Título:
Barrocamiento
Autor:
Fernando Sansegundo
Lugar:
Hall del Teatro Lara
Elenco:
Alicia Lobo (Son Juana Inés de la Cruz)
Rocío Marín (María Zayas y Sotomayor)
Zaloa Zamarreño (Feliciana Enríquez de Guzmán)
Escenografía:
Ana García Marina
Vestuario:
Maribel Binimelis
Iluminación:
Sergio Balsera
Enrique Chueca
Producción:
SíoSí Teatro
Dirección:
Fernando Sansegundo
La historia cuenta cómo el encanto del teatro hace regresar del limbo en el que pasan la eternidad a Sor Juana Inés de la Cruz, María de Zayas y Sotomayor y Feliciana Enríquez Guzmán, tres mujeres invocadas con el poder de sus propios versos; tres mujeres entregadas al arte de escribir y sacar la pasión que llevaban en su interior a través de sus plumas.
Unos personajes y unas referencias prácticamente desconocidos para el gran público. Ingredientes que a priori pueden llegar a echar para atrás y, sin embargo, hacen de este caldo una delicatesen teatral.
Una bellísima oda a la mujer, a la pasión por escribir, al poder del teatro y sobretodo un canto al gusto por la vida, que no podía haber sido trasladado de mejor manera a las tablas que a través de este cuidadísimo texto escrito en verso, que si no fuera por el vocabulario actual que emplea en ciertos momentos de la función, uno nunca hubiera adivinado que pertenecen a un autor del Siglo XXI.
Con una escenografía perfecta de Ana García Marina, que separa el presente del pasado, que juega a crear situaciones; una nebulosa que viaja con nuestras protagonistas y que nos sirve de recreo para acompañarlas en este tránsito teatral por el que han sido invocadas.
¿Y qué decir del deleite que es ver a estas maravillosas actrices? Alicia Lobo, Rocío Marín y Zaloa Zamarreño interpretan a estas tres mujeres con tal cuidado, imprimiéndoles unos caracteres tan bien trazados, con un verso tan bien dicho, con tanta naturalidad, que en ningún momento la actriz se trasluce a través del personaje. Siempre vemos a esos tres espíritus confusos, juguetones, sufrientes, descolocados y halagados que gracias al teatro, nos visitan en el hall del Lara para abrirnos las puertas a este maravilloso jardín de las delicias que es “Barrocamiento”. Las tres actrices nos muestran el poder y la grandeza de tres mujeres que, a su manera, fueron rebeldía y revelación de su tiempo.
Aunque es curioso, y divertido para mi que lo escribo, establecer un paralelismo en el errar de esta compañía por los diferentes escenarios por los que ha pasado y el de sus protagonistas, ya que sus apariciones se producen allá donde el teatro es amado y cuidado; a la vez es difícil entender que no estén programadas de continuo en un mismo teatro y que todo el mundo vaya a gozar de semejante pieza sin tener que estar pendiente de en qué momento y en qué lugar se va a producir de nuevo este ejercicio de espiritismo casual.
Sin lugar a dudas esta es una de las piezas de factura más delicada y mejor realizada que he visto en mucho tiempo. Llena de sensibilidad, de sabias dósis de humor, y de una pasión contagiosa; indispensable para todo aquel que sienta la necesidad de dejarse emocionar por un teatro que en nuestro tiempo se ha convertido en una auténtica rareza.
