocio Calvo (Doña Bárbara)
Germén Torres (Carlos Leyva)
Cristina Alarcón (Sara Leyva)

Escenografía y Decoración:
Alberto Puraenvidia

Versión y Dirección:
José Martret

Siempre he sentido una admiración profunda por mi ciudad, por Madrid. Tiene ese poder de sorprenderme constantemente. Es una ciudad viva, que crece y que se reinventa. Cuando parece que va a caer en la mas plúmbea de las rutinas, va y se saca de la manga algo que la hace de nuevo atractiva. Eso mismo es lo que le pasa a su ambiente teatral. Cuando todo parece que está inventado y que incluso parece caer en el tedio mas absoluto ¡Zas! Aparece alguien que despierta a la ciudad de su sopor.
Así sucedió hace poco menos de un año con «La Casa de la Portera», un espacio creado por José Martret y Alberto Puraenvidia, que se sacaron de la manga esta nueva sala (aunque llamarla así es menospreciarla), donde poder poner en pie todas esas propuestas que no encontraban lugar en otros lugares de la ciudad.
Ubicada en la Calle Abades, 24 del madrileño barrio de Lavapiés, esta antigua portería se ha convertido en cuestión de unos meses en el epicentro de la cultura teatral de la capital. Todos quieren ver los espectáculos que se representan allí, todos quieren llevar sus propuestas… para que una veintena de personas por vez puedan verlas. Y es que tiene una energía que te cala por dentro. Está creado todo con un familiaridad que te desarma, te sientes bien, cómodo, cargado de positividad y con ganas de curiosear lo que tienen para ofrecerte.
En este caso la función que me llevó hasta allí fue con la que inauguraron, Iván-Off. Una adaptación del  «Ivanov» de Chejov, hecha por el propio José Martret, que también la dirige.
Una función estructurada en cuatro actos que se desarrolla en diferentes habitaciones de la casa. Nos cuenta la historia de Iván,  un hombre que no se soporta a si mismo y que su propio hastío le lleva a sentir desprecio por cuanto le rodea, por su esposa enferma y por todo aquel que comparte espacio con él. Un tipo que intenta encontrar una salida escapando por las noches, pero que es acosado por sus propios principios y por el médico de su esposa, un hombre que le taladra la conciencia, haciéndole ver las carencias que sufre y que provocan el mal a cuantos le rodean.
La historia nos presenta un microcosmos de personajes enredados entre si que se deben, se detestan, se atraen, se manipulan y se asquean. Un pequeño infierno creado por ellos mismos que paladean con gusto, que disfrutan y que a la vez sufren y del que son incapaces de apartarse.
Una historia realmente compleja de la que en momentos nos sentimos inmersos incluso los que asistimos como espectadores y es que la cercanía con los actores hace que invadamos su espacio vital, provocando que, por necesidad, en ciertos momentos nosotros seamos parte activa de la historia.
Solo puedo decir que me sentí absolutamente fascinado por cuanto vi. Las sensaciones que te recorren por dentro son tantas y tan variadas que, al comienzo sientes cierto pudor, estás tan cerca que temes que tus reacciones cambien en algo el transcurso de la historia, hasta que te das cuenta que eso es lo que se busca, que haya un intercambio de sensaciones, de sentimientos, de respiraciones, de miradas con los personajes para que la historia fluya. En cierto modo, nosotros somos la mano que da cuerda al engranaje de cuando acontece. Somos testigos mudos, pero ciertamente presentes y como tales adquirimos la responsabilidad de exteriorizar, aunque solo sea con la actitud con la que nos sentamos, todo lo que nos provoca la historia y sus habitantes.
Adoro ver trabajar a los actores tan de cerca. Debo tener muy agudizado el instinto de «voyeur» porque siento verdadero placer de poder tenerlos tan cerca y observar todo lo que hacen sin ningún tipo de vergüenza. Ver el mínimo temblor en sus manos, descubrir un brillo de una lágrima, sentir sus respiración, disfrutar del atractivo de una sonrisa o que me dirijan una mirada de absoluto desdén sin que realmente me miren a mi. En definitiva, percibir los sentimientos de esos personajes según brotan del actor. Me gusta gozar con la tensión que te hace estar alerta todo el tiempo porque no sabes si en cualquier momento al que van a dirigir la palabra es a ti, aunque sepas que no tienes líneas de diálogo dentro de la función y que la participación real del público no tiene cabida en este espectáculo. Es algo muy especial que es complicado de describir, pero que recomiendo que todo el mundo viva.
Los actores están inmensos, hacen de sus personajes seres palpables que, de tan pasados de vueltas que están a veces, se hacen aún mas normales. Mi admiración por todos y cada uno de ellos, hacen un trabajo que, individualmente, se puede admirar como si fueran pequeñas joyas y que en el conjunto se hacen enormes, se alimentan entre ellos, de nosotros, con nosotros, y a medida que avanza la función se hacen mas grandes y mas admirables hasta llegar a esa catarsis con casi todo el reparto y espectadores dentro de la misma sala. Confieso que me dieron ganas, no de ponerme en pie para aplaudirles, si no de levantarme y abrazarles uno a uno para demostrarles cuanto había disfrutado con todos ellos de esta función. 
Podría ponerme a hablar del trabajo de cada uno de ellos, dar nombres y extenderme hasta el infinito describiendo y analizando todo lo que me provocaron, cosa de la que me está costando horrores reprimirme, pero creo que es mas interesante que la gente acuda a verlos y juzgue por si mismos, sin que nadie les condicione, ni para bien ni para mal.
Uno sale impactado, satisfecho y quizá un poco apabullado con la experiencia, pero es que eso mismo es un auténtico placer. Al igual que es un placer haber podido descubrir por ti mismo otro secreto a voces guardado en esta ciudad y poder gritarlo ahora desde aquí para que nadie se lo pierda. Sé que La Casa de la Portera tiene mas experiencias guardadas para mi en sus habitaciones y pienso volver a explorarlas, pero ya se sabe que la primera vez nunca se olvida y que esta haya sido con «Iván-Off» la convierte en todo un enamoramiento. Gracias.
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