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¡Gracias por tanto! (Despedida de GetafeVOZ)

En Un Entreacto RadioHace dos años los amigos de GetafeVoz nos invitaron a formar parte de su familia; nosotros, que somos unos osados, no nos lo pensamos dos veces y allí que nos plantamos.

Con el apoyo de algún amigo periodista, que siempre nos miró de igual a igual, y que ahora queremos como nuestro hermano mayor radiofónico, ¡Gracias eternas, Jesús Ortega!, aprendimos a tener una identidad propia, y gracias a la serenidad de José Luis Sánchez de GetafeVoz, que siempre nos vio capaces de más y mejor, nos atrevimos a mostrarnos.

Primero comenzamos Ariel Boissiere y yo, sin saber si íbamos a ser capaces de levantar más de un programa, luego se nos unió César López y nos convertimos en un trío radiofónico a prueba de bombas. No sabíamos hacer radio, y aún hoy nos queda todo por aprender, pero fuimos cogiéndole el “tranquillo” sobre la marcha, divirtiéndonos, eqivocándonos y disfrutando del camino, con el susto metido en el cuerpo lunes sí y lunes también, y la garganta seca cada vez que la luz roja nos lanzaba al vacío, pero sintiéndonos felices y siempre arropados desde el otro lado ¡Ay, cuánto significáis para nosotros, Entreacteros!11252483_10207105880024144_2217165947883996880_n

Han sido dos años de mucho trabajo, de un esfuerzo inmenso por intentar aprender y dar lo mejor de nosotros, de ofrecer calidad desde nuestro “amateurismo galopante”, intentando transmitir con nuestra voz el cariño que tenemos por el Teatro y por todos y cada uno de sus habitantes. Todos nos habéis regalado vuestra presencia, un instante de vuestro tiempo, nos habéis regalado vuestra sonrisa y un cariño que nunca hubiéramos pensado recibir. Y, amigos, ¡ha sido tan placentero!

En Un Entreacto Radio se ha convertido en un capítulo a enmarcar en la aventura de nuestras vidas y ahora se acaba, GetafeVoz termina su andadura radiofónica, y nosotros tenemos que decir “Adiós”.

El próximo día 15 de Junio será la última ocasión que tendremos de juntarnos en nuestro pequeño rinconcito, no sabemos si será un punto y aparte o será algo definitivo, pero queremos terminar nuestra andadura celebrando el habernos conocido con un programa especial dedicado a todos los que habéis estado, de la manera que sea, junto a nosotros en esta maravillosa locura, porque ya formáis parte de la familia Entreactera.

Somos positivos en nuestra despedida y en nosotros está la intención de volver a resurgir de alguna manera -Si ya nos inventamos a nosotros mismos una vez ¿por qué no hacerlo de nuevo?- Pero ahora toca hacer las maletas y despedirnos de la casa que nos abrió sus puertas y que nos hizo capaces de “Ser”. GetafeVoz nos dio precisamente eso, voz, y gracias a ellos han venido un sinfín de momentos inolvidables, de amigos, de grandes instantes y de mucho amor compartido por la pasión que nos hace ser quienes somos: El Teatro.

Nos emociona pensar en lo poquito que teníamos cuando comenzamos y cuánto nos llevamos.P1330073

Nos marchamos con una sonrisa inmensa, con el alma repleta de alegría y emocionados por tanto cariño. La garganta se nos hace un nudo y con un hilito de voz, pero con todo nuestro amor, os queremos decir: ¡GRACIAS POR TANTO!

Ojalá volvamos a encontrarnos en el camino para hablar de “Nuestras Cosas Favoritas”. Ojalá volvamos a sentir el vértigo de la luz roja que nos hace saltar al vacío. Ojalá podamos volver a decir eso de: ¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio!

                                              José Antonio Alba.

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En Un Entreacto Radio Germán Torres GetafeVoz José Martret La Casa de la Portera Los Absurdos Teatro Patricia Estremera Raúl Tejón

En Un Entreacto Radio – Programa 37

Comienza Junio y la temporada encara su recta final, pero nuestros amigos siguen visitándonos en nuestro estudio de GetafeVOZ, regalándonos esos instantes que tanto disfrutamos desde En Un Entreacto Radio.

Primero pudimos charlar con Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía, los padres de Los Absurdos Teatro, con los que hablamos sobre los cuatro montajes que tienen actualmente en cartel.

En la Escalera de Jacob de La Latina los jueves están con “A Protestar a la Gran Vía”. En los recién estrenados Teatros Luchana están los viernes y los sábados con “Demasiado al Este es el Oeste” y “Desnudo Nadie Es Perfecto” y los martes en el Teatro Lara «Manténgase a la Espera».

Y cerramos este programa recibiendo a Raúl Tejón y Germán Torres, dos de los intérpretes de IvanOff, la función que detonó el panorama teatral y que logró un giro en la forma de hacer teatro. Junto a ellos ha querido estar por teléfono José Martret miembro fundador de La Casa de la Portera que cerrará sus puertas a finales de mes, cumpliendo con un maravilloso ciclo que hemos disfrutado con emoción.
Un fantástico programa lleno de amigos y entusiasmo que también cierra un ciclo para nuestro espacio teatral.


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De Mutuo Desacuerdo

Sergio, preadolescente de «casi» 9 años, ha dicho «Puta» en el colegio y este hecho aparentemente insignificante es el detonante para que Ignacio y Sandra se den cuenta que, aunque separados, van a tener que seguir compartiendo momentos de sus vidas por mucho que esto les incomode. Tener un hijo viviendo en primera línea una crisis matrimonial no es moco de pavo, algo que lleva a estos padres a analizar el lugar en el que se han posicionado, incluso encabezonado, para sobrellevar lo mejor que pueden este «trago«. Y esto solo es el comienzo de «De Mutuo Desacuerdo».demutuodesacuerdo-cartel-770x1089

El teatro de Fernando J. López tiene la cualidad de abrirnos las ventanas de la cotidianidad para que miremos a través de ellas con la expectación de lo extraordinario. Por eso, cuando nos habla de los problemas familiares como lo hace en “De Mutuo Desacuerdo”, o como ya lo hizo en “Cuando Fuímos Dos”, nos sentimos tremendamente identificados. Él habla sin filtros sobre el tema que más nos interesa y que a la vez más nos incomoda, nosotros mismos; y lo escuchamos morbosos y temerosos por cuanto pueda conocer desde esa exposición a la que nos sometemos ante el ojo ajeno y que uno internamente pocas veces se mira.

“De Mutuo Desacuerdo” denuncia las relaciones basadas en el reproche, el difícil equilibrio entre la persona y el progenitor, la mala costumbre de culpar de nuestros defectos a los demás, la invisibilidad a la que quedan relegados los hijos cuando las parejas se destruyen, o lo que es peor, cuando se convierten, ante el ciego egoísmo, en armas arrojadizas de las encarnizadas guerras de pareja.

El ritmo de la función, la agilidad de las réplicas, las referencias que lleva escondidas a modo de juego o la sencillez del diálogo, hacen de esta propuesta  un caldo apto para todos los públicos, para aquellos que buscan un humor blanco donde reírse de situaciones claramente identificables sin rascar demasiado y para aquellos que saben que este autor no da puntada sin hilo y que tras la blancura con la que puede estar maquillada la situación, se encuentra un lienzo ocurrente y ciertamente mordaz donde Fernando pinta con tonos de comedia el costumbrismo pasado de rosca.

La historia no deja de ser terriblemente dura. A estas alturas quien más o quien menos ha vivido una situación similar en sus propias carnes o en las de alguien cercano, y sabe que no es plato que se digiera con facilidad el momento que toca vivir a Sandra e Ignacio y mucho menos a Sergio, el hijo de ambos, tan presente y tan significativamente invisible. Sin embargo el infalible Quino Falero, no hay director que pueda entender mejor el universo de este autor, hace que la carcajada eclipse la problemática, sabemos que está ahí, pero la coloca bajo un prisma de amabilidad y cierta caricatura, endulzándola de tal manera que cuando esa risa pasa, se descubre ante nosotros todo el incómodo trasfondo, por lo cercano, que realmente se nos plantea.

Por supuesto, mucho tienen que ver en el resultado final esos dos pilares en los que se apoya la función, Toni Acosta e Iñaki Miramón, que se entienden y se complementan en escena de tal manera que aunque todo parece que puede venirse abajo, por el grado de desquiciamiento que toma el tono de la función en algunos momentos, no hay nada que quede en manos de la improvisación. Son divertidos, ocurrentes, tienen chispa y se ganan al público según se hace la luz en escena. Son dos animales escénicos que se alimentan de comedia, una garantía de éxito para la producción. Es mucho tiempo el que han trabajado juntos y eso se nota.

Quizá me faltó un puntito más de cercanía en las formas de estos dos personajes para lograr una empatía plena, aunque no sé si ciertamente esto es algo repochable pues puede que esa deshumanización en forma de «cartoon» enloquecido que adoptan en ciertos momentos, sea la manera en la que nos ven los demás a través de sus ojos.

La sal de la comedia echada en ciertas heridas hace que todo escueza un poco más y esto Fernando J. López y Quino Falero lo saben y en «De Mutuo Desacuerdo» lo ponen en práctica con mucho acierto. Una comedia social muy disfrutable, con un mensaje contundente, que golpea conciencias a base de carcajadas, y que recomendaría que vieran más de uno y más de dos.

Título: De Mutuo Desacuerdo Autor: Fernando J. López Lugar: Teatro Bellas Artes Elenco: Toni Acosta y Iñaki Miramón Iluminación: José Manuel Guerra Escenografía y Vestuario: Mónica Boromello Música: Mariano Marín Dirección: Quino Falero

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Carlos Serrano En Un Entreacto Radio Fernando de Retes getaf Jesús Ortega La Casa de Huéspedes Marian Degas Merche Segura Miguel Ángel Calvo Quiero Una Alegría Teatro en Serie

En Un Entreacto Radio – Programa 36

En Un Entreacto Radio regresa a GetafeVOZ con una edición única y exclusiva en el mes de Mayo.

Esta vez han venido a visitarnos amigos que ya son reincidentes y que han traído nuevos entreacteros con los que poder charlar.

Eso ha sucedido con la compañía Teatro en Serie, Fernando de Retes ha vuelto a nuestro programa para presentarnos el último capítulo de «La Casa de Huéspedes»: «El Mejor Final Posible», y junto a él han venido Marián Degas y Carlos Serrano, los tres, además de charlar con nosotros, nos han regalado en primicia un adelanto de esta tercera y última entrega en formato de radio-teatro. ¡No deberíais perdérosla!

Después ha regresa Jesús Ortega a nuestro estudio y hemos tenido una divertidísima y alocada conversación sobre esa estupenda comedia que es «Quiero Una Alegría» y que nos traen cada domingo a la Sala TU. Junto a él ha venido parte del elenco, Merche Segura y Miguel Ángel Calvo, que dan vida a dos de los cuatro personajes que dan vida a los monólogos que conforman este espectáculo.


Un programa lleno de regalos y momentos muy especiales.


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El Año Del Pensamiento Mágico

Al teatro se va a que te remuevan cosas por dentro, si no, sirve de poco. Al menos esa es mi visión. Me es lo mismo un vodevil que me anime el espíritu o una tragedia que me desgarre, pero yo quiero que me sucedan cosas por dentro, que me planteen preguntas, que se me incite a buscar respuestas, que me haga salir diferente a como cuando entré. Puede que sean expresiones demasiado sobadas, que suenen a frase hecha, pero así image-00012-726x1024es como yo lo veo. Por eso, cuando «El Año del Pensamiento Mágico» se cruzó en mi camino gracias a la gente de la Guindalera, no lo dudé ni un instante. Al conocer la historia algo me decía que aquí iba a encontrar una buena dosis de eso que busco.

Jeannine Mestre es Joan Didion, la propia autora del texto con el que ganó el National Book Award en 2005, que nos convoca en la Sala Margarita Xirgú del Teatro Español para hablarnos del proceso por el que ella misma pasó al perder a su marido y a su hija. Una expiación voluntaria, de íntima confesión; un recorrido por las incongruencias de sus actos en la desesperación y el deseo por encontrar sentido a algo tan devastador. Una narración del sufrimiento y el intento de asimilación ante un trance semejante. Y de un amor profundo.

A simple vista puede parecer una especie de panfleto de autoayuda. Que esta señora salga ahí a narrar los acontecimientos que rodearon la muerte de sus seres queridos realmente da lo mismo; cualquier otro podría haber salido igualmente y contar su caso, el suyo como el de cualquier otro no tiene nada de extraordinario, pero es que ahí es donde radica la extraña belleza de este acto teatral. La intensa identificación con lo narrado.

Es lo mismo el estrato social al que se pertenezca, la época, el país, a todos nos toca pasar por ahí sí o sí y esa caricia nos escuece en el alma porque cuando ella habla de su marido, de su hija, a cada uno de nosotros nos visitan los rostros de los nuestros y en sus acciones, su desquiciamiento, sus razonamientos salidos de madre, inconfesos, nos vemos totalmente reflejados.

Podría decirse que todo está tratado con tanta exquisitez, elegancia y una mordacidad tan medida, que podría inundar el montaje de frialdad, las maneras de alta sociedad, la cuidada  y pulcra sencillez en el atuendo, hacen que de alguna manera sea así, pero posiblemente esa frialdad y esa pulcritud en el análisis de cuanto sucede nos lleva a encontrar precisamente el lugar más íntimamente doloroso de nosotros mismos. Ese lugar donde encontramos las ilógicas razones por las que seguimos atando a nuestras vidas a aquellos que se han marchado para siempre, haciendo que esa pretendida frialdad, no confundir con desapasionamiento porque pasión hay mucha, se desmaquille dejando ver el desconsuelo y resignación ante la muerte, eso hecho para el que no existe razón que nos reconforte.

Sentarse a escuchar a Jeannine Mestre mientras te mira a los ojos y te cuenta, con esa dicción perfecta, con esa forma de modular, de jugar y paladear el texto, se convierte en un acto de una belleza ciertamente gozosa. Hay algo en ella un aroma a elegancia, que hace de «El Año del Pensamiento Mágico» una delicatessen que se recibe con sumo gusto, por mucho que pueda escocer.

Ella fluye en escena con distinción, dibujando esa compostura a la que se le derrama el desconsuelo por todos lados, y que recoge con elegancia, pausadamente, acariciándolo con pinceladas de humor y una media sonrisa, pero sin miedos, mirándonos directamente a los ojos, sabiendo que nadie en la sala está libre de sentir lo que a ella le está sucediendo.

Juan Pastor dirige con su habitual maestría este espectáculo sobrio, desprovistos de estridencias, que acaricia el alma del espectador como un inesperado bálsamo ante ese eterno y reverberante «¿Por qué?» que no deja de resonar dentro de nosotros.

La elección del texto vuelve a reafirmar el gusto que tiene la familia de la Guindalera por aquellas historias repletas de una deliciosa cercanía y que parece que se les van acumulando en su seno, porque ahora, además de ofrecernos esa cercanía desde el Teatro Guindalera, nos la han querido regalar desde el mismísimo Teatro Español.

Dejen que «El Año del Pensamiento Mágico» les invada.

Título: El Año Del Pensamiento Mágico Autor: Joan Didion Dirección: Juan Pastor Elenco: Jeannine Mestre Iluminación: Sergio Balsera Espacio Escénico: Juan Pastor Vestuario: Teresa Valentín-Gamazo Producción: Guindalera Teatro, S.L. Ayudante de Dirección: José Bustos Lugar: Teatro Español (Sala Margarita Xirgú)

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En Un Entreacto Radio Fluxus GetafeVoz Jesús Amate Lo Que Voy A Hacer Con Mi Vida No Se Puede Mirar Off de La Latina Roberto Terán

En Un Entreacto Radio – Programa 35

Nuestro programa 35 de En Un Entreacto Radio ha sido la versión express de nuestro espacio teatral habitual ¡Cosas del directo! 
Pero lo hemos querido exprimir con todas las ganas y pasión que nuestros invitados se merecían. Hoy nos apuntamos al carro de eso que se dice: «No importa la cantidad, si no la calidad».
 En esta ocasión nos visitaron en nuestro estudio de GetafeVOZ Jesús Amate y Roberto Terán -Volvimos a hacer una mezcla de esas que nos gustan a nosotros- los dos son directores de tres comedias que actualmente se representan en el Off de La Latina: «No Se Puede Mirar» «Fluxus» y «Lo Que Voy A Hacer Con Mi Vida»
Dimos un repaso a toda velocidad por la cartelera y después nos entregamos a una charla con nuestros invitados, acercándonos un poco más a sus universos particulares, una entrevista divertidísima, nos lo hemos pasado tan bien que estamos deseando que regresen.
Finalmente los dioses del teatro se pusieron de nuestra parte y nos regalaron un gran programa, corto, pero muy grande.
¡Bienvenidos a En Un Entreacto Radio
 
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Quiero Una Alegría

No sé si será un paso obligado, una especie de evolución natural de quienes nos dedicamos a esto, ya sea de manera profesional o como afición, pero parece que quien se mira en el espejo del teatro acaba por colarse dentro, o al menos eso es lo que ha sucedido con Jesús Ortega, que a base de hablarnos desde Efecto Escecartel-QUA-pantallana, de mirar y vivir el teatro con pasión, ha dejado de ver los toros desde la barrera y ha saltado al ruedo. Es cierto que no es su primera vez, ya lo cató con “Tres Segundos”, pero debe ser que se quedó con ganas de más y esta vez, en vez de torear “a la limón” con otros autores, se ha liado la manta a la cabeza y ha gritado eso de “¡Dejadme solo!” y se ha lanzado primero a escribir y posteriormente a dirigir «Quiero Una Alegría», así, en plan torero.

Una mujer que se ve obligada a emigrar fuera de su país, sin hablar el idioma, para trabajar en algo que no es lo que hubiera deseado. Una esposa que vive rodeada de casualidades que no soporta y que toma la decisión de vivir la vida como ella elige. Una secretaria que ve se recompone al ver cómo la vida le regala sonrisas para robárselas a dentelladas. Un hombre que está harto de ser víctima de las personas tóxicas de su entorno laboral. Son los cuatro personajes que nos hablan desde el escenario y que necesitan y reclaman a gritos esa “alegría” que les corresponde. Una porción de tarta que todos creemos merecer.

“Quiero Una Alegría” tiene cierta conexión con la anterior propuesta de su autor, pero no os voy a decir nada para que seáis vosotros quienes descubráis el qué y el cómo, un guiño cómplice para aquellos espectadores que vieron su primer trabajo. Eso sí, si no lo llegasteis a ver, no os preocupéis que “las Alegrías” que propone Jesús Ortega son un espectáculo totalmente individual e igualmente disfrutables para los que llegan de nuevas.

El ambiente laboral individual y global, los compañeros, la vida en pareja, la rutina, la falta de ambición son algunos de los aspectos a los que nos acercamos en estos cuatro monólogos interpretados por Rocío García Cano, Mayte Atarés, Merche Segura y Miguel Ángel Calvo que ponen voz y rostro a los cuatro personajes que conforman esta amalgama de anhelos, frustraciones y desencuentros con las que se nos golpea a base de risas perversas.

A Jesús le ha salido una criatura llena de humor con muy mala “follá” y de regusto malsano, casi corrosivo. Las risas de esta función abofetean al espectador incauto que lo confunde con un juguete cómico de carácter afable y costumbrista, una especie de vendetta de pincelada muy actual, que aborda temas con los que todos los que somos “curritos” nos identificamos y, aunque no lo confesemos, fantaseamos.

Ahora hay que dejar que este bebé recién nacido, y que apunta maneras, coja el peso adecuado, aprenda a caminar por sí solo y comience a conquistar con sus morisquetas de mirada torva a todo aquel que se deje caer por la Sala TU.

Título: Quiero Una Alegría Dramaturgia y Dirección: Jesús Ortega Elenco: Rocío García Cano, Mayte Atarés, Merche Segura y Miguel Ángel Calvo Vestuario: Guadalupe Valero Espacio Sonoro: Jesús Ortega Producción: Efecto Teatro Lugar: Sala TU

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La Hermosa Jarifa

Llevaba tiempo esperando la llegada de este espectáculo a Madrid, las redes sociales son un vehículo maravilloso para generar expectativas y despertar la curiosidad, y yo, como buen curioso, me entrego de lleno siempre que me es posible, aunque algunas veces quisiera que, por curioso, me sucediese como al gato del refrán. En el caso de «La Hermosa Jarifa» no fLa-hermosa-jarifa-1ue así. La historia deja de lado los celos, los agravios y cuanto conflicto puramente emocional pudiera uno pensar que se va a encontrar en este tipo de teatro. «La Hermosa Jarifa» aboga por la sencillez en su trama. Todos sus personajes basan sus principios en la honestidad, situándola incluso por encima del honor y del amor. Dicho así podría sonar poco atrayente, sin embargo, la función está salpimentada con un maravilloso sentido del humor gracias a esos personajes que rompen con la entereza de sus protagonistas y acaban por atraparnos.

Quizá la historia y el conflicto de «La Hermosa Jarifa» puedan pecar en su sencillez, pero como ellos mismos cuentan en el programa de mano, esta función a lo que nos invita es a «divertir maravillando«; dicho esto, uno solo tiene que sentarse en su butaca y disfrutar.

La forma en la que la historia es contada provoca que el espectador quede prendado de cuanto sucede en escena. Borja Rodríguez ha optado por hacer todo un alarde en la puesta en escena, casi una filigrana teatral; El vestuario de Gabriela Salaberri y la iluminación del infalible Juanjo Llorens son una absoluta belleza que engrandecen la producción. Incluso me atrevería a decir que con este espectáculo el director ha querido hacer un homenaje a las artes escénicas al completo, pues en «La Hermosa Jarifa» uno encuentra danza, canto, música en directo, interpretación, títeres o teatro de sombras; disciplinas que se mezclan con un gusto exquisito, ofreciéndonos un espectáculo mágico, como un cuento susurrado antes de dormir.La-hermosa-jarifa-6

La función contiene un sentido estético delicado, lleno de belleza, que luce gracias a las interpretaciones y la entrega de todo su elenco, que juegan al más puro estilo de las compañías de saltimbanquis, todos participan de las canciones, de los bailes, de las actuaciones, transmitiendo un apetecible aroma a corrala.

Un ejercicio actoral milimétricamente calculado, los movimientos, las coreografías, el ritmo del texto, todo es armónico en el montaje y, sinceramente, es gozoso encontrarse con un trabajo semejante. Tanto que no me explico como ha sido programado tan pocos días en Madrid.

Daniel Holguín y Sara Rivero son una pareja escénica perfecta, sus Abindarráez y Jarifa, tienen la dosis apropiada de carácter y ternura para no resultar almíbar puro, aunque no se puede negar que en el momento que están frente a Rodrigo de Narváez, estupendo Fernando Huesca, de tan honestos que son, llegan a rozar la pesadez.

Antonio Gil y Carles Cuevas son dos maravillosos bufones que se meten al público en el bolsillo. Divertidos, juguetones, pícaros, encantadores. Fantástico contrapunto.

Inés León es la emoción hecha cantLa-hermosa-jarifa-5o, ¡qué barbaridad!, qué forma de transmitir. Qué placer cada vez que su voz inundaba el Pavón. Lo mismo que encontrarse con Cristina Arias y Francis Guerrero dibujando con su presencia el sentir de cada momento.

Sin olvidar a esos músicos en directo que además de acompañar las canciones, vestían y ambientaban con sus instrumentos cada cuadro de la función.

Un espectáculo hecho con mimo y plenamente disfrutable, que merece quedarse una temporada más larga que esos insuficientes cuatro días en cartel.

Título: La Hermosa Jarifa Autor: Borja Rodríguez (A partir de la Historia del abencerraje y la hermosa Jarifa de Antonio Villegas) Dirección: Borja Rodríguez Elenco: Daniel Holguín, Sara Rivero, Fernando Huesca, Antonio Gil, Carles Cuevas, Inés León, Cristina Arias y Francis Guerrero Músicos:  Alberto Centella, Raúl Mannola, Javier Valdunciel y Miguel Gasco Vestuario: Gabriela Salaberri Iluminación: Juanjo Llorens Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda Dirección Musical: Alberto Pérez Centella Coreografía y Movimiento: Nuria Castejón Lucha Escénica: Pedro Almagro Voz y Verso: Pepa Pedroche Lugar: Teatro Pavón

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No Se Puede Mirar

¿Cómo hace uno para hablar de una función que bebe del teatro del absurdo? Supongo que de la misma forma que uno se enfrenta a ella como espectador: Limpiando la mente de referencias, de juicios, entregándose a ella con ganas de jugar y abiertos a cuanto se nos proponga. Y ¿sabéis? es tan apetecible hacer algo así…cartel_nosepuedemirar_a3

La Compañía Benamate nos ofrece la posibilidad de viajar desde «No Se Puede Mirar» a través de tres historias y un monólogo escritos por Jesús Amate, quien además dirige esta locura. Tres historias y un monólogo cargados de humor, entrañable a ratos, de cinismo otros y tremendamente divertida en su conjunto.

La primera historia que nos lanzan es «El Imbécil». Un tipo (Diego Lescano) rescata de una muerte segura a una bella joven (Marika Pérez). ¿Su acción ha sido la correcta? ¿Ella se sentirá agradecida? ¿Cómo continuarán sus vidas después de este encuentro?. Una pieza con la que el espectador entra de lleno en el explosivo universo de la función. Diálogos ágiles, mordiscos llenos de culpabilidad por hacer lo que uno piensa que debe hacer y que no siempre es lo que debería ser. Un primer contacto lleno de giros al que asistimos parpadeando perplejos y que nos atrapa movidos por la curiosidad que nos despierta la agresividad activo/pasiva de sus personajes.

«El Conferenciante» es Juan Carlos Alonso, quien se nos planta delante sin ganas de hablar de lo que ha venido a hablar y que nos regala el primer momento de interacción con el público. Él nos enseña a hacer el amor de una manera diferente ¿para qué necesitamos el contacto físico si podemos hacer el amor tan sólo con la mirada? Una mirada nos puede dar todo lo que necesitamos, sin reparar en géneros, condiciones ni prejuicios. Sin embargo, ¿quién puede vivir sin sentir un abrazo? A mí personalmente esta pieza me conquistó por su ternura y el sabor tan descorazonador a soledad que transmite. Tal fue el sentimiento que me transmitió que por un momento olvidé dónde me encontraba y estuve a punto de levantarme para abrazar al actor cuando este lo pidió.

Después vino «Homologada», un desquiciante cuadro en el que Marika Pérez pone a prueba a Alfonso Gómez, y al público en general. En este cuadro nos plantean una historia en la que más de uno se ha visto implicado. Me refiero a aquella en la que nuestras acciones, por más que estén desprovistas de cualquier mala intención, son interpretadas de la peor manera por aquellos que creen poseer la verdad absoluta, llevándonos a caer precisamente donde no queríamos.

Divertidísima pieza en la que Marika Pérez hace un auténtico despliegue de talento jugando y exprimiendo al máximo el diálogo escrito por Jesús Amate, con el acertado y cómico contrapunto de Alfonso Gómez.

Y finalmente llegamos a «Limbo», escena interpretada a tres bandas por Alfonso Gómez, Juan Carlos Alonso y Diego Lescano. Quienes nos regalan esa traca final con la que acabar por todo lo alto un espectáculo como este. Tres personajes que esperan. Tres personajes obsesivos. La vida sana, el (des)aprovechamiento de nuestro tiempo, los deseos inalcanzables y el arraigo incondicional son los motores con los que se mueven ¿sólo ellos? y que nos hacen revolvernos en nuestra butaca, divertidos, absurdamente identificados y sabiéndonos parte de este entramado.

Un espectáculo que fue vencedor en el pasado Talent Madrid 2014 y que un  año después acabamos de descubrir.

Feliz descubrimiento que hace que pongamos en nuestra punto de mira el trabajo de esta compañía que con ese espíritu chispeante, lleno de buenísima energía y de ese universo que bebe del clown, de los Hermanos Marx y de los maestros del Teatro del Absurdo, nos ha ganado.

Porque de todo aquello que pensemos que es absurdo podemos encontrar una conexión con nuestra propia realidad… y es que ¿quién nos ha dicho que a ojos de los demás no somos tal y como nosotros vemos a estos personajes?

Título: No Se Puede Mirar Autor y Dirección: Jesús Amate Elenco: Juan Carlos Alonso, Alfonso Gómez, Marika Pérez y Diego Lescano Producción: Compañía Benamate Lugar: Teatro Off La Latina

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Un Hueco

Un joven ha fallecido, y como es tradición en los pueblos, todo el mundo se reúne para velar el cuerpo. Cada cual por sus motivos: Respeto, pésame, amistad, interés, curiosidad, hambre… Entre toda esta gente se encuentran los tres mejores amigos del chico, atrincherados en una habitación contigua a donde se encuentra su amigo de cuerpo presente. Hugo, que se marchó del pueblo hace tiempo, necesita tomarse un momento antes de enfrentarse a la situación. Un reencuentro que escuece.

Esta es la premisa desde la que parte “Un Hueco”, función escrita por los argentinos Patricio Aramburu, Nahuel Cano, Alejandro Hener y Juan Pablo Gómez como creación colectiva para montar un espectáculo en espacios no convencionales, que ha cosechado un gran éxito de crítica y público en Argentina, y que la Compañía La Mirilla ha adaptado para el público español. Una adaptación de regusto amargo, acertadamente localista, con un contrapunto de humor agridulce y momentos delirantes que nos enganchan, aunque quizá la resolución de la trama nos deje con sensación de faena no rematada al quedar inconclusos algunos aspectos presentados durante la función. Optimized-Señoras_A3

La dirección por parte de Pablo Osuna logra que la aparente nimiedad de los acontecimientos nos interesen gracias a un ritmo in crescendo que nos despierta curiosidad, junto al complejo, por la naturalidad que exige, trabajo de los tres actores, José Gómez, Jesús Gago y Alejandro de Santos, que nos lo encontramos lleno de pequeños matices y una cuidada evolución, que con el paso de las funciones estoy seguro tomará el peso que requiere -Ya sabemos la dificultad que conlleva la proximidad con el público-, junto a una camaradería que convence y traspasa, y el aprovechamiento de cada rincón del espacio donde transcurre la función (En este caso la escuela de pintura Laocoonte), impregnando al espectador de esa atmósfera particular desde el mismo instante en el que el compra su entrada.

Siento cierta fascinación por esas historias en las que aparentemente no sucede nada, donde uno se asoma a un instante de la vida de los personajes, pero no uno en el que los acontecimientos sean extraordinarios, si no esos instantes que son consecuencia de los acontecimientos vividos, y eso es lo que “Un Hueco” retrata, y a lo que nosotros asistimos como testigos invisibles: El instante en el que los tres amigos intentan digerir cuanto les ha sucedido, asumiéndolo y compartiéndolo, a pesar de sus diferencias. Ese momento en el que los amigos bajan los escudos sociales y se muestran tal cual son, sabiéndose en la intimidad, mostrando que bajo esas actitudes rudas, masculinas, seguras, en realidad se encuentran aturdidos, temerosos, perdidos, ahogados… Como realmente somos.

Una puesta en escena  diferente y compleja que nada en los terrenos de lo personal y que nos descubre una apuesta actoral digna de ser vista.

Título: Un Hueco Autor: Patricio Aramburu, Nahuel Cano, Alejandro Hener y Juan Pablo Gómez (Adaptación de Cía. La Mirilla) Director: Pablo Osuna Elenco: Jesús Gago, José Gómez y Alejandro de Santos Vestuario: Mar Corral García Ayudante de Dirección: Rodrigo Adrados Lugar: Escuela Laocoonte

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