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RUMORES

Anoche en el Teatro Amaya pude presenciar el nuevo montaje de «Descalzos Producciones», que tras el cierre de «Se infiel y no mires con quien» con un éxito absoluto en las pasadas temporadas; se lanzan con «Rumores» de Neil Simon, dirigida por Pedro de las Heras.

Una obra de teatro llena de enredos, confusiones y con un ritmo endiablado desde el mismo momento en el que Jesús Cisneros y Yolanda Arestegui aparecen en escena y que ya no decae hasta que llega el momento de los merecidos aplausos.

Sinceramente, disfruté mucho durante las dos horas que mas o menos dura la función. El texto enseguida te atrapa y te hace sentirte cómodo con lo que estás presenciando; desde el mismo momento en el que te presentan la premisa que genera el enredo: El teniente de alcalde aparece con un tiro en la oreja, solo en casa, sin su mujer e instantes antes de que comience la fiesta de su décimo aniversario… El ritmo se nota que está muy bien dirigido, creciendo e inflándose a cada nueva aparición en escena y haciéndote querer que aquello se complique aún mas, hasta ese gran momento álgido que nos regala Fernando Albizu con su monólogo desquiciado frente al policía interpretado por Aitor Legardon. Por cierto, me encantó la escenografía. Muy bien diseñada, con un juego tremendo para las entradas y salidas de los actores que corren, suben, bajan, se arrastran y sudan de lo lindo.

El texto es divertido y contiene unos momentos cómicos y enloquecidos, que de puro subrealista, acaban siendo situaciones que podrían pasar perfectamente en la vida real. Momentos en los que te das cuenta lo que todos hacemos cuando queremos contar las cosas a nuestra manera y a las personas a las que creemos que debemos contárselo, según nuestros intereses. Pero sobretodo porque nos encontramos en una obra coral en la que prácticamente el reparto al completo está en estado de gracia y posee su propio momento de brillo. Se nota que muchos de ellos ya han trabajado juntos, por la complicidad que transmiten al patio de butacas.

No quiero dejar sin mencionar a ninguno de los actores desde Jesus Cisneros y Yolanda Arestegui, pasando por esa pareja tan magnificamente bien interpretada por Isabel Gaudí y Fernando Albizu; Y José Luis Mosquera y Carmen Navarro, que creo es la pareja mas subrealista entre todas y que, sobretodo Carmen, lleva a cabo con su Madalena uno de los personajes mas divertidos de la función. Sin dejar de nombrar a Antonio Vico y Cristina Peña, que dan vida a una pareja que roza casi la autodestrucción y Aitor Legardon que es quien ayuda al espectador a ¿deshacer? todo este nudo de rumores que tanto nos hizo reir anoche.

Sin duda alguna recomiendo un paseo por el Teatro Amaya a quien quiera reirse con ganas.

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Sé infiel y no mires con quien


He dado unas cuantas vueltas a la cabeza para ver cómo escribir sobre esta obra sin parecer «un pedantillo que tiene su propio blog donde no entra nadie, pero da rienda suelta a sus comentarios…» No quiero imitar a los críticos profesionales porque no tengo ni la capacidad ni la experiencia para poder hacerlo. Solo quiero opinar sin caer en lo redicho, vamos a ver si lo consigo… Aunque tarde o temprano algún ramalazo se me va a escapar y es que quien lo es…
Bueno, a lo que íbamos. A mi la obra en sí no es que me llame mucho la atención, me parece una comedia un poco «trasnochada» (para mi gusto, se entiende), creo que no ha envejecido todo lo bien que se podía, ya que el tema es universal, pero quizá a la hora de llevar a cabo este montaje ha habido detalles que se han mantenido y quizá habría que haberlos transportado un poco en el tiempo, porque eso de escribirse cartas ha caido un poco en desuso, teniendo tan a mano los mails, las redes sociales, etc… o que la gente llame al teléfono fijo de casa ajena para comunicarse con otra persona, cuando hasta los niños tienen móvil última generación… como que eso se quedó en otra época… y es que precisamente esas son las claves para que esta obra cobre movimiento y si partimos de ahí… Todo puede ser que al ir con una ceja levantada a ver la función no me diera cuenta que todo eso estaba justificado, que yo soy de lo mas despitado, eh? Y sobretodo que se tenga en cuenta que los profesionales y entendidos son ellos, no yo que me quedé en mero espectador… Yo, sin querer meterme donde no me llaman, quizá la hubiera ambientado en la época en que se escribió para que todo eso hubiera quedado dentro de un marco un poco mas coherente… creo… y digo creo porque de repente hablan de Harry Potter!!! y no sé si es una licencia que se toman o que estoy en lo cierto…
Ves? Se me ha ido la olla! Ahora podría pasar a hablar de las comedias de enredo del Siglo de Oro, bla, bla, bla, bla… Bah! Y ya mi pedantería sería penosa!
En fin, que a lo que quiero llegar es a decir que sí, que la obra no es de mi agrado, pero el curro de los actores… eso es otra cosa! Me reí muchísimo y eso es una gran noticia para mi mismo, pues se suponía que una comedia así no me iba a hacer ni puñetera gracia y al final me taparon la boca!
Que el trabajo de los actores te abstraiga y te haga pasarlo bien es síntoma de trabajo bien hecho, de que se ha conseguido el cometido por el que están ahí. Así que, no puedo decir nada malo.
Los que realmente me gustaron fueron Aitor Legardón, que sustituía a Fernando Albizu y esos son palabras mayores! Porque quizá mucha gente va con la idea de encontrarse a Fernando Albizu en escena, «al alcalde de Doctor Mateo», como escuché por ahí, y porque es un papel que tiene gran peso de la obra en él,una gran responsabilidad, pero la verdad que Aitor es un «bicho de comedia», se ve que se lo pasa en grande y que sus compañeros lo disfrutan con él. El tío se mete al público en el bolsillo enseguida y ya nos tiene a todos desde ese momento, pendientes de él. Aunque al comienzo se le vio un poco indeciso, rápido se hizo con las riendas. Tengo ganas de verlo mas! y Yolanda Arestegui que siempre me ha parecido una mujer maravillosa, la miras y no sabes si es frágil, fuerte, grande, pequeña, mas dramática que cómica, mas … el caso es que la ves capaz de todo eso y mas! y es que su peso en escena se siente desde el principio. Es como si dijésemos, la jefa, la que lleva «el cotarro».
El resto de los actores también me gustaron, lo que pasa que quizá sean personajes menos brillantes en algunos casos como el que le toca a Isabel Gaudí o Jesús Cisneros o ya tan rematadamente pasados de vuelta como los de Antonio Vico o Encarna Gómez que a veces te aturden y quizá pierdas un poco la orientación como espectador… pero es que es una comedia llevada al extremo, así que no quiero decir con esto que haya que ser mas comedido porque si no la función se queda en nada y ya he dicho que aquí los que me hicieron disfrutar no fueron las hojas del libreto, si no los actores. Gracias por un viernes de tantas risas!!!

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